Pur supuesto que un escrito breve puede tener matices, lo que no debiera tener son elementos innecesarios (y vive Dios que muchos los tienen). Saludos.
Yo disiento, Sombras. Sigo pensando que esos matices los pone el lector, lo que no impide que haya relatos de alta calidad y otros muy malos. Los buenos son precisamente los que dan pie para que los lectores introduzcan matices. Bien pensado, no es que un micrrrelato no tenga matices, sino que tiene poquísimos: no hay espacio para introducirlos, y la imaginación del lector hace el resto. Otra cosa es su belleza...
No sé dónde escuché hace unos días el siguiente cuento corto (y no sé, por cierto, su autoría): "Érase una vez un colorín colorado". ¿Estás seguro de que no tiene matices? Yo no lo sé, la verdad.
Pocos matices veo yo ahí, Juanma, aunque sí mucho ingenio. Y la brevería 3, es lo que hay. ¿Qué son cien años enmedio de la inmensidad temporal del universo? Yo te lo digo: una gota de agua en el océano.
El ingenio bebe del coco. Después se pueden o no poner matices a los escritos, y para eso hace falta espacio.
P.S. Dame una dirección para mandarte la factura, o entra en la web www.oraculoderidaelfos.com y paga allí directamente. La primera consulta es gratis, y para el resto tengo ahora con la crisis una promoción de 2x1.
Yo creo que el escritor puede llenar de matices un texto breve con mucha economía de medios, pero que el lector los reciba no está garantizado y, sin embargo, puede llenarlo de los suyos propios. Y eso no es malo. Lo importante es la capacidad de sugerir, creo yo (humildemente).
Y déjese de morimientos, mesié, que bastante tenemos con llevar noviembre a medias. Besazos.
Increíble simultaneidad, Olga, acabo de venir de tu blog, y de hablar de noviembre. Parece cosa de brujas. Me quedo con esa capacidad de SUGERIR. Ahí está la clave.
Monsieur RIDAO: Cuando mis hijos me piden que les cuente una historia les recito: "Había una vez un rey que tenía tres hijas, las metió en tres botijas y la tapó con pez. ¿Queréis que os lo cuente otra vez?". Se ponen histéricos: ¡No nos gastes más esa broma, pesao!
Más que centrar el debate entre brevedad o no, creo que ha de primar lo necesario.
Eso me recuerda al cuento de la buena pipa, Dyhego. Es necesaria la calidad, pero el debate de hoy es la relación de ésta con la brevedad. Por cierto, para mí están más buenos los higos que las brevas.
Monsieur RIDAO: No conozco el cuento de la"pipa". ¿Seguro que no acabará con un tócame, cógeme, chúpame o algo similar? Hay que ser breve, como en el chiste de la sirena. Tampoco entiendo eso de "jiguero". Una breva madura no tiene comparación con un higo, ¡dónde va a parar, monsieur RIDAO! SALU2
No, Dyhego, esta vez no hay premios, hablo en serio con el cuento y con los higos. No recuerdo exactamente cómo era el cuento de la buena pipa, pero me lo contaba mi madre de pequeño y siempre volvía al principio; conseguía mosquearme. Por otro lado, yo prefiero un higo porque creo que tiene un sabor más delicado que la breva.
Y lo de jiguero viene de jigo, por dios, que ya eres mayorcito...
Mi madre tambien me contaba algo parecido de pequeña. Ella dice que siempre terminaba enfadada porque nunca me contaba el cuento. Decia algo así... - ¿Quieres que te cuente un cuento? - Si ( o no, claro) - que no te he dicho que me digas ni que si, ni que no, si no que si quieres que te cuente un cuento... Y vuelta a empezar hasta la desesperación por no poder escuchar el cuento. Habeis hecho que volviera a recordarlo.
Bueno, Juan Antonio, se sobreentiende que la brevedad no implica calidad. Hay cada microrrelato y cada haiku que, por mucho empeño que se ponga, no admite matices.
¡Vaya! No sabía que por allí también contaban "el cuento de la buena pipa", jajajaja Seguramente lo trajo mi abuelo de España, o alguno de los millones de abuelos españoles que tienen estas tierras...
Pero yo no dije "seguramente lo trajo..." yo dije si querés que te cuente el cuento de la buena pipa... :)
Es como dices... muchos se pierden en buscarle la quinta pata al gato y ciertos textos no lo tienen, son así, breves y exactos. Un saludo cordial. Alicia
Me alegro de que coincidamos, Alicia. Me ha hecho mucha gracia eso de buscar la quinta pata al gato, aquí en España decimos "buscar tres pies al gato". ¿Será que somos más breves?
No me hables del tiempo para el blog, Álex, que estoy enganchao. Oye, ¿apareció ese amigo común que echábamos de menos? Yo sigo disimulando, por si acaso...
bi, to no, un ab.
ResponderEliminarau
Pur supuesto que un escrito breve puede tener matices, lo que no debiera tener son elementos innecesarios (y vive Dios que muchos los tienen).
ResponderEliminarSaludos.
Y luego hay cosas tan tan breves, que parecen eternas, como esa comida frugalísima del Buscón: "Fue una comida eterna: sin principio ni fin"
ResponderEliminarVe qu te ha da po al, Au. No lo he es pe en ti, pe ah qu lo pi...
ResponderEliminarOt ab pa ti, tú a lo tu, que lo ha mu bi.
Yo disiento, Sombras. Sigo pensando que esos matices los pone el lector, lo que no impide que haya relatos de alta calidad y otros muy malos. Los buenos son precisamente los que dan pie para que los lectores introduzcan matices. Bien pensado, no es que un micrrrelato no tenga matices, sino que tiene poquísimos: no hay espacio para introducirlos, y la imaginación del lector hace el resto. Otra cosa es su belleza...
ResponderEliminarInteresante debate, un abrazo.
No sé dónde escuché hace unos días el siguiente cuento corto (y no sé, por cierto, su autoría): "Érase una vez un colorín colorado". ¿Estás seguro de que no tiene matices? Yo no lo sé, la verdad.
ResponderEliminarDicho lo cual, la brevería tres haz el favor...
Abrazos.
Tienes razón, Jesús, eso es precisamente lo difícil: decir mucho en poco espacio. De eso van los aforismos, y tú los tienes muy buenos.
ResponderEliminarAbrazos.
Los dos tecleando al mismo tiempo...qué romántico.
ResponderEliminarPocos matices veo yo ahí, Juanma, aunque sí mucho ingenio. Y la brevería 3, es lo que hay. ¿Qué son cien años enmedio de la inmensidad temporal del universo? Yo te lo digo: una gota de agua en el océano.
ResponderEliminarAbrazos trascendentes.
Ten cuidado, que te se pone celoso el Manteca...
ResponderEliminarY de dónde bebe el ingenio, oh Ridao, si no lo hace de la matriz o matiz.
ResponderEliminarEl ingenio bebe del coco. Después se pueden o no poner matices a los escritos, y para eso hace falta espacio.
ResponderEliminarP.S. Dame una dirección para mandarte la factura, o entra en la web www.oraculoderidaelfos.com y paga allí directamente. La primera consulta es gratis, y para el resto tengo ahora con la crisis una promoción de 2x1.
Un abrazo oracular.
Yo creo que el escritor puede llenar de matices un texto breve con mucha economía de medios, pero que el lector los reciba no está garantizado y, sin embargo, puede llenarlo de los suyos propios. Y eso no es malo. Lo importante es la capacidad de sugerir, creo yo (humildemente).
ResponderEliminarY déjese de morimientos, mesié, que bastante tenemos con llevar noviembre a medias.
Besazos.
Increíble simultaneidad, Olga, acabo de venir de tu blog, y de hablar de noviembre. Parece cosa de brujas. Me quedo con esa capacidad de SUGERIR. Ahí está la clave.
ResponderEliminarUn abrazo telepático.
Ridao, que en paz descanses.
ResponderEliminarMonsieur RIDAO:
ResponderEliminarCuando mis hijos me piden que les cuente una historia les recito: "Había una vez un rey que tenía tres hijas, las metió en tres botijas y la tapó con pez. ¿Queréis que os lo cuente otra vez?".
Se ponen histéricos: ¡No nos gastes más esa broma, pesao!
Más que centrar el debate entre brevedad o no, creo que ha de primar lo necesario.
Las brevas son breves porque están tan ricas...
Ojalá me digas eso muchas veces más, Javier, señal de que estaré vivo.
ResponderEliminarUn abrazo yuyero.
Eso me recuerda al cuento de la buena pipa, Dyhego. Es necesaria la calidad, pero el debate de hoy es la relación de ésta con la brevedad. Por cierto, para mí están más buenos los higos que las brevas.
ResponderEliminarUn abrazo jiguero.
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminarNo conozco el cuento de la"pipa". ¿Seguro que no acabará con un tócame, cógeme, chúpame o algo similar?
Hay que ser breve, como en el chiste de la sirena.
Tampoco entiendo eso de "jiguero".
Una breva madura no tiene comparación con un higo, ¡dónde va a parar, monsieur RIDAO!
SALU2
No, Dyhego, esta vez no hay premios, hablo en serio con el cuento y con los higos. No recuerdo exactamente cómo era el cuento de la buena pipa, pero me lo contaba mi madre de pequeño y siempre volvía al principio; conseguía mosquearme. Por otro lado, yo prefiero un higo porque creo que tiene un sabor más delicado que la breva.
ResponderEliminarY lo de jiguero viene de jigo, por dios, que ya eres mayorcito...
Un abrazo.
Pues yo matizo el dos:
ResponderEliminarUn buen escrito breve no tiene matices: los pone el lector.
Porque la brevedad no es una cualidad en sí. Es, simplemente, una cantidad.
Un abrazo. Bueno y breve, claro.
Mi madre tambien me contaba algo parecido de pequeña. Ella dice que siempre terminaba enfadada porque nunca me contaba el cuento.
ResponderEliminarDecia algo así...
- ¿Quieres que te cuente un cuento?
- Si ( o no, claro)
- que no te he dicho que me digas ni que si, ni que no, si no que si quieres que te cuente un cuento...
Y vuelta a empezar hasta la desesperación por no poder escuchar el cuento.
Habeis hecho que volviera a recordarlo.
* Lo bueno si breve, más fácil de leer.
ResponderEliminar* A un escrito breve, le sobran matices; los pone el lector.
* Espero no morir en breve.
* Este breviario es lo más.
Breves besos, J. M. :)
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminarCostóme, costóme, pero entendí lo de "jiguero". A veces anda uno más tonto de lo habitual.
Salu2.
Bueno, Juan Antonio, se sobreentiende que la brevedad no implica calidad. Hay cada microrrelato y cada haiku que, por mucho empeño que se ponga, no admite matices.
ResponderEliminarUn abrazo sin matices.
¡¡Ése era el cuento de la buena pipa!! Gracias por recordármelo, Maile.
ResponderEliminarUn abrazo de bienvenida.
Muy aguda tu variación de la segunda brevería, Liliana. Mucho mejor que el original, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo pampero.
No te preocupes, Dyhego, ése que citas es el estado habitual en mí.
ResponderEliminarUn abrazo sonao.
Pues para ser breve...genial Ridao.
ResponderEliminarBesazo.
Eso me gusta, Marisa, brevedad sin matices.
ResponderEliminarBesazo agradecido.
Tiene matices lo que queramos que lo tenga...
ResponderEliminarAbrazo, Ridao.
Amén, Julio. Tú eres experto en breverías.
ResponderEliminar¡Breve!
ResponderEliminar¡Vaya! No sabía que por allí también contaban "el cuento de la buena pipa", jajajaja
ResponderEliminarSeguramente lo trajo mi abuelo de España, o alguno de los millones de abuelos españoles que tienen estas tierras...
Pero yo no dije "seguramente lo trajo..." yo dije si querés que te cuente el cuento de la buena pipa... :)
Besazos pampeanos.
Es como dices... muchos se pierden en buscarle la quinta pata al gato y ciertos textos no lo tienen, son así, breves y exactos.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Alicia
Y en francés aún más breve, Jesús: ¡Bref!
ResponderEliminarBye
Qué curioso, Liliana, pensé que era una invención de mi madre, y veo que ha llegado hasta la Pampa. Eso es hermandad, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo transoceánico.
1. Lo bueno, si breve, más tiempo para el blog.
ResponderEliminar2. Un escrito breve ...más tiempo para otra entrada.
3. Tusmulastoas.
Me alegro de que coincidamos, Alicia. Me ha hecho mucha gracia eso de buscar la quinta pata al gato, aquí en España decimos "buscar tres pies al gato". ¿Será que somos más breves?
ResponderEliminarUn abrazo de bienvenida.
No me hables del tiempo para el blog, Álex, que estoy enganchao. Oye, ¿apareció ese amigo común que echábamos de menos? Yo sigo disimulando, por si acaso...
ResponderEliminarY antes de irma al sobre, os doy la prueba de que la segunda brevería es verdadera:
ResponderEliminar¡¡ME LA HABÉIS MATIZADO AMPLIAMENTE!! Pocos matices tendría, digo yo, de breve que era.
Gur nait