viernes, 9 de abril de 2010
Aquel primer juguete de la infancia
Aquel primer juguete de la infancia,
perdido en el baúl de la memoria efímera,
ha vuelto para hablarme de inocencias
felices, de risas nunca apagadas,
luminosas después de tantos años
de fría oscuridad.
Aquel primer juguete de la infancia,
flamante como el carro de los dioses,
ha hundido su espolón en mi navío roto
atravesando el casco del alma acorazada.
Aquel primer juguete de la infancia,
surgido del pasado más dichoso,
ha destrozado el mundo de mentira
donde he vivido ciego,
ajeno a la verdad de aquellos días.
Aquel primer juguete de la infancia,
eterno como el sol de la mañana,
ha transformado en llanto irrefrenable
las lágrimas de gozo de aquel niño.
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminar¡Andandará aquella infancia!
Salu2.
Pues mi primer juguete fue un caballito y una colonia de Carolina Herrera.Muy chula la poesía.
ResponderEliminar¡Qué bonito!, los dos últimos versos son tremendos.
ResponderEliminarTu poética funciona.
Un beso.
Eso digo yo, Dyhego. La mía está perdida, endesdiluego.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues el mío fue una pelota de trapo y una pastilla de jabón lagarto. Una jartadereí, tu comentario.
ResponderEliminarGracisa, Maite. Unas veces funciona mejor y otras peor, pero se queda uno con lo bueno y ya está. Lo malo es que nunca se sabe a ciencia cierta qué es bueno y qué es malo. A ver quién inventa un detector de buenos poemas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ridao, lo acaba de poner JSM en su blog, ¡felicidades por el libro! Enhorabuena y un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarY esas infancias que se tienen, mitad felicidad pero también con sus desasosiegos, cómo quedan por dentro. De nuevo otro abrazo por el poema ;-)
Muchas gracias, Aurora. Lo acabo de ver yo también. Ya somos colegas, ¿no?
ResponderEliminarOtro abrazo fuerte para ti.
Colegas sí, desde luego, pero me gusta más amigos ¿no?
ResponderEliminarBueno, colegas y amigos, miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarNo sé quién será mi primo pero es un genio.
ResponderEliminarCon el método ridaíno era evidente que no podrías terminar el poema de ayer hasta que volvieses por la mañana a tu trono.
Buen finde... si te vas a Alájar.
¡Qué bonito y que emotivo¡ Un bello poema Ridao.
ResponderEliminarY bien pensado, es verdad que debe ser muy díficil dejarse llevar a la niñez, cuando tienes críos que te "exigen" ser adulto.
Un beso
Ehhh¡ que también tienes libro en la Isla...enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
Muy bello, Ridao. Un abrazo.
ResponderEliminarBuen fin de semana, amigo Muñoz, y no hagas entradas que ya tienes bastantes.
ResponderEliminarDobles gracias, mangeles. Es verdad lo que dices, pero otras veces hacen que me comporte como un niño gateando por el salón.
Muchas gracias, Paco. Siempre me animas.
Abrazos para todos.
Quillo enhorabuena...
ResponderEliminarHabrá que celebrarlo por "toíto" lo alto.
Un abrazo
Enhorabuena doble: por el poema y por la publicación. ¿Tienes ya el hueco en la estantería del cuarto de baño?
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Ridao solo hice una,(la primera). Conste en acta...Los demás son parientes desconocidos...
ResponderEliminarPasen todos un buen fin de semana...
Esa infancia tapada con capas de miedo, capas de inseguridad, capas de hipocresía, de cinismo. Máscaras para ocultar lo verdadero de nuestro ser.
ResponderEliminarUn abrazo Ridao y compañía.
¿Enhorabuena, por tu libro, tocayo! Ayer me encontré con un amigo que venía muy contento de comprarle a su hijo un escudo y una espada de juguete, y me acordé de una reciente entrada tuya. Está bien que haya gente que pase del juguete políticamente correcto. Ah, muy bonitas las imágenes de tu poema.Un abrazo.
ResponderEliminarPues sí que da de sí el método de poesía ridaiana... Habrá que probarlo.
ResponderEliminarBuenísima, maestro.
Un abrazo.
Hermoso, melancólico, nostálgico y endiabladamente conmovedor. Eso es lo que se me ocurre luego de leer semejante poemazo.
ResponderEliminarMi primer juguete del que tengo memoria fue una muñeca llamada "Pepa", yo la adoraba tanto que no me separaba nunca de ella. Craso error, la Pepa era de goma y de tanto tenerla conmigo, se pegoteó toda, pero yo no la quería tirar. Recuerdo los esfuerzos de mi madre por cambiarme la Pepa por una muñeca nueva, jajajajaja
Nunca me olvidaré de la Pepa :)
¡Ah! ¡Qué recuerdos! Gracias Ridao, bien movilizador lo tuyo...
Besazos, de parte mía y de la Pepa.
Me es muy dificil escribir algún poema pero reonozco los buenos,por escribir algo os digo que mi primer juguete fué un peine de nácar , así vivo dando brillo a mi pelo desde entonces,ja,ja,ja.Mi amiga Rocío me vá a matar cuándo me lea ,a osado regalarme un cepillo e peinar perros para mi elegante melena , estoy a punto de escribir algo para ella.
ResponderEliminar¡Cuántas vueltas para hablar del miembro viril!
ResponderEliminarAh, que era otro el juguete.
(Léelo mercurialmente en esta clave)
Y, ahora, sin chiste, mi enhorabuena.
Y mi felicitación por tu blogueína que correremos a inyectarnos.
Grasia, Ramón. El miércoles, si dios quiere.
ResponderEliminarTengo que hacerlo, Juan Antonio, ahí están todos los libros de poemas y recado para escribir. Muchas gracias, artista.
La que has liado, Muñoz Escasso. Qué se puede esperar del famoseo...
Abrazos.
Si tan sólo pudiéramos decaparnos un poco, Torcuato...
ResponderEliminarGracias, tocayo. Y que lo digas, los míos tienen un bazooka que lanza bolas a presión y es la caña.
Gracias, Alegre, y el tiempo que se ahorra: normalmente esos minutos se destinan a leer etiquetas de champú.
Más abrazos.
Muchísimas gracias por el elogio, Liliana. Qué bonito y evocador nombre, Pepa. ¿Dónde andará...?
ResponderEliminarNo te cortes, Bea. Eso es un ultraje.
No había pensado en esa lectura, José María. No me des ideas. Gracias, y enhorabuena a ti también.
Fin de los abrazos.
...en llanto irrefrenable/ las lágrimas de gozo de aquel niño.
ResponderEliminarMe parece que creas una armonía estupenda entre estos versos finales y el primero de cada estrofa. Todo queda ligado finalmente con gran belleza.
Un beso
Me alegro de que te guste, Mery. Pongo todo en mis poemas.
ResponderEliminarOtro beso.