Lámina
La vida es una lámina de agua bañada por el sol del atardecer. De vez en cuando el viento de levante riza esa lámina y emergen desde el fondo monstruos que se elevan sobre el horizonte y luchan entre ellos. Cuando cesa la batalla sólo queda el miedo, y la vida resurge triunfante, tranquila, como si nada hubiera pasado. Las olas que nos zarandean y nos hacen llorar mueren tranquilas en la orilla, y todo sigue igual.Foto: Ramón Simón
Me gusta Ridao.
ResponderEliminarMe recuerda un poco a tu bosque.
Saludos.
Bonito simil.
ResponderEliminarYo me quedo con lo que decía un amigo, que la vida es un veraneo, ¡ja!
Me ha encantado. Eres un maestro...
ResponderEliminarUn abrazo.
Bellísima metáfora, José Miguel, profunda y real.
ResponderEliminarAsí es la vida, por suerte el zarandeo, en algún momento cesa.... es cuestión de enterrar los monstruos y seguir adelante.
Esta vena poética tuya es una delicia :)
Besotes.
Menos mal que tenemos elementos, momentos o circunstancias que nos zarandean y nos hacen revivir.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Torcuato. Voy a releer ese bosque; no era consciente de la similitud.
ResponderEliminarCuánto tiempo, Jesús. Ahora es cuando nos toca vivir, ¿no?
Muchas gracias, Alegre. A ver cuándo nos prsentan tus compañeros.
Es verdad, Liliana, llevo una semana de vena poética. Espero no espantar a los que esperan mis cagadas prosaicas.
Pues sí, Rafael. Si no fuera por eso seríamos todos unos pavilurcios o unos locos de atar.
Abrazos pavilúrcicos.
Sólo queda el miedo...maravilloso.
ResponderEliminarBendito blog, que te obliga a escribir.
Un fuerte abrazo, querdio mío. Y, una vez más, gracias por sacarme del "apurillo" de la otra noche (y que nadie piensa mal, háganme el favor. Seriedad).
No las merece, Juanma. Eso digo yo, bendito blog. ¿Quién dijo miedo?
ResponderEliminarUn arbazo, querdio.
Precioso final José Miguel .
ResponderEliminarMe ha encantado. No lo habia leído hasta hoy "mismamente".
Ah! y la fotografía de tu amigo Ramón hermosa, visitaré su blog .
Un fuerte abrazo.
Te lo recomiendo encarecidamente, Ramón. Es un peazo de fotógrafo.
ResponderEliminarUn abrazo, y felices vacaciones.