El otro día comprobé algo que ya sospechaba: que todos mis años de estudio me servirán para tener más cultura, pero lo que es para ganar dinero… mejor me hubiera hecho tapicero, valga el gilipareado. Resulta que tenemos en Alájar unas butacas ya añejas pero comodísimas, aunque andrajosas de tanta briega parvularia, hasta el punto de que ya nos daba auténtica vergüenza cuando venían visitas a casa, se sentaban y miraban con espanto lamparones de aceite del tamaño de un plato, manchas de chocolate con tropezones de pan incrustados en la tela, mocos fosilizados y demás flora diversa. Así que cuando una mañana oímos vocear: “Eeeel Tapiceroooo” decidimos probar suerte.
Se podría decir que era un señor entrañable, como salido de los años 50 o 60, un personaje de la serie Crónicas de un Pueblo. Medio gitano, repeinado, ojos chispeantes y sonrisa embaucadora. Le hicimos pasar amablemente y le pedimos presupuesto sin compromiso, y que por favor nos contestase pronto. Y tan pronto:
- Por las dos butacas 550 euros.
- ¿No es un poco caro? Por ese precio podemos comprar unas nuevas.
- (Examinando detenidamente las butacas) ¡Aaaaaaro! De éstas ya no se hacen, y les van a quedar como nuevas.
- Pero es que nos hemos comprado un sofá de piel nuevo que nos ha costado eso.
- En Ikea, ¿verdad?
- Sí.
- ¡Aaaaaaro! No valen un duro.
- Pues es bien cómodo y de mucha calidad, sólo que lo traen de Polonia ya montado.
- ¡Aaaaaaro! Y allí trabajan por dos duros, cómo va a ser igual.
- Pues los polacos son muy trabajadores, otra cosa es lo que cobren.
- ¡Aaaaaaro! (esta vez no me rebatió el argumento).
Como vio que le discutía la bondad de su precio va y me dice:
- Por 500 euros lo tiene usted mañana por la mañana tapizado en casa.
Ganas me entraron de decir ¡Aaaaaaro! Nos miramos mi mujer y yo y, dada la estima que tenemos a esas butacas y que en Sevilla nos habían pedido más por tapizarlas le dijimos que sí. Esto fue a las 11 de la mañana. Pues bueno, a las 9 de la mañana del día siguiente estaba el tío con la furgoneta delante de casa y las butacas tapizadas (a todo esto, el nota era de Sevilla). Nos las enseña, no mal del todo, sus defectillos, pero las butacas como nuevas con la tela que le dimos, que nos costo una pasta en su día. Le dimos como cinco metros más de tela de la que necesitaba, y nos llega con unos cuantos retales diciendo:
- Al final la tela ha venido escasilla.
Otra vez me entraron ganas de decirle: ¡Aaaaaaro, cabrón, como que te la has quedado tú! Pero opté por callarme. Llegada la hora del pago, le endoso un binladen, y dice:
- ¿Ese billetaco me va a soltar?
Esta vez no me pude aguantar:
- ¡Aaaaaaaro!
Y cuando se lo doy le digo:
- No está mal, 500 euros limpios en un día de trabajo.
- ¡Aaaaaaro! Eso es como todo: los médicos se sacan eso con una firmita.
A éstas que mi mujer, que es médico, no pudo aguantarse:
- Oiga usted: que los médicos estudiamos seis años para sacar la carrera, dos o tres de media para aprobar el MIR y otros cuatro o cinco para hacer la especialidad.
- Hombre, es verdad que una carrera es una carrera.
- Pero es que además las guardias me las pagan a 15 euros la hora.
- ¡Aaaaaaro! Le advierto que yo he trabajado mucho tiempo en el campo.
Entonces tercié yo en la conversación:
- ¿Y dónde hay que estudiar para hacerse tapicero? Lo digo por mis hijos.
- Sí, claro, pero es que tengo que andar todo el día de acá para allá.
- ¡Aaaaaaro! (Le había cogido el gusto a la exclamación).
El hombre, que se llamaba José, se había ido escabullendo y ya estaba dentro de la furgoneta. No nos dio tiempo a decir más, nos dijo adiós y se marchó dejándonos con cara de tontos.
Y lo que más me sorprende, como economista que soy, es que no haya más competencia en ese sector que haga que bajen los precios. No veo que existan barreras de entrada, ni restricciones de ningún tipo. Falla el mercado, y no sé por qué. A ver si er Tato, que es liberal a muerte, nos saca de dudas y deja el prestigio de los mercados en su sitio.
"Po no lo sabe ya, tio, nota",José Miguel, que "akí" más sabe el diablo por viejo que por diablo.
ResponderEliminar"Aaaaro".
Un beso,
coño, digo un abrazo.
Me ha encantado.
ResponderEliminarPero ¿y el IVA?
De eso no se dice nada.
Entre los 50€ y el 18% casi te las ha rebajado un 30%
Aaaaaaaaaaaro.
¿Seguro que no quería decir CAaaaro?
ResponderEliminarDesde luego la rapidez tiene su precio.
La próxima vez (conociendo tus parvulitos dentro de dos años) pregúntale que es una descalzadora, que me tienen intrigado esos del gramófono que pregonan "SEEEÑORA, HA LLEGADO EL TAPICERO A SU CIUDAAD...".
Illo Ridao, has cometido un puñado de indiscrecciones que te pueden dar dolor de cabeza, a saber:
ResponderEliminarNo hay factura y por lo tanto provocas economía sumergida.
Confiesas que tienes medios económicos suficientes como para invertir en telas.
Eres de los que tienes billetes de esos que yo no creo que existan porque aún no he tenido ninguno en mi mano.
En fin, pa que seguir si ya tes has delatado tú solo. ¡Eres rico y no lo sabías!
¿Pa tanto da, haber publicado un libro? Ahora mismo me pongo a escribir.
Un abrazo y no te sientes en el sillón que vuelve a estropearse.
"Aaaaaaro"
Cuando voy como "flamante" arquitecto a mis visitas de obra, dejo mi coche (un laguna de once añitos y ciento cuarenta mil kilómetros) junto a los Mercedes y BMW del fontanero, el ferralla, el encofrador... Y siempre pienso lo mismo... ¡Es que yo soy gilipollas! ¡Estudié seis años de carrera más uno y medio de proyecto fin de carrera, en estos veinte años he seguido formándome con cursos (estos días acabo muerto a las 21:00 porque estoy haciendo uno), y no consigo liquidar mi hipoteca y le estoy dando un millón de vueltas a una oferta que me han hecho para cambiar de coche!
ResponderEliminarA ver si el Tato lo arregla...
Un abrazo.
Caramba, qué bueno...esta muy bien tu entrada de esta manera le voy a buscar opciones laborales a mi hijo de 17 años que ya no quiere estudiar...No me lo imagino de tapicero pero como le gusta el dinero...¿quién sabe?
ResponderEliminar¡qué prsonaje el tal José!
Te agradezco tu entrada de hoy proque es de lo más simpatíca y me he rido un montón, me imagino que tu esposa y tú no tanto al soltar el "billetón".
Saludos.
Ridao cariño,ahora mismito me estoy pensando hacerme tapicera,que burrada de dinero en un solo día,pero es cierto no has dicho nada del iva,aquí como te pille la Bea que está metía en eso te pone una multa que tienes que vender las butacas,yo también tengo historias de butacas meneonas pero esas no las puedo contar por el blog.
ResponderEliminar¡Qué cojones tienes Ridaiku!
ResponderEliminarEl problema es que los licenciados no tenemos conciencia colectiva y no nos unimos. ¡Cualquiera le mete mano al PER!
ResponderEliminarAhora, eso sí; algo importante he aprendido. La próxima vez que un paciente me diga que le parece caro el precio de la consulta, le digo...
aaaaaaaaarooooo, si es que le he incluido el IVA, la culpa es del gobierno...
Pues yo creo que no falla el mercado. ¿Cómo puedes decir eso si José te la ha metido doblá? ¿500 euros y poniendo tú la tela? Que falla el mercado, dices... Menuda franquicia nacional que tienen montada los jodíos.
ResponderEliminarP.S.: Esto no lo arregla ni er Tato, alegre.
Detrás del humor, parece inevitable que haya alguien que lo pague c...aaaaaro. Excelente lección de economía aplicada. Pasarán años antes de que se te despinte el tal José. El retrato que has hecho de él no tiene precio.
ResponderEliminarSaludos.
Aaaroman, insigne exponente de la cultura del pelotazo. Y querremos que los niños estudien. Anda que...
ResponderEliminarUn abrazo, no un beso como el parguela del Ramón.
Mira Ridao,yo creo que te han timao,500 euros por tapizar dos butacas,poniendo tu la tela,me parece carísimo,tu cuándo quieras tapizar me llamas a mi.
ResponderEliminarLa Bea, me regaló un sofá tan pijo como ella,con su tela de seda y sus flores en relieves bordadas con hilo de oro,el sofá la verdad era muy bonito,y caro,pero claro,era tan fino,fino,filipino,que cuándo te sentabas en su fina seda,se quedaba to arrugao,vamos,que más que un sofá,parecía un acordeón,y eso sin hacer en el guarrerías,como haría la Paqui,así que decidí tapizarlo,y me cobraban más de 1.000 euros,así que yo que soy mú apañá,me cmpré la tela,y con una grapadora,me lo tapizé enterito,no veas lo bonito que lo tengo,hasta la Bea,se quedó sorprendida,de lo bien tapizao que estaba,y eso sin haber tapizao,en mi vida,es lo que tiene ser pobre.Pero te puedo asegurar,que el sofá está precioso,vamo cualquier día lo coloco en el museo del Prado,porque esque es una obra de arte.
Solo hace falta un poco de ingenio,y ser pobre,claro está.
Un beso sofalero.
Ay dios, lo que me he reído. Perdona, pero escrito así e imaginando la situación pues qué quieres que te diga.
ResponderEliminarAlgún teléfono o dirección tendrás de él, lo digo por si a los dos días empieza la tapicería a fallar. Y aaaaaaaro !os entrará de todo!.
Mira, hay que ser optimistas, no os queríais deshacer de esas butacas y os habéis deshecho de los 500 euros.
Pues ala, a disfrutarlas con cuidado y que sirva para muchas generaciones.
Besos.
Ramón: un beso en la boca es lo que le entraron ganas de darme al soltarle el talego.
ResponderEliminar¡Es verdad, José María! ¡Menuda ganga! Me has alegrado el día.
Álex: las descalzadoras las tapiza a 1000 euros, pero eso sí, te quita él mismo los zapatos los primeros dos meses.
Coño, Rafael, no hables tan fuerte. ¿Cómo va a ser del libro? Es que por las tardes me dedico a alicatar cocinas de clientes pardillos.
Aaaaaabrazos.
Alegre: como te dicen más abajo, ni er Tato (¿qué coche gastará er nota?).
ResponderEliminarTienes razón, Susana, nosotros aún estamos un poco mosca.
Paqui: di a la Bea de mi parte que yo me meo en el IVA. Aaaaaaro.
Grandes y pesados, Javier.
Buena idea, Elena. Se la paso a Lola.
Aaaaaaro que os doy abrazos.
Que no, Tato, que falla el mercado, joder. A ver quién encuentras que tapice dos butacas por menos de 400 euros. Dinero limpio en un día. ¿Cómo lo ves? Es la evidencia de que la ley de la oferta y la demanda tiene agujeros.
ResponderEliminarGracias, Luis. Lástima que no le haya hecho también una foto para enseñarla.
Venga ese abrazo, Fernando.
Baaaaaaratos me han salío.
¿Ti da cuén, Rocío? Más de 1000 euros por un sofá, y a mí 500 euros por dos. ¡Si es que he hecho un negocio!
ResponderEliminarLNJ: Es curioso, no tenía teléfono ni na. De hecho nos temíamos que no volvería al día siguiente, pero claro, binladen es mucho binladen. Di que sí, siempre optimistas.
Aaaaaaro que sí: una ganga.
Todo es hacerse con "una fragoneta, cravos, martillo y poco mas".
ResponderEliminar¡ Aaaaro! me parto de risa.
Tengo una amiga muy apañadita que sabe tapizarse sillas...y mira por dónde, es médico. Si le cuento todo esto la veo muy capaz de echarse al monte, o sea, "a la fragoneta".
Ya ves, Mery. Siempre se encuentra algún pardillo. Un beso.
ResponderEliminar