martes, 5 de octubre de 2010
Memoria rota
Me dicen que no puedes recordarme,
que aquellos años turbios no son nada
en las alfombras rojas de tu vida,
que nunca te has salido de la dulce
felicidad estúpida del miedo
tapado por la falta de promesas.
Si yo te dijera cuánto he vivido
después de aquella tarde de un otoño
más oscuro que todos los otoños,
lo mucho que he tardado en despertarme,
lo rápido que me he acostumbrado
a hacer las cosas como yo quería,
y no como querían mis amigos
del alma, con lo bien que me querían...
Ahora que he encontrado mi camino,
ahora que por mucho que uno quiera
jamás podrá volver atrás, ahora,
quiero que me devuelvas el espejo
perdido y olvidado, medio roto,
donde todos los días te mirabas,
me mirabas tan cerca y tan intensa,
como si fuera tu segunda piel.
Saca ese espejo de su caja blanca,
no vuelvas a mirarlo, por favor,
colócalo cerca de aquella fuente
en donde tantas veces nos amamos,
y así podré después de tanto tiempo
romperlo suavemente en mil pedazos.
Dicen que el tiempo lo cura todo aunque deje cicatriz, incluso lo que no se puede recordar.
ResponderEliminarPrecioso mi señor Ridao.
Qué hermoso...tiene una cadencia y un tempo excelentes.El ritmo me ha envuelto, y he viajado con tus versos a esa fuentey a ese espejo, y a esa juventud que un día fue.
ResponderEliminarUn beso enorme
Que bonito Ridao,si alguien me recordara de esa manera y me echara de menos así,me iba pitando a su vera y le hacía el 69 sin parar.
ResponderEliminarEscasso cariño dime algo que me tienes engolosiná.
Gracias, Maile. El tiempo, sobre todo, inspira.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marisa, por tus elogios. El otro día me enredaste con tus palabras, te lo dije y se perdió. Cosas de WordPress, supongo.
Que me espantas a los poetas, Paqui... Lo del 69 es poesía oral donde las haya.
Abrazos.
Si el espejo tiene marco, guárdalo.
ResponderEliminarTe servirá para enmarcar el último verso, que bien lo merece.
Ya era hora que encontraras tu camino,que tienes cuarentaytantos...
ResponderEliminarMas vale tarde que a propósito.
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminar"Y al volver la vistras atrás..."
El otoño te inspira "saudades".
Ayer me acordé de ti porque delante de mí, durante una comida de trabajo, estaba sentado el economista de mi centro. Y estuvo hablando de la crisis y del modelo de gestión de varias empresas...
Estos economistas, me dije yo...
Salu2 económicos y diferenciales
No me hables de espejos y de marcos, Álex, que todavía tengo unos pocos por colgar, y me están entrando ganas de romperlos nada suavemente
ResponderEliminarSí que me ha costado, Rapa, mucho más que a ti, que siempre tuviste las cosas muy claras.
Seguro que no tenía ni idea, Dyhego. Pásale un curso de economía andurrialera para que aprendan los mushashos.
Abrazos.
Magnífico, Ridao. El final es absolutamente magistral.
ResponderEliminarUn abrazo, querdio mío.
J.
Gracias, J. Te voy a tener que invitar a 5J.
ResponderEliminarOoooh, cuántos nostálgicos y mágicos recuerdos, pero sobre todo, qué divinamente compilados en tus versos. Ridao, te superás, sí señor, te superás cada día... La poesía te sienta genial.
ResponderEliminarBesotes.
Muy bonito Ridao lo que has escrito.
ResponderEliminarLo de la alfombra roja,en Málaga como hay mcho arte y se está celebrando allí el juicio los malayos,los malagueños han bautizao a la puerta los juzgaos: la alfombra roja¡que arte hay por el sur!.
Bueno a lo que iba bellas palabras a un recuerdo donde aún queda alguna cicatriz,como en todos los amores.
Un beso recordatorio.
Y otro pa la paqui,anda ñiña,leete de vez en cuándo algo de poesía,paquita y dejaté de tanto 69.
Una preciosidad.
ResponderEliminarLos versos finales son impresionantes, con su paradoja incorporada: romper suavemente en mil pedazos.
Romper con dulzura es posible.
Ridao,me ha parecido exquisito de cojones también.
ResponderEliminarTengo un amigo que dice que el pasado es un espejo retrovisor al que hay que mirar de vez en cuando, pero que si no haces más que mirarlo fijamente, irremediablemente acabas por estrellarte.
Por eso yo en vez de pensar en una exnovia que tengo que me hizo mucho desufrir, no hago más que pensar en Dña Francisca que me tiene loquito de remate.
La melancolía, en dosis reducida.
Muchas gracias, Liliana. Ya me hacía falta.
ResponderEliminarMucha guasa y mucho sinvergüenza suelto veo yo, Rocío, y lo peor es que se convierte en un show. Así nos va...
Sí es posible, Mery, pero muy difícil, creo yo. Muchas gracias.
Lo de exquisito de cojones es magnífico, Escasso. Y lo del retrovisor también. Sorbitos pequeños y breves, es lo suyo.
Abrazos exquisitos.
Yo no dejo que nadie me deje cicatriz la manera de conseguirlo es no enamorarte de nadie nunca.
ResponderEliminarPero eso es tan difícil...
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