Dulzura
He visto demasiadas lunas llenas
que luego se vacían poco a poco;
gloriosos amaneceres, tan bellos
como el ocaso espléndido que anuncian;
risas felices que acaban en llanto,
fuegos fatuos magníficos y efímeros;
jóvenes fuertes, puros, inmortales,
que pierden la partida con el tiempo;
soles y fuegos, destellos e ilusiones
que se vuelven marchitas y se apagan
en el albor de las primeras nieves.
Aún llora en el corazón del poeta
todos los días a la misma hora,
cuando el amor parece que no existe,
y tú tapas mis ojos, cielo mío,
para llevarme a casa dulcemente.
Precioso poema José Miguel, esa dulzura tuya es un dulce muy sabroso. Rico-rico...
ResponderEliminarBesos.
Magnífico, José Miguel... y déjate llevar.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo el final. Cuanta ternura y delicadeza.
ResponderEliminarUn beso
"Toda belleza duerme."
ResponderEliminarFernando Arrabal
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminar¡Me ha gustado eso de las lunas llenas que se vacían!
Ayer había luna llena y estaba preciosa.
Salu2.
Gracias, Lourdes. Deberían componerse poemas comestibles.
ResponderEliminarGracias, Álex. Eso llevo haciendo toda la vida.
Muchas racias, Ángeles, cuánto tiempo. Cada vez que doy en la diana, o eso creo, vienes a decírmelo.
Una cita sabia, Rafael. No voy a hacer el chiste fácil de la Bella durm... ¡lo solté!
No me fijé, Dyhego. Me centro demasiado en la pantalla.
Abrazos.