Pocas cosas me llevo de este mundo:
las páginas perdidas de mis primeras sílabas;
un par de buenos goles cuando era delantero;
los amigos que quedan; los amigos;
alguna vez que me llamaron genio
y yo me lo creí;
mi diario de los últimos años
y la memoria débil de otros tiempos;
las rojas buganvillas de una tapia
en domingo de Ramos…
y lo que vino luego, los que vinieron luego,
los cinco que más quiero.
Wonderful
ResponderEliminarThanks a lot! You're too kind...
ResponderEliminarBellísimo en su languidez y su nostalgia, José Miguel. Todo eso no es llevarse poco sino irse con las manos llenas y el corazón a rebozar.
ResponderEliminarPero todavía hay tiempo de sobra para acumular esos tesoros que sólo se guardan en el alma.
Muchos besos.
¡Pues no es poco!
ResponderEliminarUn abrazo.
Monsieur RIDAO:
ResponderEliminar¿Y eso es poco?
Salu2.
Los cinco que mas te quieren estarán muy orgullosos de este poema, segurísimo.
ResponderEliminarUn beso
Tienes razón, Liliana, espero hacerme con unas poquitas cosas más. Dos o tres, para qué más...
ResponderEliminarEs poco pero bueno, Alegre. Otro abrazo.
Te digo lo mismo que a Alegre, Dyhego. Hay gente que llena varios sacos. Yo no tengo nada más que lo que digo en el poema, es así, pero estoy contento.
Sí que lo están, Mery, sobre todo la "una". Los otros cuatro son muy chicos.
Abrazos.