Un día es especial cuando lo vestimos con traje de luces, aunque llueva a cántaros, o precisamente cuando llueve a cántaros.
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Hoy, Romería de San Bartolomé en Alájar. Lo del santo es una excusa para emborracharse a conciencia en los siete kilómetros de carril que van desde el pueblo a la ermita. Se trata, además, de una borrachera muy por el estilo de las que cogen cada fin de semana los jóvenes en las botellonas: nada de hacer el camino andando; se llevan sus coches macarras, abren los maleteros provistos de millones de watios y ponen la música, por decir algo, a la que nos tienen acostumbrados un día sí y otro también, de modo que se oiga en toda la provincia de Huelva. Fuimos con los niños y unos amigos del pueblo, pensando que estaba bien participar de las tradiciones, pero el espectáculo que presenciaron fue lamentable, bochornoso. No entiendo que tengan que tomar el pretexto del día del santo para coger esa enorme cogorza itinerante; podrían hacerlo cualquier otro día, además sin molestar a los pocos que se toman aquello como una parte de la cultura de su pueblo. No volveré, y menos con mis hijos: que estos niñatos y no tan niñatos hagan lo que quieran con el pobre de San Bartolomé, a fin de cuentas no se me ha perdido nada allí.
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Los niños se bañaron durante horas en Charco Hondo, y exploraron la ribera en busca de criaturas fluviales. Se lo pasaron pipa: con el tamaño que tienen, para ellos aquel riachuelo debía de ser poco menos que el Amazonas, y yo contribuía alertándoles de que había visto cocodrilos merodeando.
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Me he pasando el día diciéndome: ¡Qué pena de juventud! Pero es una frase odiosa, y además ellos no parecían muy apenados. Hay causas que no merecen la pena.
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Cada uno tiene sus fobias: la mía es un niñato tipo de diecisiete años, inculto hasta el tuétano del cráneo, descamisado, montado en una mierda de coche tuneado, con el equipo de música, que vale más que el coche, reventando los tímpanos de todo animal situado a un kilómetro a la redonda, y siendo rociado por sus compinches con un garrafón de mejunje alcohólico que le chorrea viscoso por su piel de alimaña.
Está clarísimo que no te gustó nada, nada, nada la romería de tu segundo pueblo.
ResponderEliminarSaludos
Vaya, y yo que creía que no se me notaba...
ResponderEliminarJMJ 2012. Madrid. Cuatro Vientos. 1.5- 2 millones de jòvenes. Ningún coche tuneado. Ningún incidente. Ningún borracho. 2014 JMJ Rio de Janeiro. Bienvenido.
ResponderEliminarhttp://especiales.lainformacion.com/panoramicas/jmj/
ResponderEliminar¡Si el Papamóvil no está tuneado, que baje Dios y lo vea!
ResponderEliminarAdaptado, Bacalao.
ResponderEliminarYa se ve Ridao que no te gustaba la romería.....,pero si te la sabes entera,y los del botellon,vamo te los conoce al dedillo,no me extranaría que fueras con ellos en tu coche tuneao.Voy a tené que darme una vuelta por Álajar a ver que coche tienes,Ridaaaaaaaaaaaao.Un beso tuneadisimo.
ResponderEliminarBacalao: te iba a poner un enlace donde sale un papamóvil tuneado, pero es kilométrico.
ResponderEliminar¡Rocíooooooo! Cuánto tiempo, seguro que eras tú la forastera que llevaba el pedazo de Mercedes tuneao que sonaba más que todos los coches del pueblo juntos. Haber avisao...
Abrazos alajeños con ventilador.
pues pienso totalmente lo mismo, no me gusta nada esta fiesta que es, como bien dices, una excusa para emborracharse ante los ojos de todos, la juventud con su peor ropa, pintarrajeados, cargados de ponche, esos coches "pa reventá" los oidos,con un calor que te mueres y siete horas por un carril sin sombra...¡lo que tiene que aguantar el pobre san bartolomé!
ResponderEliminarMenos mal que ya está otra vez tranquilito en su ermita, poco le van a molestar de aquí a un año...
ResponderEliminarEstimado amigo, quizá si hubieses conocido la tradición, y tuvieses arraigo en Alájar, comprenderías algunas de las cosas; es cierto que hay aspectos que no son los adecuados en ello te doy la razón. Sin embargo, pienso que has generalizado demasiado la actitud de todos y todas las personas que disfrutamos (con o sin alcohol)de nuestras tradiciones, de nuestras fiestas y de nuestra gente, te has ceñido a hablar de un grupo de personas y nos pones a todos por igual. Así que quizá hay que pensar antes de generalizar y publicar una opinión en contra de todos y todas los alajeños así como de sus fiestas y tradiciones.
ResponderEliminarTienes razón en que he generalizado demasiado, no del todo: en el texto hablo de "los pocos que se toman aquello como una parte de la cultura de su pueblo". Es fruto de la pena que me da ver cómo el camino está tomado por borrachos integrales (distinto es el que bebe ponche para participar de la fiesta, como en cualquier romería). Y lo peor es que la gente pasa por delante de esos coches con la música a toda pastilla, que hace daño a los oídos, y no les dicen nada, parece que lo aprueban. Hasta el San Antonio toda va bien: es bonito, se lucen los caballos, se nota que la gente tiene arraigo en la fiesta, pero después... y que conste que excluyo a los que participan de esta fiesta y le molestan estas actitudes, eso no es romería ni es nada, es una botellona itinerante; no es cultura: es incultura. Con decir que da miedo llevar a niños al camino por el ejemplo que ven, ya es suficiente. Pienso que hace falta autocrítica y, sobre todo, que los mismos alajeños censuren lo que no es propio de la fiesta, porque ésta se está degragando.
ResponderEliminarves, ahora que has especificado si que estoy de acuerdo contigo
ResponderEliminarEstimado señor
ResponderEliminarEs una pena que no haya apreciado la esencia de esta romeria y use los peqeños detalles amargos para enturbiarla, o desprestigiarla, pero realmente la romeria de San Bartolome no es lo que usted relata y poco la ha vivido para hacer esos comentarios.
La romeria de San Bartolome es alegria de reencuentro en el camino, junto al simpecao, es generosidad del que te ofrece lo poco que lleva para saciar su sed o su hambre, es nostalgia al recordar a los que ya no estan o no han podido venir aunque no pierdes la esperanza de encontrartelos por el camino, es ingenuidad del que cree que va a llegar a la ermita andando sin fatigas, es belleza del camino lleno de paradas con encanto, es emocion de ver llegar al simpecao, es tristeza al ver como pasan las horas y cada vez queda menos para que se termine, es pasion del que le canta al Santo en la hermita,es....podria rellenar folios y folios, es una pena que no haya visto nada de eso solo los 2 coches con los niñatillos que estan en la edad de hacer el ganso.
Sevilanas, fandangos y mucho arte, es gozo al llegar despues de un camino lleno de anecdotas pero sobre todo es una romeria que hay que saber entenderla, sumergirte en ella y no tener en cuenta como la vivan otros, cada uno vive la romeria como quiere y si no te gusta la musica atronadora vete a otro lugar del carril que es muy largo.
Bueno amigo, en definitiva comentarte que San Bartolome es una gran romeria, y si hubieses ido a la romeria a disfrutarla en vez de a buscar los tipicos fallos que hay en el 99% de todas las romerias que conozco seguro que la hubieses vivido en su esencia y te hubieses ido con otro sabor de boca.
Saludos
Ahí radica gran parte del problema: en minimizar la agresión a la romería: no son "dos coches con los niñatillos que están en la edad de hacer el ganso", ojalá fuera sólo eso. Por muy largo que sea el carril el ruido se oye en todos los rincones. Puedo asegurarte que fui a la romería a disfrutarla, con mi familia, y te aseguro también que eso no es lugar para un niño. He escrito muchas cosas sobre Alájar en este blog, casi siempre alabándolo, puede comprobarse en la etiqueta de "Alájar". Por una vez he hecho una crítica, sin la intención de desprestigiar nada; al revés, creo que no sería tan difícil eliminar el problema, que por cierto no lo comparte el 99% de romerías, ni mucho menos, en casi todas ellas no permitirían este comportamiento que tanto desluce la fiesta. Por fortuna, no suelo dedicar mi tiempo libre a "buscar fallos", sino a disfrutar, y en este caso simplemente hay unos cuantos que impiden el disfrute, y nadie los pone en su sitio.
ResponderEliminarSaludos.
Aquí hay un problema que por mucho que comentemos nunca estaremos de acuerdo y es que nunca llueve a gusto de todos. Yo siempre he dicho que si a esta romeria le quitas el ponche no va ni el gato. Pero hay que saber beber con cabeza. Hay gente que lo hace andando y los "vagos" que ni se lo plantean y llevan sus "cochazos". Hay gente que recoge su basura y otra que tiene la mano floja y piensa que ya se lo tragará la tierra. Con esto quiero decir que para hacer una romeria perfecta habria que coger una pizca de cada comentario y llevarlo a cabo pero no dejaría de ser MI romeria perfecta por mucho que me pese. Ir andando hasta donde el cuerpo aguante, refrescarse y beber sin el objetivo de coger la cogorza padre, encontrarse a gente que hace años que no ves, remojar a aquellos novatos que vienen por primera vez pero SOBRETODO dejar el camino igual que estaba libre de cascotes y basura que no se evapora. Pero sres eso es imposible por mucho que nos esforcemos. Se ha conseguido eliminar el sufrimiento animal en las "fiestas nacionales"?? No porque muchos piensan que es tradicion. Se ha conseguido eliminar que los niños lloren en el rocio por las creencias de sus padres? No porque muchos piensan que es devocion. Y asi podría estar frases y frases. Imaginaos si fiestas como San Fermin, el rocio, el toro de la vega siguen haciendo salvajadas, aqui que vamos a conseguir?
ResponderEliminarVIVA EL SANTO!!!!!
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