miércoles, 19 de noviembre de 2014
Amigos, el ridáider... ¡Ha muerto!
Parece que fue ayer cuando lo acunaba en mis brazos, recién descendido de las alforjas reales, le introducía por primera vez el cable USB, le cargaba sus primeros libros, sus primeros retoños... Ha sido un fiel compañero estos casi cuatro años, mi apoyo existencial, en él he leído cientos de historias, decenas de miles de páginas, un pozo infinito de sabiduría en el que me he zambullido todas las noches, las más de las tardes... Ha habido momentos duros, como aquella vez que lo olvidé en el techo del coche y salió despedido en la primera curva sin que lo notara, pero un ángel de la guarda me lo devolvió, y siguió acompañándome día a día, sin faltar a la cita. No niego que ya estaba el pobre muy desvencijado, pero aún me servía fielmente como el primer día. Ayer se quedó atrancado en una página de Jaspers, y no lo pudo superar. Quedará esta página para el recuerdo, me habría gustado que fuera de Galdós, o de Dickens, o de Shakespeare, pero uno no puede elegir el momento de la muerte de sus compañeros.
Descansa en paz, amigo, te echaré de menos, no te guardaré mucho luto porque la vida sigue, y yo no vuelvo al papel ni amarrado, pero tú, ridáider, quedarás en mis recuerdos como el primero y el más grande.
Querido amigo:
ResponderEliminarMi más sincero pésame. Pero me gustaría saber una cosa: ¿por qué ese afán por desechar la lectura en papel? ¿Acaso es afán ecologista o deseo de integrarse como sea en la nueva tecnología?
Un saludo cordial.
Monsieur Ridao:
ResponderEliminarEs una pena. Son fieles, serviciales, incansabales, se les toma cariño.
Quizás en las alforjas reales venga otro sustituto...
Estoy leyéndome "Montes de Oca".
Salu2 pantallosos.
A rey muerto, rey puesto, amigo Ridao, ¡claro que la vida sigue!
ResponderEliminarYo me hice fan fugaz de la cosa electrónica, pero he sufrido efecto rebote. Tengo la incómoda sensación de no haberme leído todos los libros que me he leído (y hace dos veranos fueron muchos) en la moderna pantallita. Como las mujeres de las feministas, carecen de «visibilidad»: no se los topa uno en las estanterías o amontonados en una mesa, y a veces ni me acuerdo de que los leí. De momento vuelvo a preferir el papel, por más que no convenga al bolsillo.
Pero tú sigue a lo tuyo y que te cunda. Abrazos papeleros.
No somos nadie.
ResponderEliminarEn fin, el muerto al hoyo y el vivo al bollo: ¿El nuevo será también Sony o te pasas a Kindle?
Descanse en paz, y tanto. Piensa que tanta penetración vía usb, no quien la soporte demasiado tiempo.
ResponderEliminarEn fin, ha muerto, el pobre, con las tintas electrónicas puestas.
Que el contenedor de residuos tecnológicos le sea leve.
Tras tanto tiempo de ausencia, esta trágica noticia empaña mi alegría de este reencuentro.
ResponderEliminarEs cierto, parece que fue ayer cuando el incidente del coche, en aquella ocasión me he desternillado de la risa por lo insólito de la situación.
Ahora, QUEPD, el chisme. Será cómodo, pero sigo prefiriendo el olor a libro...
Besos, Ridao.
Pensé que estaba dotado de la inmortalidad después del rocambolesco episodio del techo del coche. Pero ya se ve que todos tenemos escrito nuestro día en algún libro que espero sea de papel.
ResponderEliminarUn abrazo consternado.
Muchas gracias, José Manuel. Te explico: si me hubiera gastado en papel lo que he leído en el ridáider tendría ahora fácilmente 5000 euros menos, y mucho menos espacio en mi casa. Eso sin contar la comodidad de acceder con un toque al diccionario, tener los libros siempre a mano, leer confortablemente con luz por la noche... son tantas las ventajas, que el papel me resulta una antigualla, aunque no lo desdeño si no encuentro el texto en formato electrónico.
ResponderEliminarDyhego: ¡Montes de Oca! está usted pisándome los talones, voy a darme prisa, que tengo que terminar antes, es cuestión de honrilla.
Antonio: es verdad eso que dices, es una pequeña desventaja, pero siguen pesando las ventajas para mí. El nuevo que me va a llegar creo que mañana da estadísticas de lectura y todo.
Fernando: ni uno ni otro, oído al parche: KOBO. La caña, lo que yo te diga.
Sí, Alonso, ha sufrido el pobre demasiados abusos vía usberal. Creo que los fabricantes deberían reforzar las partes blandas.
¡¡Lilianaaaaa!! Qué alegría, después de tanto tiempo. Lástima que vengas en un momento tan fúnebre, y ahora que lo dices es verdad lo del olor a libro. Propondré a los fabricantes que desprendan un efluvio a incunable, seguro que es fácil de lograr.
Paco: nuetro destino está escrito EN LA NUBE. No lo dudes.
Muchos abrazos, sobre todo a Liliana, que es la decana andurrialera y además está recomendada.
Entré a los comentarios precisamente para enterarme del reemplazo: buena elección, tengo un KOBO y hasta ahora sin queja alguna (porque de formatos, los .mobi de Amazon sólo los paso a .epub y ya está, a darle).
ResponderEliminarEstoy encantado con el kobo. Es mejor que el kindle.
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