Por estos andurriales

El mejor cirujano plástico es el tiempo.   ~ Ese momento insuperable en que te acercas con el coche a un paso de cebra, ves en el últi...

¿Qué son 200.000 años? Apenas un suspiro cósmico, incapaz de alterar en lo esencial los genes de la especie a la que pertenece el indiv...

Hoy, día del libro, he seleccionado para mis sufridos alumnos de bachillerato unas lecturas de nuestro autor más universal, Miguel de Cerva...

Marque la afirmación con la que esté más de acuerdo, y justifique su elección. Dios no existe, se trata de un invento de los curas para v...

Ante el ataque perpetrado el otro día por mi hijo Ignacio sobre mi asendereado aspecto actual, quiero traer hoy una imagen de los tiem...

  ¡Qué misterioso encanto el de las fotos que nos llegan del pasado! Es como si cobraran forma las sombras del siglo XIX, c...

Gracias al entusiasmo y al intenso trabajo de mi compañero y amigo Pepe Galeote, un grupo de más de cien alumnos de bachillerato de mi cent...

Golpea mi corazón, Dios trinitario, No sólo llames, soples, brilles, sanes; Derríbame para ascender y erguirme. Rompe, pega, quema y...

La verdadera grandeza va siempre revestida de humildad.   ~ Es preferible escribir mal a no escribir, porque te hace pensar.   ~ ...

El aria Je crois entendre encore , de la ópera Les Pecheurs de Perles de Bizet, tiene una extraña cualidad: quien la escucha se ve invad...

La humanidad se divide en dos grandes grupos: los que saludan efusivamente a los negros que venden pañuelos en los semáforos y de vez en cu...

Andaba detrás de mí el otro día mi hijo Ignacio diciéndome que si estaba muy ocupado, que me necesitaba un tiempo "un poquito largo...

Hoy quiero hablar de un éxito de los buenos, por lo que tiene de compartido con unos alumnos de bachillerato que no sabían lo que era l...

Porque todo lo que reluce es humo, y nuestra dicha está en capear los temporales, engendrar hijos para quererlos, aunque la eternidad no ex...

Cuando era joven y yacía bajo las ramas del manzano Junto a la casa arrulladora, tan feliz como verde era la hierba,      La estrellada n...