Playa de Rota, 12:30 del mediodía. Mi hijo Miguel y yo estamos sentados en la arena, haciendo hoyos con una pala.
- Papá, ¿a que yo soy tonto?
- Miguel, hijo, ¿cómo puedes decir eso? Deja de decir tonterías.
- ¿Ves? Si no fuera tonto no podría decirlas.
Desde luego, este hijo mío no tiene un pelo de tonto. No sé si fue una trampa que me tendió o le salió así espontáneamente, pero desde luego a quien se le quedó cara de tonto fue a mí.
Pues suena a trampa espontánea, sobre la marcha tras tu respuesta.
ResponderEliminar¿Por qué se le ocurriría esa pregunta?
Me ha recordado la conversación a la película "Forrest Gump"; que es la película de mayor sensibilidad e inteligencia que he visto en mi vida. Te lo digo absolutamente en serio.
Un abrazo.
Eso que cuentas no es ninguna tontada, sino más bien, fruto de una profunda y sesuda reflexión.
ResponderEliminarTu hijo es un genio, mundial...
ResponderEliminarSale a su padre.
Este, como tú, no tiene un pelo de tonto...
ResponderEliminarCreo que tienes razón, Juanma, fue una trampa espontánea, pero estuvo muy rápido el arrapiezo. Vi Forrest Gump, y la recuerdo como una película muy buena.
ResponderEliminarFíjate, Jesús, que creo que fue espontáneo, aunque desde luego la respuesta fue sesuda. Este niño promete...
Miguel es el genio de la lámpara, Javier, y yo el que le saca brillo...
Sí, Julio, pero con más mérito, él tiene muchos más pelos que yo...
Un abrazo roteño.
Qué estampa más bonita, José Miguel, el padre y el hijo jugando con la arena de la playa, aprovecha esos momentos, son únicos.
ResponderEliminarMiguel no es tonto, sólo un genio lo reconoce, con su edad me ha dejado a mí también con cara de tonta.
Disfruta con tu familia, abrazos.
Tienes razón, Pasión, son momentos únicos, aunque uno se da cuenta cuando ya han pasado.
ResponderEliminarGracias como siempre por tus palabras sobre Miguel.
Un abrazo.
Este chiquillo va poniendo trampas para encontrar verdades o mentiras entre los adultos.
ResponderEliminarEs listo de los pies a la cabeza.
Me encantan estos diálogos filio-paternos, de verdad.
Un abrazo
Eso fue una espontánea trampa cazatontos José Miguel y perdón por la parte que te toca, jajajaja. El Ridaíto no ha tenido que pensarlo nada, así de genio le ha salido.
ResponderEliminarNo me voy a cansar de decir que los chicos vienen cada vez más vivos...
Una delicia.
Un beso grande.
PS: Ya te has hecho famoso en Papirando Nº 5, desde el sidebar de mi blog la podés descargar. ¡Gracias José Miguel!
Pero listo, Mery, una mezcla de sabiduría e inocencia... o una sabiduría inocente, más bien.
ResponderEliminarUn beso.
Fui cazado y bien cazado, Liliana, lo reconozco.
ResponderEliminarMe he descargado el Papirando y me siento importante, y más con la presentación que haces de mí. Mil gracias a ti, de todo corazón.
Muy bueno,este niño se ha reido de su padre,estoy segura que fue algo espontáneo como solo saben hacerlo los niños.Abrazo.
ResponderEliminarMe temo que sí, bambu. Miguel es especialmente espontáneo a sus 6 años, y creo que en cierta medida lo seguirá siendo. Un abrazo.
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