Tesoro de juventud. Cisnes estrangulados y centauros aburridos de que nadie les dirija una mirada tan solo. Modernidad anticuada pero plena y eterna. No es antiguo lo que es bello.
Sigo prefiriendo la madurez, y la tengo estrangulada, pero eso no significa que haya que estrangular al cisne enterito, y más teniendo siglo y medio de vida, tiempo ha teniudo de madurar.
Igual que Darío, Julio. A lo mejor ése era su secreto, calmar la sed. A mí, desde luego, no me funciona. Se me quitan las ganas de escribir, y encima intento salir de los garajes por la entrada.
Cúanto honor que el insigne creador de los Ridaikus me dedique una entrada, en esta época en la que ya nadie se acuerda, apenas, de la belleza. Gracias, amigo alajeño. El último verso podría haberlo firmado yo.
Qué alegría recibirle de nuevo en mi humilde cuaderno, don Rubén. Se le echa de menos en su blog, Cisnes y centauros. No es por nada, pero lo tiene usted un tanto abandonado. Entiendo que tiene justamente cien años más que yo, habrá que ver cuando yo llegue a esa edad los ánimos que tengo, pero desde aquí le animo a hacer una entradita de vez en cuando, que estamos hartos de poetastros postmodernos que sólo escriben versos desagradables. Necesitamos poemas ubérrimos y fecundos.
Le dedico un ridaiku:
que vuelva el cisne y se harte de chochitos para inspirarse
Don Ruben tiene su sitio. Persiguió su forma, encontró momentos intemporales y personales. Belleza. Lo demás, experimentos. Te tienta el azul, Ridao, cada vez más... Yo me retiro a Teruel este finde, pero el domingo por la noche vuelvo al ruedo al menos una vez; tengo una de esas tentaciones que ya me queman en las manos, pero voy a dejarla dormir un par de días. Besos para tu tropa (y para ti, hombre;-)
Te he saltado, Olga; disculpa. Ya sabes que los dos colores que me tientan son el marrón y el azul. Últimamente, cada vez que tiro de la cadena el azul triunfa; me debo de estar amariconando.
Besos también para ti y tu tropa poética y rugbylárica.
Creo que Rubén Darío no está anticuado, y no sólo porque su obraa aún está viva, sino por la influencia que mantiene sobre la poesía actual.
ResponderEliminarY si no recuerdo mal, fuiste tú quién estranguló la "juventud" prefiriendo madurez, y veo que no la recuperas en el poema de hoy, mal, muy mal.
Sigo prefiriendo la madurez, y la tengo estrangulada, pero eso no significa que haya que estrangular al cisne enterito, y más teniendo siglo y medio de vida, tiempo ha teniudo de madurar.
ResponderEliminarNunca será antiguo lo bello. Lo bello no tiene tiempo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Nunca es antiguo lo que es bello...te invito a leer mi homenaje personal a
ResponderEliminarDarío
Te mando un fuerte abrazo mientras cierro las maletas:)
http://enredandopalabras.es/blog/enredandopalabras/2008/09/07/releyendo-a-ruben-dario/
ResponderEliminarEs éste, que no te lo había enviado...
Así es, Javier, lo bello no tiene tiempo. Fíjate en tú y yo, que parece que no pasa el tiempo por nosotros.
ResponderEliminarAcabo de leer tu homenaje a Darío, Marisa, y es magnífico. Profundo, sentido y detallado. Muchas gracias por el enlace.
ResponderEliminarTe deseo muy buenas vacaciones, "Sharon Stone de las Españas" ;-)
Tengo sed, mucha sed...
ResponderEliminarIgual que Darío, Julio. A lo mejor ése era su secreto, calmar la sed. A mí, desde luego, no me funciona. Se me quitan las ganas de escribir, y encima intento salir de los garajes por la entrada.
ResponderEliminarCúanto honor que el insigne creador de los Ridaikus me dedique una entrada, en esta época en la que ya nadie se acuerda, apenas, de la belleza.
ResponderEliminarGracias, amigo alajeño. El último verso podría haberlo firmado yo.
Qué alegría recibirle de nuevo en mi humilde cuaderno, don Rubén. Se le echa de menos en su blog, Cisnes y centauros. No es por nada, pero lo tiene usted un tanto abandonado. Entiendo que tiene justamente cien años más que yo, habrá que ver cuando yo llegue a esa edad los ánimos que tengo, pero desde aquí le animo a hacer una entradita de vez en cuando, que estamos hartos de poetastros postmodernos que sólo escriben versos desagradables. Necesitamos poemas ubérrimos y fecundos.
ResponderEliminarLe dedico un ridaiku:
que vuelva el cisne
y se harte de chochitos
para inspirarse
Mi más sincera admiración. Suyo siempre,
José Miguel Ridao.
Ya satisfice su deseo, amigo Ridao, con un apunte en mi blog. Gracias por el ridaiku. Comeré chochitos, para inspirarme mejor en futuras ocasiones.
ResponderEliminarDon Ruben tiene su sitio. Persiguió su forma, encontró momentos intemporales y personales. Belleza.
ResponderEliminarLo demás, experimentos.
Te tienta el azul, Ridao, cada vez más...
Yo me retiro a Teruel este finde, pero el domingo por la noche vuelvo al ruedo al menos una vez; tengo una de esas tentaciones que ya me queman en las manos, pero voy a dejarla dormir un par de días.
Besos para tu tropa (y para ti, hombre;-)
Con toda razón José Miguel "no es antiguo lo que es bello". Nada más acertado.
ResponderEliminarLos autores clásicos no necesitan publicidad, a esta altura creo que tampoco les interesaría, eran idealistas de primera y no buscadores de fama.
Cariños.
(Triste zoológico con cisnes estrangulados y centauros aburridos...)
Qué arte, Ridao
ResponderEliminarCorro a leer su entrada, don Rubén. Que le aprovechen los chochitos.
ResponderEliminarLo malo, Liliana, es que el zoológico actual no valora a los clásicos. Aunque no necesiten publicidad, merecerían una mayor consideración.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Te he saltado, Olga; disculpa. Ya sabes que los dos colores que me tientan son el marrón y el azul. Últimamente, cada vez que tiro de la cadena el azul triunfa; me debo de estar amariconando.
ResponderEliminarBesos también para ti y tu tropa poética y rugbylárica.
Pos anda que tú con las tertulias, Julio...
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