La pluie encore
Recuerdo una mañana de noviembre;
de este noviembre y todos los noviembres.
Aquel día en que el mundo se detuvo
y no llegó el invierno;
y no acabó el otoño.
Tú crees que eso son cosas de poetas,
que los poetas inventan mentiras
para engañar a nadie; sólo a ellos.
Quizá tengas razón,
o yo no soy poeta,
o aún está lloviendo de mentira,
o el agua que resbala en los cristales
acabará mañana
y yo saldré al umbral
y dejaré la casa de mi sueño.
Querdio Ridao: de todos tus poemas, éste es el que más me ha gustado. Sencillamente sobresaliente. El poema entero merece esa nota, alguno de sus versos (aislados) son casi para llorar. De corazón te lo digo.
ResponderEliminarAbrazos.
J.
Meláncolico estamos, me gusta mucho.
ResponderEliminarUn beso
Y por supuesto aprovecho para agradeceros vuestras palabras. No sé si mi querdio amigo J. se ha pasado un pelín, pero yo encantado, que hay que alimentar el ego de vez en cuando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a los dos.
Ay, qué follón. Te veo el jueves, por cierto.
ResponderEliminarFollón resuelto. ¡Chsssst! Que no se entere nadie. Será un placer saludarte el jueves.
ResponderEliminar"Aquel día en que el mundo se detuvo
ResponderEliminary no llegó el invierno;
y no acabó el otoño."
...
¡Qué maravilla, que aún existan esos días en nuestras vidas (o, al menos, en la memoria del poeta que llevamos dentro)!
Los poetas nos autoengañamos: dulce mentira la nuestra.
ResponderEliminarUn abrazo, Ridao
Qué bien escribes, jodío.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Bravísimo!
ResponderEliminar¿Para qué decir mas?
Un beso y buenas noches
¡Qué hermoso! Ridao, sos poeta pese a tus dudas, con esos sentimientos no se puede ser otra cosa.
ResponderEliminarDefinitivamente "son cosas de poetas".
¡Bravo!
Besos, José Miguel.
Ya sabes que no soy un experto -hablo de la poesía-, pero estoy absolutamente de acuerdo con mi querdio Juanma.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, Sara. ¡Qué maravilla! Esos momentos estarán siempre en la poesía, por fortuna. Gracias.
ResponderEliminarMuy dulce, Julio. Nos creemos que nos engañamos y al final no lo hacemos.
Bienvenido, Thornton, y muchas gracias, joío (así se dice por aquí).
Abrazos.
Pues gracias miles, Mery.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti también, Liliana. No tengo claro qué es eso de ser poeta, pero si yo lo soy tú lo eres más.
Hombre, Tato, tus apariciones poéticas son como un termómetro para mí. No serás experto (en eso), pero cuando hablas es que te gusta de verdad.
Abrazos agradecidos.
Te veo múuuu,melancolico Ridaoooo,pero me gusta tu poema.
ResponderEliminarComo dice Sabina,que es otro melancolico de cuidao: La noche se hará tarde tan temprano,que enfermaran de otño los inviernos.
Vega arriba esa alegría,aquí o para de pluiear,vamos que lleve que se las pela,y estoy empapá,despeiná,de tó Ridao,vaya mañana,eso si con la sonrisa puesta.
Oye que soy Rocío,la del comentario anterior,er interné está caa vez,más complicao pa mi.
ResponderEliminarY que no falte la sonrisa, Rocío. Ya se veía que eras tú. Inconfundible. Un beso intermedio.
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