miércoles, 12 de octubre de 2011
Spleen
Desde que escuché esta música por primera vez, hace ya mucho tiempo, vuelvo a ella como a un oasis, sin remisión. Es el spleen de los románticos, de Baudelaire, de los humores, de la negra bilis derramada por el cuerpo. No necesito volver a oír el lamento de Dido, porque lo tengo metido dentro, y de vez en cuando asoma, cargado de tristeza salvadora. La pena de la reina de Cartago es una pena universal.
¡Ingrato Eneas, que huiste de la Troya derrotada para robar el corazón de la reina púnica y convertirla en diosa de la muerte!
Dame tu mano, Belinda,
la oscuridad me envuelve;
déjame descansar en tu regazo.
¡Cuánto más quisiera!
Pero la muerte me invade:
la espero con los brazos abiertos.
Cuando yazca bajo la tierra,
que mis faltas nunca perturben
tu corazón.
Rrecuérdame, pero
¡ah! olvida mi destino.
Ridao, lo único que no me gusta es el nombre de Belinda, que es cursi a más no poder.
ResponderEliminarSaludos.
Es verdad, lo que pasa es que los ingleses lo ven exótico. Son unos noveleros.
ResponderEliminarEsta música es una maravilla...Cómo se puede hilar tan fino, transformar la tristeza en algo tan bello aunque siga siendo tan triste...
ResponderEliminarGracias Ridao.
(Y una cosa, a mí Belinda me gusta)
El tono menor hace maravillas. Si la escuchas acompañada de los cuadros de Munch, la experiencia es impresionante. Mira esto.
ResponderEliminarNo se puede negar que es bellísima, José Miguel, pero como te he dicho muchas veces, yo que soy una inculta clásica, prefiero los temas donde primen la alegría y las ganas de vivir, esas que te hacen mover no sólo los pies, sino que ensanchan el alma. (La escena es francamente hermosa.)
ResponderEliminarBesotes.
Maravillosa la música.Gracias por haberme metido el gusanillo por un tipo de música, que antes de leerte apenas escuchaba.
ResponderEliminarLo acabo de ver...es como un abismo, como un vértigo vital por medio del color y de la música, como si la melodía te escarbara por dentro y las imágenes te colocaran frente a frente ante "Ella".
ResponderEliminarEsta música es brutalmente celestial:
ResponderEliminarhttp://lacolumnatoscana.blogspot.com/2010/10/purcell.html
Liliana: pero es que tú estás muy lejos del spleen, derrochas vitalidad por los cuatro costados. ¡Eres una dama en sol mayor!
ResponderEliminarNo hay de qué, Escasso. Si puedes, ve a una representación de Purcell, no te arrepentirás.
Sobrecoge, Blimunda, de lo mejor que he visto y escuchado en youtube. Ese rostro sin boca, todo ojos...
Una vez más compartimos gustos, José María. Aquí no era difícil.
Abrazos.
Preciosa música,Ridao,has llenao todos mis sentidos,por cierto mañana a las 10 de la mañana me operan de la vesicula,Ridaooooo,que me van a arrancá un cacho,así que ale,to el blog a esa hora a pensá en la Rocío pa que to me salga mú requetebie,aunque yo me encuentro fenomenal,y como decía mi padre,que era un gran sabio de la vida: en el humor está tu destino.
ResponderEliminarUn beso veciculo.
Yo ya hablo con el Papa, para que rece por tí.
ResponderEliminarMucha suerte y un beso.
¡¡Suerte, Rocío!! Mañana nos acordaremos de ti a las 10, verás cómo todo va bien.
ResponderEliminarHola Liliana, al principio cuando descubrí la música clásica me pasaba lo mismo. Hasta que se produjo el efecto contrario, afortunadamente.
ResponderEliminarHay bellezas inexplicables, como por ejemplo ésta con la que nuestro querido José Miguel nos brinda.
Un beso.
Gracias Ridao,por haber pensao en mi,a las 10,así he salío sin vesicula,hay que vé,bueno ya estoy fenomenal,creo que hasta me daran el alta hoy,y es que estoy que me salgo de bien,y al que ha hablao con el papa,que me recomiende,pero pa los infiernos,que aalí seguro que me encontraré con toas mis amistades,un beso mu grande para todos,la rocío,vuelve a la carga.
ResponderEliminarPos no me han dao el alta,y sigo en el hospital,según el médico,además de estar mala,soy mú mala,así que na,eso es lo que hay,que se le va a hacé.
ResponderEliminar¡Ánimo, Rocío! Espero que ya tengas el alta.
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