Pesos pesados
¡El peso de sentir! ¡El peso de tener que sentir!Fenando Pessoa,
Libro del desasosiego.
¡El peso de escribir! ¡El peso de tener que escribir!José Miguel Ridao,
Por estos andurriales.¡El peso va a salir! ¡Qué peste me acaba de venir!
El bloguero tronero,
Por estos cagurriales.
Tengo curiosidad por saber el libro del que has sacrificado hoy una página, porque ¿te habrás limpiado?
ResponderEliminarTe cuento: cierto amigo que gusta de dar caladas a un cigarrito me recordó ayer un libro olvidado en mi biblioteca, de Dan Brown por más señas. Como ya tiene unos años el papel ha perdido ese ligero satinado de los libros nuevos y da el avío. No es socottex, pero hay que reciclar y ser ecológico.
ResponderEliminarPor cierto, me he releído y vaya cagada de entrada, en todos los sentidos. Será que el peso de tener que escribir todos los días una entrada hace que baje el nivel de vez en cuando...
No lo dudes, esta también es de tu nivel.
ResponderEliminarBuen fin de semana, dasapareceré hasta el lunes.
¿No tendrás de verdad Ángeles y Demonios?, ese no está ni en mi biblioteca. El día de nuestra polémica librera intenté asearme con "Economía en 10 capítulos" pero su papel es poco apropiado.
ResponderEliminarComéntaselo al de las calaítas para las próximas ediciones.
Muchos cuernos retorcidos veo yo por aquí. Parece que mis andurriales vuelven a ser territorio comanche...
ResponderEliminarYo vengo en son de paz....
ResponderEliminarDicho lo cual, José Miguel, qué envidia me da esa facilidad tuya para...escribir.
Un abrazo, querido mío.
Cagada de entrada no, yo diría entrada solemne.
ResponderEliminarTe has salido de todos los parámetros.
Vuelta a los orígenes, vuelta y vuelta o poco hecho.
Un fuerte abrazo.
¡Hau!
ResponderEliminarEsto ser diarrea mental.
¡Por Manitou!
Qué reconfortarte librarse de un gran peso.
ResponderEliminarEntrada divertida, Ridao
Ya ves, Juanma, dones innatos, herencias genéticas... Son ya muchas horas de trono.
ResponderEliminarSolemne y contundente, Javier, sobre todo contundente.
Tú lo has dicho, Jesús, y ya me dura desde hace unos meses.
Reconfortante y gratificante, Julio, y también aliviante, valga el palabro.
Entro y salgo con celeridad, por lo que pudiera pasar.
ResponderEliminarYo con lo escatológico me suelo reír, qué le voy a hacer.
Un saludo a las dos criaturitas (al peso y a su dueño).
Conceptismo puro. ¡Qué ancho te habrás quedao!
ResponderEliminarCoincido contigo, Miradme. La escatología es de las cosas que más gracia me hacen, hasta el punto de que tengo una etiqueta en mi blog.
ResponderEliminarPues sí, Maite, ancho y pancho, como de costumbre.
Un abrazo.
Qué empeño en escribir una entrada diaria, como si te fuesen a fusilar al amanecer si no lo hicieras.
ResponderEliminarLo tuyo es vicio, caballero, jejeje.
Un abrazo
Por lo visto hemos vuelto a las bases, a las añoranzas de viejos adagios particulares, bien a lo Ridao. Jajaja
ResponderEliminarUn cariño José Miguel.
(Llegué tarde porque vengo de la Feria del Libro. Pero aquí estoy, tarde pero segura.)
Sí que es vicio, Mery, estoy un pelín enganchadete...
ResponderEliminarAdmiro tu fidelidad, Liliana. Qué bien te lo estarás pasando en la feria del libro, te envidio.