Jaime Aragall tenía una voz para triunfar:
el timbre más hermoso,
el más bello fraseo,
un talento innato.
Pero no era perfecto.
Y las estrellas brillaban,
y la tierra exhalaba su fragancia,
y unos pasos rozaban la arena…
¡Oh, dulces besos!
¡Oh, dulces besos!
¡Oh, lánguidas caricias!
L'ora è fuggita E muoio disperato!
¡Y no he amado nunca tanto la vida!
Ni yo la he despreciado con más fuerza,
hasta guardar la luz entre mis sábanas.
Bonito de escuchar.
ResponderEliminarSaludos, monsieur Ridao.
Y porqué haces esa aclaración de que no era perfecto. Me lo explicas, por favor.
ResponderEliminarUn besito, José Miguel.
Ofú cómo estamos, Ridao. ¡Tela!
ResponderEliminarMaravillosa música. Tengo "Turandot" en Valladolid, y creo que voy a ir.Valdrá la pena?
ResponderEliminarMuy bonito, Dyhego, pláceme sobremanera compartir mis aficiones.
ResponderEliminarLourdes. A Aragall le traicionaban los nervios, no era capaz de darlo todo en el escenario, pienso que era una persona frágil, y eso le sienta bien a un poeta, pero no a un cantante de ópera.
Tela, tela, Fernando, que cortar...
Escasso: Turandot es una maravilla, de lo mejor de Puccini, y eso es mucho decir. Yo la vi en Sevilla y me deslumbró. ¡No te la pierdas, porlagloriatumadre!
Abrazos óperos.
Voy a comprar una entrada sexuar, antes de que un que un pecador de la platea me quite la sillita.
ResponderEliminarI cant, i cant. alguien sabe como se pone ese apostrofe chiquitistaní?
hasta luego Ridaorrrrrr
Mealegroooorr, ese peaso de Escasooorrr. Dise que iba una china a la ópera, que se llamaba Turandooorr, y se pegaba unos cante que ponía er patio de butaca pegando sarto españole.
ResponderEliminarQue te pique un pollo, cobarde, ya me contará...
All´alba vincerò, vinceròooo
ResponderEliminar¡Me encanta!
Es pedazo de Fleta cantándolo...
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