Leo en un blog de título inquietante, "La navaja en el ojo", que el término es una abreviatura del inglés
web log. A estas alturas ya sabemos lo que es la
web, y un
log no es más que un registro, como el que se lleva en el cuaderno de bitácora de los barcos. Desde luego estos
angloescribientes son maestros en el arte de crear palabras. Nuestro idioma tiene sin duda más matices, pero
imaginad si tuviéramos que crear una nueva palabra a partir de "cuaderno de bitácora en la red". La economía es una virtud, tanto para el dinero como para las palabras. Sospecho que el lenguaje influye mucho en nuestra mente, más de lo que los expertos están dispuestos a admitir. Los alemanes podrían llamar a un blog algo así como
Netzschiffstagebuch, así todo junto, y si se pronuncia suena aún más amenazante. Conseguirían meter el concepto en una sola palabra, pero un poco a lo bruto. No la usan, prefieren blog. ¿La
globalización lingüística lleva a la cultural? ¿Invaden las huestes anglosajonas nuestros cerebros?