miércoles, 30 de junio de 2010

lunes, 28 de junio de 2010

De insultos y animales

No cabe duda de que el lenguaje refleja los sentimientos que albergan las personas que han contribuido a crearlo. Un ejemplo de esto son las expresiones que tienen a los animales como protagonistas; por ejemplo, “meter la pata”. ¿Es que no se puede meter la pierna? Pues no, hay que recurrir a las patas cuando se hace una burrada - ¡ups!, ya se me ha ido la lengua -; ¿qué culpa tendrán los burros, con lo graciosos y pacíficos que son? Y bastante más inteligentes que algunos de los que los tienen en boca cada dos por tres. Después está lo de “poner los cuernos”: algún atributo animal había que utilizar para referirse a las infidelidades. Hay muchos más ejemplos: comer como un cerdo (hay que reconocer que aquí está justificada la expresión), estar más loco que una cabra (he visto cabras que son un prodigio de cordura), ser más terco que una mula o más arisco que un gato, o para insultar a una señora entrada en carnes se le dice que está más gorda que una vaca o que parece una ballena. A los vagos se les llama perros, mientras que no sé qué han hecho las pobres zorras para dar el apelativo a quien se lo dan. También están los buitres discotequeros, las urracas solteronas, los conejos copuladores (también el objeto sobre el que se copula), y seguro que hay muchos otros ejemplos. Agradecería que me ayudarais a completar la lista.

Alguno bueno también hay: tener memoria de elefante, el olfato de un sabueso, la astucia de un zorro (nótese la diferencia entre zorro, masculino, y zorra, femenino), correr como una gacela... pero casi siempre se refieren a cualidades físicas de estos animales que a los humanos nos gustaría poseer, como por ejemplo la condición del león: más de uno mataría por parecerse a él, todo el día sesteando mientras la leona caza, cría a los leoncitos y le da placer a una simple insinuación suya, entre siesta y siesta. Pero así, en general, somos todos unos cabrones con los pobrecitos animales. Nos portamos con ellos como unos cerdos, y somos cobardes como gallinas sabiendo que no pueden defenderse.

sábado, 26 de junio de 2010

Pensamientos encadenados


- Si en la naturaleza sólo sobreviven los más fuertes, la protección de los derechos humanos va contra natura.


- Si dijera lo anterior en serio me crucificarían.

- Si me crucificaran me parecería a Jesucristo.

- Si me pareciera a Jesucristo debería crecerme el pelo.

- Si me creciera el pelo vendería el secreto y me haría millonario.

- Si me hiciera millonario iba a dar clases er Tato.

- Si er Tato diera clases, a Zapatero se le iba a caer el pelo...

- ... y yo le salvaría con mi secreto,

- ... y me haría su hombre de confianza,

- ... y atentaría contra él en un descuido,

- ... y salvaría a mi patria del desastre.

viernes, 25 de junio de 2010

En papel

Ayer fue el día más feliz de mi corta vida poética. Por primera vez pude ver publicados en papel tres poemas míos, en el segundo número de la revista Isla de Siltolá. La nómina de poetas que me acompañan me podría causar sonrojo, pero más bien me hace sentir orgullo. Pongo en mi poesía, más que todo lo que tengo, todo lo que yo soy, y eso de por sí ya es muy gratificante. Si además me lo recompensan con esta publicación la satisfacción se multiplica, y eso es algo que debo agradecer a Javier Sánchez, que al frente de Ediciones de la Isla de Siltolá ha apostado por mí y por mis poemas.

P.S. Aunque se trata de algo mucho más prosaico, ayer también firmé la compra de mi nueva casa. Un día redondo en verso y en prosa. Por si fuera poco, celebramos la despedida de curso de la tertulia de Los Mercuriales.

jueves, 24 de junio de 2010

Lámina


La vida es una lámina de agua bañada por el sol del atardecer. De vez en cuando el viento de levante riza esa lámina y emergen desde el fondo monstruos que se elevan sobre el horizonte y luchan entre ellos. Cuando cesa la batalla sólo queda el miedo, y la vida resurge triunfante, tranquila, como si nada hubiera pasado. Las olas que nos zarandean y nos hacen llorar mueren tranquilas en la orilla, y todo sigue igual.

Foto: Ramón Simón

miércoles, 23 de junio de 2010

Algo

No sé por qué nos empeñamos en ser algo, si eso no depende de nosotros. A lo sumo podemos tratar de "parecer" algo, pero... ¿con qué objeto? Ese algo está fuera, y lo buscamos para hacerlo nuestro. Quizá en eso consiste la vida, en una búsqueda constante de lo que sea, no importa qué: una idea, un espejo donde mirarnos, un reconocimiento de los demás o de nosotros mismos. Lo que importa es buscar; sin la búsqueda no somos hombres, sino seres vivos, animados pero sin alma. El alma es una fuerza que alguien nos ha puesto dentro, pero olvidó hacerlo en los animales y en las plantas... o quizá éstas no existan mas que en nuestro pensamiento... o quizá ese pensamiento es un espejismo, pero... ¿espejismo de qué imagen? Algo o alguien hace que yo esté escribiendo en este momento. Siento el tacto de los dedos en el teclado de mi portátil. Mis sentidos no mienten; al menos son míos, lo mismo que la alegría y el padecimiento. El hecho de que lo que me rodea sólo exista en mi pensamiento carece de importancia; yo tengo conciencia de mí mismo, y el sufrimiento es real, lo mismo que la ilusión, que es el combustible de la felicidad. Eso y sólo eso debo buscar; lo demás no está en mi mano.

P.S. Se me ha ido la olla.

P.P.S. La culpa es de Pessoa.

martes, 22 de junio de 2010

Divagaciones literarias

Fernando Pessoa hacía anotaciones fragmentarias en su cuaderno, y de su recopilación y ordenación cuidadosa nació ese monumento literario llamado El libro del desasosiego. La escritura es un bálsamo para esa angustia vital, para ese desasosiego. A diferencia de lo que sucede en la pintura o en la música, es difícil encontrar un escritor desequilibrado, un Van Gogh literario. El surrealismo no sienta bien a la literatura, ni siquiera a la poesía. Para expresar los sentimientos con palabras, para ejercer de artista de las letras, hay que olvidarse de las ideas extravagantes. Se puede describir la extravagancia, pero siempre partiendo del equilibrio. Se puede describir la locura, pero siempre desde la cordura. La literatura es un arte noble, puro, que aspira a la perfección y precisa el dominio de la técnica. Un arte que arroja luz sobre un mundo de contradicciones.

lunes, 21 de junio de 2010

Esto del blog...


...está pensado mayormente para que la gente te lea, no para que te comente, pero si no hubiera comentarios más de uno cerraría su cuaderno.

domingo, 20 de junio de 2010

Tres metros para un poema

De nuevo el blog como taller. El poema que pubiqué ayer, en versos eneasílabos, recibió dos interesantes comentarios. Uno, de Enrique Baltanás, sugería que el octosílabo va mejor al poema, mientras que Juan Antonio González Romano apostaba por el endecasílabo, además de sugerir evitar la repetición de la palabra "allí". He trabajado sobre estas propuestas y me han quedado las siguientes versiones. Quisiera saber vuestra opinión sobre cuál de las tres cuadra mejor con el ritmo y el contenido del poema.

Eneasilábico (original):

Dime lo que quieres de mí
y así sabré dónde esconderme.
Encontraré mi libertad
lejos de Dios y de los hombres,
allí donde habitan las almas
solitarias, puras, felices.
Allí donde nunca vendrás
a simular que me rescatas.
Allí donde siempre reluce
una verdad libre de fe.

Octosílabico:

Dime qué quieres de mí
y sabré dónde esconderme.
Buscaré mi libertad
lejos de Dios y los hombres.

Allí donde habitan almas
solitarias y felices.
Allí donde nunca irás
a decir que me rescatas.
Allí donde resplandece
la verdad libre de fe.

Endecasilábico:

Quiero saber lo que esperas de mí
y así hallaré un lugar donde esconderme.
Podré por fin buscar la libertad
más allá del destino de los hombres.
Allí donde sólo viven las almas
abandonadas, puras y felices,
donde nunca pretenderás venir
a simular que quieres rescatarme
de ese lugar perdido en que reluce

la más limpia verdad libre de fe.

P.S. Queda inaugurada la etiqueta "Taller de poesía".

sábado, 19 de junio de 2010

Verdad sin fe


Dime lo que quieres de mí

y así sabré dónde esconderme.
Encontraré mi libertad
lejos de Dios y de los hombres,
allí donde habitan las almas
solitarias, puras, felices.
Allí donde nunca vendrás
a simular que me rescatas.
Allí donde siempre reluce
una verdad libre de fe.

viernes, 18 de junio de 2010

En precario

Hoy me siento raro; paso por una situación desconocida por mí. Hasta ahora siempre he vivido bajo un techo en propiedad, o algunas veces que me he ido de vacaciones he alquilado una casita, o una habitación de hotel, pero desde ayer a las seis de la tarde me he convertido en un desheredado. Vivo en mi piso pero ya no es mío; ni siquiera lo tengo alquilado. Entonces... ¡soy un okupa! Y verdaderamente es así: me lo ha dicho hasta el notario. A ver si me explico.

Como creo que ya he comentado, me voy a mudar. Pero como no soy rico (aunque estoy bastante entacado, todo sea dicho), he debido vender mi piso para comprar la nueva casa. Por este orden: primero vendo el piso y luego compro la casa. Pero como queremos hacer obras, hemos puesto un plazo de tres meses desde que firmamos la venta (ayer) hasta que entreguemos el piso a los nuevos propietarios. Nuestra situación durante estos tres meses se recoge en el documento notarial de una manera curiosa: "la parte vendedora continuará en el uso de la vivienda... hasta el día... en concepto de precario". ¡Precario! No pude aguantarme y le pregunté al notario por qué se llamaba así, y me dijo: "Verá usted: modernamente esto es lo que se conoce como okupa". Se me vino el alma a los pies. Mi dignidad por los suelos. Soy un okupa. Vivo en precario.

P.S. Y encima todavía no he podido firmar la compra de la nueva casa por no sé qué problema de la tasación de los cojones.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Dromedario? (2 de 2)

Lo había dejado en que pronuncié la palabra "dromedario". De repente me sonó extraña: dro-me-da-rio, me-da-rio, dro-me, dro-me-da-rio, dromedario. ¿Nunca os ha pasado que una palabra, incluso si es de uso cotidiano, os suena de repente muy rara? Es un fenómeno curioso; nos acostumbramos tanto a la palabra que la identificamos con el objeto a que se refiere, pero en el momento en que separamos la palabra del objeto, cuando la despojamos de su revestimiento de imágenes, se nos aparece como algo extraño, ajeno a nosotros. ¿Qué importancia tienen las sílabas dro-me-da-rio por sí mismas? Si las pronunciamos de corrido vemos la imagen del animal con una joroba, pero si desaparece el animal se convierten en algo absurdo, una serie de signos extraños pero a la vez imprescindibles para comunicarnos. Me pregunto si esto es algo que sólo me sucede a mí o si le pasa a todo el mundo.

P.S. Si con el dromedario os resulta difícil hacer el experimento, probad con el ornitorrinco (imagen superior).

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Dromedario? (1 de 2)

Esta mañana, cuando llevaba a mis hijos al colegio en el coche, me preguntaron que a dónde íbamos. Lo suelen hacer con frecuencia con la esperanza de que les anuncie un destino más prometedor. A veces les digo que vamos a Alájar, pero saben que les tomo el pelo y protestan, y otras veces, como hoy, le digo a Ignacio, que es quien se lo cree, que vamos al Castillo de las Guardas. Allí hay una reserva de animales de todo tipo: tigres, elefantes, rinocerontes... que visitamos hace un tiempo. Suelo decir a Ignacio que iremos allí, que le dejaré en la jaula de los leones y volveré para llevar a sus hermanos al colegio. Al principio lloraba, paro ahora se limita a enfadarse y a pedirme gritando que no diga más tonterías. Como podéis comprobar, mis métodos pedagógicos son muy efectivos; voy a mandar mi curriculum al Ministerio de Educación como asesor.

Pero bueno, hoy me estoy enrollando demasiado. El caso es que cuando visitamos la reserva, un camello -o lo que yo creía que era un camello- se acercó a nuestro coche, metió su cabezota por la ventanilla y sacudió sus morros pringosos a ver si caía algo. Yo le di una galleta, que se zampó de inmediato, y los niños quedaron asombrados; les impactó mucho. Volviendo a mi conversación de esta mañana, dije a los niños por enésima vez que íbamos al Castillo de las Guardas, y que si se acordaban del camello devorador de galletas. Automáticamente saltó Miguel:

- Pero papá, ¿cuántas bultitos tenía?

- No me acuerdo bien, Miguel.

- Tenía dos, así que no es un camello.

- ¿Entonces cómo se llama?

-
Emmmmm ¡no me acuerdo!

- Dromedario.

- ¡Eso!

Y a partir de aquí venía lo que iba a escribir en torno a la palabra dromedario, pero me he enrollado tanto que dejo la entrada de hoy como anécdota -aunque no da la talla, dado el talento de Miguel para estas cosas-, y la reflexión esperará hasta mañana.

martes, 15 de junio de 2010

La caña

Aquí mi móvil, aquí unos amigos. Al lado de esos ladrillos antediluvianos de hace una década es un prodigio de la tecnología, marca Nokia nada menos, y cabe en la palma de una mano. Sin embargo, no sé por qué, la gente me mira con condescendencia cuando lo saco. Hasta arquean sus cejas, para a continuación desplegar sus aparatitos extraplanos con pantalla de nosécuantas pulgadas, que hacen fotos, graban vídeos, se conectan a Internet, mandan correos electrónicos, barren la casa, hacen la comida y en un momento dado se acuestan con su dueño (mejor dueña) haciendo uso del supervibrador.

Desde aquí quiero romper una lanza por mi antigualla. Qué queréis que os diga: no tendrá ninguna virguería, pero se cae al suelo y rebota, ha soportado los embates de todos mis hijos en sus etapas de bebé, nunca me ha fallado, y sobre todo tiene una cualidad asombrosa, que a los dueños de las blacberris y los aifones es lo que menos suele importar: ¡¡Se puede hablar con él por teléfono desde cualquier lugar del mundo!!

P.S. No descarto que por los próximos Reyes caiga alguna de las mariconadas que fabrica Macintosh.

lunes, 14 de junio de 2010

Los enteraos

Seguro que conocéis a alguno: un tío que sabe mucho de medicina, de albañilería, de informática o de lo que sea. Últimamente se han puesto de moda los enteraos de Economía. Es una especie muy peculiar. Empezaron a medrar durante los años de bonanza económica previos a la crisis. Cuando la vivienda subió lo que subió y algunos, como yo, decían que llegaría un momento en que empezaría a bajar, no te dejaban ni terminar la frase:

- ¿Bajar? IM-PO-SI-BLE. Podría en todo caso estancarse el precio, y ya es difícil, pero la vivienda lo que hace siempre es subir: nunca baja.

Tras consumarse el batacazo, y con el precio de la vivienda bajando un 20%, ahora les ha dado por augurar todo tipo de catástrofes: "Esto va para largo", es una de las frases más oídas, junto al consabido "lo peor está por llegar". Y lo dicen con una media sonrisa que no puede disimular su disfrute ante tan malos augurios. Otros van más allá y pronostican el fin de una era, un cataclismo económico que nos hará pagar por los pecados del capitalismo. Hasta el fin de la especie humana he oído nombrar... y riéndose, oigan.

La manera más sencilla de reconocer a un enterao es por su seguridad aplastante al hablar. Además, no emplean el argumento de autoridad, sino el argumento de “notedejohablar”. Son tan pesados que uno acaba por: 1. Dejar de rebatir sus opiniones. 2. Hacer como que les escucha pero pensar en otra cosa. 3. Darles la razón. 4. Felicitarles calurosamente por su perspicacia.

Debo reconocer que su eficaz labor de zapa me ha comido la moral, y estoy llegando a la fase cuatro. ¡Para qué habré estudiado yo tanta Economía!

sábado, 12 de junio de 2010

El blog como taller (Baltanás dixit)

Hace tiempo hablaba Enrique Baltanás de la posibilidad de usar el blog como taller literario, de modo que alguien cuelga un poema y los comentaristas aportan su opinión y posibles variantes al mismo. Lo cierto es que se trata de un medio ideal para esto, pues permite el acceso a muchos lectores, entre los que con suerte se pueden encontrar buenos poetas, a los que sería difícil acceder físicamente. Viene todo esto a cuento porque en un poema que colgué hace poco, Carpe diem, el final no estaba bien rematado y yo era consciente de ello, y el poeta Ramón Simón me lo hizo ver en un correo privado, aportándome ideas. Después de trabajarlo un poco he cambiado los últimos versos, y ahora el poema queda así:

Carpe diem

Despierta de una vez, mira esos ojos.
¿No ves que con el tiempo
desaparecerán destellos y fulgores?
Sumérgete en su luz abrasadora.
No dejes escapar un solo rayo
y bébete la dicha que te ofrece el destino.
No quieras consolarte
con el zumo de la melancolía,
y apura hasta los últimos momentos
la copa iluminada
por el oro cautivo entre las celosías
de aquella primavera sevillana.


He cambiado poco; antes terminaba así:

y apura hasta los últimos momentos
la copa iluminada
por el oro cautivo en su mirada prístina.

En mi opinión añadiendo un sólo verso el poema queda bastante más redondo. Mi amigo Ramón me recomendaba otro final, con más versos:

y apuras hasta el último momento
la copa de agua que te ofrece aquella
mujer que vive junto al pozo de tu infancia,
quien semanas más tarde lavará
tu rostro ensangrentado con lágrimas de madre.


Y seguro que cada comentarista tendrá un final distinto, pero es interesante prestar atención a los distintos criterios y aportaciones. El intercambio siempre enriquece. Por eso pido vuestra opinión sobre si el nuevo final ha mejorado el poema.

viernes, 11 de junio de 2010

Perplejidades (V)


1. ¿Por qué los actos sociales terminan siempre con una copa de vino español? ¿Es que somos patriotas para el vino y nos vendemos a los chinos para el resto de las cosas?

2. ¿Por qué dicen que van a dar una copa de vino y luego nos hartan de cervezas y de canapés (ayer en Espartinas, sin ir más lejos)?

3. ¿Por qué siempre que abrimos una caja de medicamentos lo hacemos por el lado en donde está el prospecto?

4. ¿Por qué las obras duran siempre tres meses más de lo previsto?

5. ¿Por qué hay tantos poetas carajotes?

6. ¿Por qué hay tantos carajotes que dicen ser poetas?

7. ¿Qué hace un economista escribiendo poemas?

8. ¿Por qué nunca nos chocamos con los muebles de casa y en cuanto andamos descalzos nos damos con la pata de la silla en to er deo chico?

9. ¿Por qué me ha dado por tener tantos niños?

10. ¿Por qué no me prestáis unos miles de euros, que me voy a mudar?


P.S. Ayer por la noche tuve la ocasión y el honor de acudir a la presentación y posterior copa de vino español del libro Plaza de Toros del poeta nada carajote José María Jurado y el ilustrador Pablo Pámpano. No recuerdo otra ocasión en que me haya emocionado tanto con la poesía en directo. Mi enhorabuena es sincera.

jueves, 10 de junio de 2010

Enseñando Economía

Corren malos tiempos para la economía, pero buenos para su enseñanza. No veáis lo que disfruto en mis clases en bachillerato, en la universidad y, sobre todo, en las clases que doy en el Aula de Mayores. Todo son preguntas, como si la Economía fuera el oráculo que todo lo resuelve, y salir de esta crisis consistiera en aplicar una receta económica ideada por un premio Nobel. ¡Cuánta inocencia!

Lo cierto es que la enseñanza es muy gratificante; todos prestan gran atención, y me escuchan como si el futuro del país dependiera de lo que digo. El tema estrella últimamente ha sido Grecia: qué es eso del déficit, por qué tienen tantas deudas, qué pasa si no las devuelven... y la pregunta estrella: "¿Está tan mal España como Grecia?". Yo pongo cara de saber mucho y les doy la información más objetiva que puedo, y hasta los más jóvenes me miran con expectación; será que escuchan a sus padres en casa. Cuando hay una crisis la Economía interesa a todo el mundo; de ahí la importancia de que esta ciencia y sus repercusiones prácticas se expliquen de la mejor manera, lo más objetivamente posible, huyendo, cosa muy difícil, de sesgos ideológicos. Vamos, una cosa parecida a mi entrada de ayer sobre los sindicatos, un prodigio de moderación y distanciamiento de los hechos.

P.S. Y cuando acabe la crisis... otra vez los economistas seremos un rollo. Bueno, mientras me sigan pagando por enseñar y me devuelvan mi 8% o así, me conformo.

P.P.S. Economía andurrialera, ésa es la de verdad, tantas matemáticas ni matemáticas.

miércoles, 9 de junio de 2010

Huelga contra los sindicatos

¡Qué espectáculo dieron ayer los sindicatos! ¡Qué despliegue de banderas! ¡Cuántas consignas entonadas con voz viril! ¡Qué barbas lucían los líderes! ¡¡¡Una mierda para todos ellos!!! Comisiones tiene de obrera lo que yo de reina de los mares, y UGT está muy unida, sí, pero no entre los trabajadores, sino entre los chupópteros que viven de las cotizaciones que pagan los trabajadores a quienes dicen defender. Ojo: cotizaciones a la seguridad social, no cuotas sindicales, que es el gobierno quien les compra a costa de los españoles que renegamos cada vez más de ellos.

El éxito de la convocatoria de ayer fue inenarrable, y sin incidentes, como en una democracia madura. Miento: sí hubo un incidente: en Logroño acabaron a pancartazos entre los miembros de dos sindicatos, con el resultado de cuatro sindicalistas al hospital. Como ya no hay grises que les aticen se atizan entre ellos. A lo mejor habían ensayado la pelea, para dar más "movimiento" a la huelga. Es de vergüenza. ¿Qué diferencia hay entre los sindicatos verticales de Franco y esta bazofia? Ah, sí, éstos están en el taco, y los de Franco sobrevivían mal que bien.

Digo yo que se podría realizar una huelga contra los sindicatos, con pancartas que recen "No a CCOO", "No a UGT", y consignas del tipo: "CO-MI-SIONES, NOS TO-CAS LOS COJONES", o bien "U-GE-TÉ, JO-DE-TÉ". Nunca he ido a una manifestación, pero a ésa me apunto en la cabeza.

lunes, 7 de junio de 2010

Examen


Esa cara bonita de la tercera fila,
risueña y pizpireta, ¿inocente?,
absorta entre papeles y ecuaciones,
me ha recordado los peores días
de mi juventud, cuando contemplaba
aquellas diosas que eran mi tormento
cotidiano, compañeras de clase
que lo mismo podían ser de Marte
o vivir en el cielo, en las estrellas.


Hoy he vuelto a mirar sus veinte años
sin miedo, sin dolor, sin esperanzas.
Una mirada fría, del que sabe
que tiene una edad equivocada
y ya nunca podrá recuperar
la luz indescriptible de esas aulas.

domingo, 6 de junio de 2010

Himnos

Acabo de ver ganar a Rafael Nadal la final de Roland Garros, para no perder la costumbre. Últimamente, familia obliga, me prodigo poco como deportista de sillón. El caso es que estaba solo en casa con los niños. Dos de ellos dormidos; Miguel y Jaime pegando saltos en el sofá. Cuando acabó el partido, al que tuve que poner yo los comentarios porque resultaba imposible oírlos de la televisión, llegó la hora de los himnos. Éste fue el único momento en que Miguel prestó atención a lo que ocurría en la pantalla. Sonó el himno español y dijo:

- Papá, ¡Semana Santa!

Lo que demuestra que eso de los himnos, banderas, nacionalismos y carajotismos no está en nuestros genes. Nos lo enseñan a sangre y fuego o nos lo inoculan mezclado con veneno.

sábado, 5 de junio de 2010

Música y sangre




Creo que fue Woody Allen quien dijo en una ocasión que cuando escuchaba a Wagner le entraban unas ganas terribles de invadir Polonia. Humor negro, viniendo de un judío, pero una frase más profunda de lo que parece a primera vista. La música de Wagner exalta el ánimo, nos habla de walkirias y nibelungos, de sagas nórdicas y caballeros en busca del Santo Grial. No en vano Nietzsche fue uno de sus grandes admiradores, y se puede decir que su música fue la banda sonora del nazismo. Se cuenta la anécdota de que Zubin Metha, director de orquesta de origen indio, quiso interpretar una pieza de Wagner en un concierto en Israel, pero la presión en contra fue tal que tuvo que desistir. La música se entremezcla con la política y las pasiones humanas en una amalgama de notas, amor y sangre que el genio nacido en Leipzig supo interpretar como nadie. El rito anual se oficia cada verano en el templo de Bayreuth.

viernes, 4 de junio de 2010

Greguehaikus


1. Haiku: diecisiete sílabas en tecnicolor.

2. El haiku es un tanka involucionado.

3. La rana es al haiku lo que el toro a la dehesa.

4. El kigo es al haiku lo que el jigo a la geisha.

5. Los japoneses / se están descojonando / de nuestros haikus.

jueves, 3 de junio de 2010

El bosque


Ayer por la tarde traté de encontrar un bosque pero no di con él. Era el bosque donde se esconden los monstruos que me asaltan por las noches, donde viven los elfos que me roban el tiempo que no tengo, distrayéndome con sus cuadernos estúpidos. Un bosque para perderse y no encontrarse; tan frondoso como los recovecos de mi cerebro, sembrados de letras mayúsculas y de gigabytes amenazadores.


Mi bosque es una alegoría del miedo que me atenaza todos los días sentado en mi escritorio. Cada mañana me acerco a su pérímetro. Sé que debo entrar, pero no lo hago. El paso de las horas consume mi ingenio y seca mis ideas más audaces. Uno de estos días cruzaré el arco que forman esos dos castaños para adentrarme en la espesura; mataré al dios de la escritura y regresaré a casa con el trofeo de su cabeza. Entonces seré feliz, y jamás volveré a contar una historia.

miércoles, 2 de junio de 2010

Economía andurrialera (VI)


EL VALOR AÑADIDO


El concepto de valor añadido es fundamental en Economía. La característica esencial de toda actividad económica es que debe añadir valor; es decir, que como consecuencia del proceso productivo, el resultado obtenido tenga un valor superior al de los recursos utilizados para producirlo. Así, por ejemplo, en la producción de aceite de oliva se empieza por el cultivo del olivo, y el agricultor recibe una cantidad de dinero por cada Kg. de aceituna que entregue. En la almazara se obtiene el aceite empleando maquinaria, trabajo..., y el valor del aceite de oliva es superior al de la materia prima. Posteriormente se envasa, y se distribuye, actividades que también generan valor, especialmente esta última. En buena lógica todas las actividades económicas deben tener un valor añadido positivo. Sin embargo, últimamente estoy detectando un creciente número de actividades que no generan valor añadido: cargos públicos enchufados, funcionarios que sobran, la plantilla completa de las diputaciones, etc. Pero lo más sorprendente es que hay actividades que no sólo no añaden valor, sino que lo restan. Yo a esto le llamo valor sustraído, y lo explico en un poné, como siempre.

Un poné...

hace poco se dio en el Senado la surrealista circunstancia de que el presidente de Cataluña, el señor Montilla, nacido en Iznájar, Córdoba, se dirigió al hemiciclo en el idioma catalán (dicen que su acento deja mucho que desear), y los periódicos publicaron una foto antológica donde se veía a Montilla hablando y a Manuel Chaves, andaluz como él, recibiendo la traducción simultánea a través de un pinganillo. La broma cuesta unos 6000 € por sesión. Está claro que, hablando todos castellano, esa actividad no genera valor. Es más, lo resta, porque estas gilipolleces generan tensiones entre los diputados, que conducen a más disputas que hay que volver a traducir, con el consiguiente gasto inútil de tiempo, energías y dinero. Y el justificado cabreo del personal coloca al país en una situación cada vez peor. Un ejemplo de cómo NO tienen que hacerse las cosas, y menos en tiempos de crisis.

martes, 1 de junio de 2010

Zapatillas pedagógicas

Pues sí, son mías estas zapatillas, y a mucha honra. Las utilizo mayormente como instrumento educativo para mis hijos. Cuando Miguel las vio por primera vez me dijo: "Papá, ¿por qué ese señor se mete un pincho por el ojo?" Yo le dije que porque estaba un poco locuelo, y nos echamos todos a reír. Todavía me lo preguntan de vez en cuando; ahora son Jaime e Ignacio los sorprendidos, y yo bien orgulloso que estoy de mis zapatillas didácticas. Sí, he dicho bien, didácticas. Parece que estoy viendo a una legión de pedagogos censurándome, tachándome de mal padre, de corruptor de menores. Tratarían de arrebatarme a mis hijos para educarlos en un centro comunitario regido por pedagogos, pedagógicamente correcto, un paradigma de la pedagogía, para convertirlos en pedagoguitos en vez de niños.

Hasta hoy yo trataba de mantenerlo oculto, no fuera a ser que me denunciaran, pero ya me da igual. ¡Muera la pedagogía! ¡Viva Homer Simpson! Llevo un par de años con estas zapatillas y aún no se le ha ocurrido a ninguno de mis hijos taladrarse un ojo. Por los hijos de los pedagogos no pongo la mano en el fuego.