Dice Antonio Gutiérrez Limones, alcalde "vitalicio" del municipio donde trabajo:
— Si las industrias de Sevilla subcontrataran a empresas locales se acabaría el desempleo.
¡Ole, arsa, tracatrá! Y no se le ha caído el pelo, con to lo que ha pensao. Atraído por tan sesuda afirmación me he leído el artículo entero,
aquí, que contiene perlas como:
— Lo hicimos [un plan estratégico de revitalización]
desde algo que denomino el espíritu de Alcalá, la colaboración público y privada, que hoy se estudia en las escuelas de negocios.
O esta otra, en el estilo del mejor Vito Corleone:
— Roca [...] no se puede ir de su país de origen, como la Renault no se va de Francia o la Volkswagen de Alemania [...] Roca tiene que asumir su responsabilidad. Su última propuesta a la plantilla es una indecencia. Si se va habrá que tratarla como una empresa extranjera, que es lo que será a partir de ahora.
Absolutamente genial su respuesta ante esta pregunta del entrevistador:
— ¿Qué pasa con las familias que están en situación de emergencia social?
— Yo planteo un PER urbano.
Cambiando de tercio generosamente:
— Algunos dicen que el problema en España es que hay muchas dificultades para crear negocios.
El hombre lo tiene claro, a grandes males grandes remedios:
— ...El problema es que para que una empresa pequeña o mediana dé el salto debe contar con ayudas y nadie las apoya ni financieramente ni de ninguna otra manera. Por ello nosotros pretendemos respaldar a las empresas locales y les daremos el doble del dinero que destine en crear un empleo en productos para mejorar su competitividad.
No todo iban a ser mieles, el entrevistador mete un poco el dedito:
— Su deuda es de las más elevadas.
Pero el prócer tiene respuesta para todo:
— Sí, pero es una deuda productiva. Si hubiéramos dejado esas infraestructuras y obras a medio hacer, hubieran sido un monumento al despilfarro.
Se crece tanto, tanto, que se pasa de frenada:
— Los políticos tenemos que dar respuesta a los ciudadanos, si no, éstos pensarán que sobramos.
Y claro, se lo puso a huevo al periodista:
— Ya lo piensan. El descrédito es mayor que nunca.
Pero el tío, impertérrito, se diría que fabricado en cemento Portland, se va por los cerros de Úbeda:
— Sí. Por eso hay que hacer un pacto por Andalucía y por España. La corrupción es algo insoportable, en España y en Andalucía, afecta hasta a la monarquía, pero no nos podemos quedar sólo en el escándalo.
El entrevistador insiste, más que nada por inercia (a estas alturas debe de haberlo dejado por imposible):
— ¿No cree que la gente quiere medidas contundentes, dimisiones, y no sólo pactos y debates?
Y la respuesta es de un estadista de postín, atacando el meollo del problema, mojándose, sí señor:
— Los ciudadanos quieren mejorar sus vidas y ya, no que le cuenten proyectos o reformas.
Como despedida, una declaración de intenciones:
— Yo cobro del Senado, pero sólo 6,5 de los 25 concejales de Alcalá de Guadaíra, con 75.000 habitantes, están liberados. ¿Quién se va poder dedicar a lo público?.
¡Qué pena! Mi alma se acongoja. ¿Quién va a poder cobrar por dedicarse a lo público en este país, con tal nivel de inteligencia, dedicación y buen hacer?