Hoy me apunto al carro de las coplas flamencas, seducido por tantas muestras como leo últimamente en muchos blogs. Me gustan en especial las del cuaderno de Julio. Como no podía ser menos, trataré de darles un toque de la casa, así como guasón. En esta primera entrega me arranco por soleares.
Se me acabó la paciencia.
Lárgate ya de mi casa
o te quedas sin herencia.
Tanto te he echado de menos
que ahora que vuelvo a tenerte
parece que estoy de estreno.
No te creas que no lo sé,
una furcia es lo que eres;
me quieres por mi parné.
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Hace 12 horas
13 comentarios:
Vámonos que nos vamos Ridao, a comer una paella.
Déjate de jamón, so amargao.
Desde luego cuando quieres, eres el mejón de lo mejón.
Un saludo.
Sobre todo con la primera me he reído un montón.
El mejón comiendo jamón, Javier, que a nadie le amarga un pata negra.
Pues ni aún así se largó, Enrique. Lo que me espera en el futuro...
Abrazos dos.
JM, te veo opositando al asilo, y sin herencia, o crees que van a renunciar a ella en vida de su padre.
La primera parece una oda a los niños de 35 años que no se van de casa...
José Miguel, con tanto politiqueo por mi parte me confundo, soy así que le voy hacer.
Aquí hay guasa ¿verdad?, ya te voy conociendo un poquito más, no me lo tengas en cuenta, son las cosas de Internet.
Me encanta como escribes y tus blogs amigos, son ilustrativos, en el fondo es lo que a mí me gusta.
Abrazos por soleares
Capitán, a éstos les pongo yo una cláusula en el testamento de que pierden la herencia si no se van del nío antes de los 30.
Eso es justo lo que es, Julio, pero no la dirijo a los de 35, sino a los de 45.
Mucha guasa, Pasión, y muchos cuernos retorcíos.
Un abrazo alajeño.
Parece que te ha brotado nuevamente la inspiración José Miguel. ¡Enhorabuena!
Estas coplas están como para cantar debajo de un balcón... y atenerse a las consecuencias. Jajajaja
Me has hecho reír como de costumbre, pero ya ando envidiando el famoso jamón. ¡Vamos! Que es de poco caballeros jactarse de la comilona a tanta distancia...
Besos desde el frío y la lluvia de Buenos Aires (y sin jamón).
Coplas debajo del balcón
son como las hambrunas
cuando falta el jamón.
Ansío tanto un buen jamón
que se me hace agua la boca
esperando bajo el balcón.
Perdón, no me la aguantaba :)
Pues sí parece que me he recuperado, Liliana. Ya sabía yo que la vitamina J me curaría. Parece que toda bloguilandia está con los dientes largos, hasta Olga me dijo que cuando piensa en Alájar ve un pueblo lleno de jamón.
Érase un hombre a un jamón pegado...
Un abrazo jabuguero.
P.S. No te apures, que tampoco están tan buenos, je je.
Cuelgo el comentario y me encuentro con tus coplas jamoneras. Si cruzas el charco hasta Alájar te invito a todo el jamón que puedas engullir. Piénsalo, igual merce la pena...
Abrazos entre loncha y loncha.
¡ Córcholis !
¡Cáspita! Hacía tiempo que no oía esa exclamación.
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