Sí... ¡y un cuerno! De todos los tópicos que se suelen decir, ése es uno de los más falaces. En primer lugar, yo no tengo ni pilas, ni baterías ni nada por el estilo, sino un espíritu que está más o menos animoso. Pero bueno, pasando que sea una metáfora un tanto dudosa (tiene guasa que me comparen con el conejito de Duracell), en caso de tenerlas, yo, al menos, llego al final de las vacaciones totalmente descargado, y no por mis cuatro churumbeles, sino que siempre me ha pasado, desde mis tiempos de soltero. Y es que el primer día de trabajo, cuando me encuentro de nuevo con los compañeros (esta tarde me toca), inevitablemente hay alguien que me dice: “qué, volvemos con las pilas cargadas, ¿eh?”. A veces hasta lo acompaña con unas palmaditas o, lo que es peor, con unos tortacitos en el pescuezo. No veáis la gracia que me hace. ¡Qué ahe tiene la gente! ¡Pilas cargadas! Pero si llegué ayer por la noche a Sevilla y fue bajar del coche y no poder ya con mi cuerpo... Y la noche ha sido de aúpa. ¡Vaya calor, igualito que en Alájar! Si alguna vez tuve pilas me las he dejado allí seguro.
Pues eso, ahora lo que toca es enchufar el cargador y poco a poco reponer el nivel de carga hasta un nivel más o menos decente, que me permita sobrevivir, mal que bien, hasta que la velocidad de crucero llene la batería del todo y me permita dejar las luces encendidas unas horas con el motor apagado; a veces hasta consigo conectar el piloto automático, incluso dando alguna que otra clase.
P.S. Y encima esta mañana he ido a coger el coche, que se ha tirado dos meses de vacaciones, y no me ha arrancado. Diagnóstico del mecánico: batería descargada...
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20 comentarios:
Eso se arregla fácil, basta con que tengas un objetivo cerquita y duro, ¿quizá una pila de exámenes a corregir en dos días, o un capítulo de libro a entregar? Verás como se cargan las pilas o lo que sea de inmediato.
Hala, que no sea muy duro y que empiece pronto el cole de los churumbeles.
Yo, como estoy de vacaciones...
Abrazos.
¡Qué suerte tienes Juanma!
José Miguel, la cruda y dura realidad.
Y el calor, de Sevilla. Algo así como el infierno en pañales.
Un abrazo.
Desde luego, mira que compararte a ti con un conejo, qué cosa más inadecuada... ¡Los conejos tienen pelos!
Un abrazo (sin colleja en el cujello, ¿eh?), y no te digo campeón para no ponerte fácil la rima...
Y lo peor es que se creen graciosos...
Yo volví ayer de vacaciones y estoy muerto... Lo que queda es tabajar...
Un saludo
Cambiar niños pequeños propios por no tan niños ajenos es un desafío que no te envidio, pues no hay pellejo que aguante tanto tironeo con vacaciones o sin ellas.
Y al ritmo que te espera creo que la única forma de zafar es enchufarte a los 220,jajajaa
Besazos y bienvenido a la civilización, no exenta de barbarie...
Si nos vemos esta tarde no vamos a decirnos ni pío, eh. Vamos, como si tal cosa. Así parecerá que no hemos vuelto, sino que allí seguimos. No sé si me explico.
Yo tengo una pila... de facturas. ¿Dije alguna vez que me gustaban las matemáticas? Mentí.
Consuélate: tú tratas con personas, yo me pierdo entre números (siempre hay alguien que está peor:-). Hasta que me acostumbre otra vez a hablar con ellos. Se me olvidó su idioma. Se llama concentración.
Ánimo.
Si tú estás simpre recargado, Ridado...
Me ha encantado el termino "Churumbeles" de capitán,no es cuestion de pilas,es de animo y de incentivos,seguro que al pisar el salón eso que denominas "pilas", se activa.
Vamos que he entendido el propósito de la entrada,(el fondo) sin embargo tienes una de las actividades mas gratificantes que se puedan tener....Por lo menos en su esencia.
Saludos y un abrazo.
Vaya, ¡cómo se nota que estamos en septiembre! Estoy recibiendo más comentarios a esta entrada que a las 22 que he hecho en agosto juntas.
Capitán, no me agobies, aunque creo que tienes razón, una carga hiperrápida es lo mejor.
No me creo na, Juanma. Exijo pruebas...
Muy bueno eso del infierno en pañales, Javier, y a mí me toca de cerca.
¡Hombre, Juan Antonio, ya se te echaba de menos! Qué bien vivimos, sin dar un palo al blog... Obviaré la alusión al conejo, que estás recién llegado...
Qué va, Antonio, lo peor es que lo dicen en serio. Veo que te identificas con la descarga finivacacional.
Me estoy pensando lo de los 220V, Liliana, no me des ideas. Yo diría que es sobrada de barbarie (la civilización).
Hecho, Enrique, hasta dentro de un rato.
Pues fíjate, Olga, que a mí me gustan más los números que las personas (para trabajar, se entiende). Tenemos los trabajos cambiados.
No creas, Julio, a veces estoy en recarga, como ahora.
Bueno, América, el término "churumbeles" ya aparece en mi entrada. Ocurre que el Capitán y yo somos amigos desde que éramos unos churumbelillos, como quien dice...
Un abrazo loadinguero.
Oye, pues sin que sirva de precedente, estamos de acuerdo. A mí también me jode eso de ¿vendrás con las pilas cargadas, no? Grrrrr
Un abrazo
Eso te pasa por vivir en Sevilla. Cuando se vive en Marbella y se regresa en días como hoy, la perspectiva cambia, no veas. Un abrazo.
yo me uno a Olga en facturas, no es por ná, pero de las que hay que pagar, no contabilizar y que se acumulan y se acumulan y se acumulan. Si te consuela algo, que no creo, pues nada, que te las mando o te las cambio por exámenes para corregir. Te ibas a poner a 100, te lo prometo. Un abrazo
Aurora
Hombre, Tato, qué agresivo estás. Se nota que has vuelto de las vacaciones con las pilas cargadas...
Cuánto tiempo, Octavio; da gusto saber de ti de nuevo. Por lo que veo, sigues igual de bien. Tú sí que sabes, viviendo en Marbella. Lo tuyo es poner los dientes largos, sea cual sea el asunto.
Me has convencido, Aurora, me quedo con mis alumnos. Olga: retiro la oferta..
Abrazos.
Miguel, mañana me voy a Alájar para tratar de cargar las pilas en mis últimos días de vacaciones. Ya te contaré cuando vuelva cómo tengo el nivel de mis baterías. Pero a pesar de todo lo que cuentas, creo que no hay nada mejor que unas vacaciones para desconectarte un poquito de la dura realidad, que últimamente está más dura que nunca. Un abrazo y ánimo en el trabajo.
Paco
Me duele la palma de la mano de los tortacitos que di ayer y el hombro derecho de los que recibí.
Empezaba ya a echarte de menos, querido amigo.
Un abrazo alcalinero.
Tienes razón, Paco, los que estáis más en contacto con esa dura realidad necesitáis más la recarga, pero no es tu caso, no conozco a nadie más animoso. Yo diría que estás siempre enchufado a la red (eléctrica, no de Internet). Un abrazo para todos, y que lo disfrutéis.
Un abrazo, Álex. Date por tortaceado. Una alegría tenerte de vuelta.
Tengo un rechazo visceral a esa frase de recargar las pilas.
Lo del coche, una lástima, pero es normal: él SI tiene batería.
Ánimo para estos días de vuelta, que son de pura desorientación.
Un abrazo
Gracias, Mery. Ya voy aterrizando.
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