miércoles, 7 de marzo de 2012

Euro: Efectos colaterales


Cuando en el año 1995 los países de la Unión Europea acordaron la creación de una moneda única, en España hubo prácticamente unanimidad en sumarse a la iniciativa. Entre los requisitos que se impusieron para cumplir el 1 de enero de 1999, destacaban un déficit público en torno al 3% del PIB y una deuda pública que no rebasara el 60%. Nuestro país estaba muy lejos de estos parámetros, pero el gobierno se aplicó a la tarea y consiguió alcanzarlos, con lo que nos encontramos con una situación financiera saneada que duró hasta los inicios de la actual crisis, algo que debemos indirectamente a la implantación de la moneda única. A partir de ahí surgió un debate sobre sus ventajas e inconvenientes: la población protestó de inmediato contra una posible inflación encubierta que no reflejaba el IPC, el llamado "timo del euro" que hizo que, por ejemplo, se redondeara una moneda de cien pesetas con una de un euro, lo que supone una subida del 66%. Al margen de esta circunstancia, en el ámbito de la política económica la consecuencia más preocupante de la implantación de la moneda única fue la pérdida de la soberanía en materia de política monetaria, que pasó al Banco Central Europeo. Ahí precisamente es donde se nota la repercusión que tiene la moneda única en una situación de crisis profunda como la que nos aflige. En la época de las vacas gordas, la fortaleza del euro propició la atracción de capitales de los países más desarrollados a otros de la periferia como es el caso de España, lo que originó un desarrollo vertiginoso de nuestra economía, muy por encima de la media comunitaria. Esta inversión, lejos de concentrarse en el tejido productivo del país, se dirigió al segmento que presentaba una mayor rentabilidad a corto plazo, que es la vivienda, y el resto de la historia es bien conocida: la inflación desmesurada en este sector provocó una burbuja inmobiliaria que al estallar nos hizo caer en un pozo más hondo que el de muchos de nuestros socios comunitarios. Esta caída en picado ha originado una pérdida de confianza de los inversores en nuestra economía, con la consiguiente subida de los tipos de interés, que ha disparado la famosa prima de riesgo, haciendo del déficit público y los intereses de la deuda la principal preocupación de nuestra economía, por encima incluso del paro. Por otro lado, el imparable aumento del desempleo, hasta una cifra del 23%, es a la vez causa y consecuencia de esta situación financiera, y tira hacia abajo de la producción nacional, llevándonos de nuevo a la recesión. Se trata de una combinación diabólica difícil de sortear. Hay quien piensa -economistas neokeynesianos- que debemos olvidarnos de las restricciones en el gasto público para volver a aumentarlo como revulsivo de la economía para crear empleo y aumentar la confianza, pero ello, además del discutible efecto beneficioso que podría tener, en caso de no funcionar a corto plazo podría llevarnos a la quiebra, algo ciertamente paradójico en un país que en año 2007 presentaba un superávit del 2% del PIB y una deuda del 36%. Parece, pues, que habíamos hecho los deberes con matrícula de honor, y sin embargo, un año después nos fuimos a un déficit del 11% y una deuda del 55%. ¿Fue este descalabro responsabilidad del gobierno? Seguramente algo de eso hubo, con actuaciones tan desafortunadas e irresponsables como el plan E, pero no hay que desdeñar la inercia perjudicial causada por la moneda única: las inversiones que se realizaron en nuestro país subieron los precios y los salarios, haciendo de España un país menos competitivo. El sector industrial quedó herido de muerte, con la fuga de empresas a otros países, mientras que nuestro gobierno quedaba atado de pies y manos, incapacitado como estaba para usar un arma como la devaluación, efecto colateral de la pérdida de soberanía. A esto debemos añadir el fantasma de la deflación, que en la vivienda es un hecho muy palpable, y esperemos que no se contagie a otros sectores, por el bien del Tesoro Público. Una situación nada halagüeña, por desgracia, en la que creo que el euro ha tenido mucho que ver. Podemos decir que estamos presos de la deuda, una cárcel a la que nos ha llevado Europa. La misma moneda que nos impulsó a unas cuotas de consumo (que no necesariamente de bienestar) inimaginables, es ahora nuestro verdugo, un verdugo del que nos podríamos librar, como parece que es el camino de Grecia, pero nadie sabe a qué coste. Gratis, desde luego, no será.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Más claro, imposible. Buen artículo.

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
Las causas están claras pero ¿y los remedios?
Salu2 monetarios.

eres_mi_cruz dijo...

subieron precios y salarios, ahora sólo bajan los últimos... cuál es el fantasma de la deflación si es para volver a lo meramente razonable, a la tapa a dosientasincuén... coño, que una tapa de ensaladilla no vale 500 pts por mucho que suba el barril de Brent, joder...

Grecia no va a la quiebra... hace años que ya está en quiebra... cuando de una puñetera vez vuevan al dracma y manden a tomar por culo a los bancos alemanes se destapa todo esto... hombrepordió, tor mundo acojonao... un poco de dignidad, ya lo decía Saramago...

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, Sara.

No me ofendas, Dyhego: a un economista le puedes preguntar el diagnóstico, nunca el remedio. Amos, home...

Una poquita de por favor, eresmicruz: como haya deflación la hemos cagao: con todo lo que debe España, nos vamos a tomar por culo, la deflación hace que la deuda aumente, del mismo modo que la inflación la reduce. Y si llegamos al corralito, a ver quién tiene veinte duros para tomarse una tapa de ensaladilla baratita. Al trueque, volvemos al trueque, ve buscando empleo en el Cambalache. Ah, y los griegos han vivido bien gracias al euro, y ahora se van a pegar la hostia, salir del euro es peor a corto plazo, a la larga puede que nos favorezca, nos limpie de cagarrutias.

Abrazos agoreros.

José Miguel Ridao dijo...

Con estas conversaciones cómo voy a escribir poemas, me cago en Rimbaud...

eres_mi_cruz dijo...

los griegos han vivido bien desde antes de Homero, macho... para los griegos, como para nosotros mismos, el euro ha sido un alucine de mescalina... ni éramos ricos, ni vivíamos bien, leche, este era un país horterísimo...
si lo que debe España es deuda comprada con dinero al 1% del BCE... que les den por culo a los acreedores en especial a los bancos españoles por alta traición...

Dyhego dijo...

Vaya, hombre, ¿tiene usted que cagarse en Rimbaud? ¿No podría hacerlo en Rudyard Kipling, por ejemplo?
Salu2 poéticos.

José Miguel Ridao dijo...

Sí, home, po no habrá pasao hambre el Homero, ciego y deambulando por esos montes. Tú sabes que yo soy beatus ille total, por mí me iría a la Peña a vivir en una cueva, y cambiaba mi fragoneta por un troncomóvil, pero eso sí, que no me faltara mi cervecita en la plaza, mi presa y mi solomillo a la plancha comprado en Segundín, mis botelline de cruzcampo y mis cubatita viendo las estrellas. Entre la horterada obscena que hemos visto y pasar hambre rodeado de cabras hay lo que se dice un término medio, la tercera economía, lo que yo te diga, home, o es que ibas tú a pasar sin ir al Biarritz o El Barrio, por las cajilas, home, por favó...

Bueno, Dyhego, pues me cago en Chéspir, que es mucho más gordos.

Abrazos homéricos, home...

RIDAO BACALAO dijo...

Están tos ustedes muu econominimistas y joioporculeros. La crisis de este bendito país es curpa basicamente de ZP (con tos susmue...)que se ha ío de rrocitas el hijodelagranpu... y de un Partio de Sospechochos del Once Eme que es una mierda pincháenunpalo, además de corrutos y cornuos. Déjense de tecnicismo macroeconometricos y piensen más en la panda de hijosdelagranpu... que nos han robao y malgobernao, Ridao Bacalao: ¡ que no tenteras contreras !

Rafael Hidalgo dijo...

Entonces, ¿ya hemos encontrado un culpable (y además impersonal)?
¡Estamos absueltos!

José Miguel Ridao dijo...

Te vi a desí una cosa, Bacalao: la mejor virtud de un político en una crisis es quedarse quietecito y NO HACER NADA. Estamos vendíos, lo mejor es hacer gasto público en vacaciones pagadas para todos, un agujero para meter la cabeza y cuando escampe salimos.

Exactamente, Rafael, el euro es el gran culpable, sobe todo por su ausencia de nuestros bolsillos. Estamos absueltos, pero jodidos.

Un abrazo diosnoscojaconfesaero.

eres_mi_cruz dijo...

pues a éso me refería yo... que donde se está bien ahora es donde no llegó un leuro ordinario... donde hemos estado bien toda la vida la gente con buen gusto, conñio, vamos a dejarnos de mariconadas y de pulseritas all-inclusive... que hoy La Peña queda más lejos que Estocolmo, que en low cost está a la vuertalasquina lleno suecas... ahí está el cabrón de raynair, de los pocos que ha sabido sacarle partido al euro a costa de la competencia...
años entrando a saco como amamonaos en la trituradora hipotecaria... pagando mugre a precio de polen...

¡coño, papelón de calentitos y café en El Poleo con los viejos!... ¡lujo asiático!...

José Miguel Ridao dijo...

Ahí, ahí, y me voy a comprar un terrenito en el Collao por si las cosas se ponen mu malas, sembrar unas papas, y lo del Poleo no te lo pierdas, que en dos meses tengo edad para hacerme socio, y tengo descuento yo y mi familia en las cervezas y las tapas, más derecho a entrar en el reservado para leer el periódico de gorra y jugar al dominó, Román ni Román...

eres_mi_cruz dijo...

en Román había un cartel que prohibía el paso al interior a los niños... nunca lo entendí demasiado pero con lo del reservado del Poleo empiezo a comprender... me vienen a la memoria mis años del men only en el club de Bellavista, Riotinto... beatus ille, coño...
me encontraréis a bordo ligero de equipaje... ya lo escribió Machado en las puertas de los ortobuses de tussam...