viernes, 25 de mayo de 2012

Apuntes (163): Algunas lecturas


Una vez más me rindo ante el talento de Azorín. Trasuntos de España contiene unos relatos cortos que son un tesoro cada uno de ellos. Azorín consigue crear un ambiente tan íntimo, tan sosegado, que el lector no puede sino agradecer profundamente esa prosa límpida, que no florida, a pesar de lo que le achacan algunos detractores.

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Y quien sí gasta una prosa más florida es Agustín de Foxá, aristócrata del lenguaje. En Madrid, de corte a Checa, y a pesar del asunto tratado, Foxá se revela como un escritor con un aire barroco, alegre, lleno de arabescos bien dibujados que al principio chocan un tanto, pero que enseguida logran envolvernos en el hilo de la historia que narra. Es la prosa de un poeta.

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La escena que narra Gerald Durrell en Mi familia y otros animales de la lucha a muerte entre una salamanquesa y una mantis religiosa es de antología, digna del mejor género épico. El libro es todo él una maravilla. Releo ahora en el idioma original lo que leí hace veinte años en español, y me cautiva igualmente ese estilo desenfadado, ingenioso, brillante. Estamos ante un escritor de primera línea, aunque sus mayores esfuerzos los dedicó a la zoología. Salvando las distancias, no desmerece de su hermano Larry, al que por cierto retrata sin misericordia, aunque humorísticamente, en su trilogía de Corfú.

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Acabo de empezar a leer las Memorias de Albert Speer y las primeras páginas ya me han atrapado. Un hombre culto, aparentemente normal, seducido por Hitler hasta el punto de una completa sumisión. Se habla de la fuerte crisis alemana en los años 30 como causa de la llegada de los nazis al poder, pero no deja de sorprenderme la figura del Führer, su personalidad magnética que fue capaz de abducir a millones de compatriotas. Si él nunca hubiera existido, si otro hubiera ocupado su lugar, ¿se habría llegado a ese grado de fanatismo, a esa encarnación del mal como nunca antes se dio? Yo pienso que no.

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Y para terminar el repaso a mis últimas lecturas, recomiendo vivamente Dioses y héroes de la antigua Grecia, de Robert Graves. Es el libro más ameno sobre mitología que he leído nunca, con mucha diferencia. Me ha gustado tanto que lo estoy releyendo para atar los cabos de quién es padre de quién, quién dios y quién mortal, quién nació de las aventuras extraconyugales de Zeus, cómo se llamaban los distintos reyes y sus reinos... En fin, una tarea imposible pero que gracias al libro me animo a emprender. Y si lo leéis, atención al impagable prólogo de Ramón Irigoyen, que se descuelga con frases como: Mi experiencia, gravemente traumática, de la religión católica fue la razón determinante de mi tardío descubrimiento de los maravillosos mitos griegos; o: Tampoco, cuando me fui a vivir a Atenas, a los veinticuatro años, tuve suerte con los mitos griegos. Allí, al borde de la Acrópolis, quedó pulverizada instantáneamente mi fe católica e, inmediatamente, me puse a blasfemar, a razón de unas doscientas blasfemias por minuto, como un labrador de Tudela picado en un ojo por un tábano cisterciense; y, aún más: Dioses y héroes de la antigua Grecia es el libro que debería ser de lectura aconsejada en todos los colegios occidentales. Es el único antídoto eficaz contra el mal de ojo de los crucifijos que todavía cuelgan en las aulas y en algunos hospitales públicos. Casi mejor no glosar estas palabras, por si las moscas...

6 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
¿Por qué no nos cuenta usté qué hace para sacar tiempo para leer tanto? Algún secreto ha usté de tener bien escondidito...
Salu2 envidiosos o envidio"e"s, jejejeje, cuán agudísimo soy...

RIDAO BACALAO dijo...

No tenía ni puta idea del Irigoyen este de los cojones. Aquí, en Cádiz ( tres mil años de Civilización), al único Irigoyen que admiramos y casi veneramos es a D. Manuel, don Manuel Irigoyen presidente del Cádiz CF, que lo aupó en varias ocasiones a la primera división.
De este otro Irigoyen tan sólo con lo que usted, don Ridao Bacalao, nos obsequia y una rápida lectura en la red ("sostiene que quien no es feminista es un peligro público" y se declara "defensor a ultranza de todas las mujeres salvo de la Virgen María" ) decir que que que me parece un gilipollas más de la secta y lo va a leer suputamare.
Para leer sobre a los clásicos me quedo con Cotta, si a usted no le importa.

José Miguel Ridao dijo...

Es fácil, Dyhego: jamás ver la tele y acostarse pronto (a leer).

No, hombre, Bacalao, léetelo, en serio, no creo que Graves tenga toda la culpa de que ese payaso le haya hecho el prólogo. El libro es muy bueno, entretenido e instructivo.

Abrazos Baaaaaarçeros (a falta del Sevilla).

Mora Fandos dijo...

Lo de Azorín, sí, sí, sí (de lo demás no tengo lecturas). Además, es eficazmente terapéutico, y sin contraindicaciones.

Juan Fco Romero del Castillo dijo...

Los libros de Gerald Durrell me los bebía cuando era adolescente y tiene usted razón: tienen una frescura maravillosa, aparte de una ironía típicamente británica. Y no sólo la trilogía. Me ha dado usted una idea para los claustros...

José Miguel Ridao dijo...

Totalmente de acuerdo, José Manuel. ¡Y qué olvidado está! Parece que hoy en día la gente lee solamente para que le cuenten algo, y no saben que él cuenta muchísimo, a la chita callando. Un grande, sin duda.

Juan Fco.: tenga usted cuidado con las carcajadas, "le vayan" a llamar la atención. Sus golpes de humor son geniales.

Abrazos monoveros y corfiotas.