Aún no del todo resignado a que su industria salga de los Presupuestos Generales del Estado, el presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España se ha inventado un nuevo modelo basado, según él, en la autogestión: “El cine se puede pagar con los ingresos y los impuestos que el propio cine genera, como se hace en muchos países de nuestro entorno”. Es una brillante idea, genial. Lo que no sé es cómo no se le había ocurrido antes a nadie. De hecho, se me ocurre aplicarla a mi propia economía: yo me puedo "autogestionar" con los impuestos que genero: que compro mucho y genero IVA, pues me quedo el IVA para poder seguir comprando. Pero bueno, he de reconocer que no soy una "industria", así que no puedo aspirar a esta brillante autogestión, pero se me ocurre que podían hacerlo los panaderos, los taxistas, los tenderos... cualquier empresario que genere impuestos es susceptible de usar esos impuestos para "autogestionarse", y nada más que una lógica prosperidad de la economía en su conjunto puede derivar de esta innovadora medida.
Ya lo decía Frédéric Bastiat en 1850, y se expresaba mucho mejor que yo:
¿No hay algo de vergonzoso en el rol que el proteccionista hace interpretar a la sociedad? Él le dice: "Tienes que darme trabajo, y, lo que es más, trabajo lucrativo". He escogido tontamente una industria que me deja un diez por ciento de pérdidas. Si tú instauras una contribución de veinte francos de mis compatriotas y si me la das, mi pérdida se convertirá en beneficio. Y el beneficio es un Derecho, tú me lo debes. La sociedad que escucha a este sofista, que se carga de impuestos para satisfacerle, que no se percata de que la pérdida sufrida por una industria no es menos pérdida porque se obligue a compensarla, esta sociedad, digo yo, merece el fardo que se le obliga a portar.