sábado, 10 de noviembre de 2012

El abuelo


Día completito. De entrada, nos hemos quedado el fin de semana porque los niños de los cojones tenían partido de baloncesto, manda güevos, pronto empezamos, con nueve y siete años. Jaime está que se sale: no iba convocado porque aún está con muletas, pero dice que es el único de su edad al que han metido en el equipo, y también asegura que como de mayor no gane dinero jugando se retira. ¡Adiós, Pau Gasol! Yo, de momento, le llamo cojo Manteca y él sale corriendo detrás mía cada vez que lo oye, más rápido que el original, ha desarrollado una velocidad endiablada; le falta romper farolas: ya le puse un vídeo el otro día del "orténtico", como se enteren en el cole lo expulsan. El caso es que a las nueve y media de la madrugada toda la familia en bloque para animar a Miguel, caían cuatro gotas y ¡van y suspenden el partido! Motivo: riesgo de lesión. Manda güevos otra vez, antes sólo se suspendía el partido si el balón navegaba en vez de botar, serán los nuevos tiempos de denuncias a gogó. Plan alternativo: turismo por la ciudad. Parque de María Luisa, Catedral, Giralda (el cojo Manteca llegó arriba el primero con sus muletas, cómo no), creo que no había más sevillanos que nosotros allí en lo alto, recuerdos de los tiempos en que no había baranda y los que paseaban por las gradas de abajo tenían que ir esquivando a los suicidas, ahora está todo enrejado; vuelta a bajar, nuevo triunfo del Manteca, paseo por la Avenida, antes del Generalísimo, ahora peatonal y de la Constitución, tapeo correspondiente (siempre sale ganando Miguel, con eso del gluten le ponen los mejores platos), visita a los kioscos de belenismo, hoy inauguraban la temporada, seseintaitantos pavos por cuatro muñecotes y dos tenderetes, antojo de la que manda, me dan mal las vueltas a mi favor, no digo nada -¿seré corrupto?-. Y ahora viene lo bueno, o, mejor dicho, lo malo: íbamos con una amiga y dos niños añadidos, no venían sus padres y ellos no nos conocían. Compramos castañas. Uno de los niños me dice que le pele una. Al abrirla está mala una parte y se ve el gusano momificado. Yo le digo que no pasa nada, que también se come. No se lo cree. Me como el gusano. El niño no da crédito. En ese momento llama su madre. Le pasan el teléfono. Hola, mamá, estoy comiendo castañas. La madre le dice algo, y responde el niño: Una tenía gusano, y se lo ha comido el abuelo.

¡El abuelo! A mis 45 años tan bien llevados. Yo, que era un sex symbol en la facultad; no me comía nada pero era un sex symbol, a ver si viene alguna a confirmarlo. Llamarme a mí el abuelo la mierda esa de niño, home, que me he quedao con su cara, qué van a dejar para cuando tenga ochenta años...

7 comentarios:

eres_mi_cruz dijo...

yo era alumna de tu facultad y confirmo que eras un sex simbol...
ahora soy funcionaria de la consejería de educación y te voy a denunciar por ponerle el vídeo del cojo Manteca a tus hijos, torturar animales en su presencia, gastar sesentaitantos pavos en figuritas para el nacimiento, subirlos a la Giralda sin ascensor, raptar a dos menores desconocidos, amenazarlos... además voy a telefonear a mi compañera pelorojo de hacienda para que te denuncie por apropiación indebida, abuelo corrupto... eso sí, los gusanos me encantan, tienen tanta proteína...

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
Los que manejan el cotarro de los partidos son unos cabrones. No les importa romper los proyectos de las familias con tal de exhibir su poder: voy a poner el partido a la hora que me salga de los güevos y me importa un capullo los planes familiares.
El sábado pasado me tocó llevar al niño a un partido de fútbol a las 7 de la tarde, pero tienen que estar una hora antes, y tienes que salir tres cuartos de hora antes para encontrar aparcamiento... O sea, tres horas pa un partido. (Menos mal que mi benjamín marcó dos goles , el primero de los 5 con los que ganaron y a los dos minutos de haber empezado a jugar el niño...)
Mañana toca partido, ¡un domingo!, a las doce. ¡Na más y na menos que a las doce, la hora del ángelus (léase, aperitivo)!
Ya tuve unas palabras con el tío del equipo y le dije que no me parecía bien que todos los planes de una familia giren en torno a un partido, que por qué no los ponían los sábados por la mañana o durante la semana...
Que si tal, que si cual, que si los equipos, que si los árbitros, que si capullos.
En una palabra, (lo que se sobreentiende) que si quiero que el crío juegue, que pase por el aro.
¡Me cago en la puta hora que nacieron los programadores de partidos!
Perdona si me inrito como tú.
Salu2.

Elías dijo...

¡Joder, Ridao! El puto niño ese te ha hundío en la miseria. Y es que ya no hay respeto, ni ná.

Por cierto: ¿cómo estaba el gusano?

Abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

eresmicruz: me conmueve que hayas desvelado parte de tu identidad para avalarme, pero que sepas que con lo mona que eras y, vamos a hablar claro, lo buena que estabas, te hayas dejado el pelopincho teñido de rojo y se te haya puesto esa cara de mala leche.

Dyhego: lo dicho, pronto empezamos, pero vamos, que yo pienso seguir yendo a Alájar cuando me plazca, así los niños que se queden sin contrato con los Lakers.

Ya ves, Elías, y encima el gusano sabía a rayos, se las da uno de padre guay de un compi y le tratan de abuelo.

Abrazos seniles.

Fernando Moral dijo...

Eeeeeeejejejejejejejeje. Quillo, esas cosas no se confiesan en público. No te va a caer na. De momento, para el jueves vete preparando.Esto es peor que si hubieras dicho "Troya, Quijote y razones" ante público masculino (que también tiene su premio).

Un abrazo, güeli.

Paco dijo...

Jajajajajaj no hay 15-M en el mundo que te baje la indignación... jajajajajaj


Saludos Seniles.

Rafael Hidalgo dijo...

En la mili seguro que oirías ese calificativo con orgullo. ¡Cómo se nota que te han dado la blanca! (porque no se te echan muchos más años...)