viernes, 14 de diciembre de 2012

La inmersión que "ahoga"


Ojalá la "cuestión" fuera el idioma, y ahí se quedara: en realidad no se trata del lenguaje, sino de lo que se consigue con él. La política de inmersión lingüística que se ha venido siguiendo en Cataluña todos estos años, y a la que ahora se quiere poner freno, tiene muy bien puesto el nombre: su objetivo claro es ahogar al castellanohablante en el mar de Cataluña, pero no en el mar lingüístico y cultural, sino en un mar diseñado cuidadosamente por el nacionalismo, un mar agresivo de altas crestas, un mar donde no cabe la libertad, porque lo único que circula por sus aguas son barcos que enarbolan una bandera política que todos conocemos. Que nadie se engañe: si los catalanes protestan como fieras ante lo que consideran un ataque no es porque ellos y sus hijos vayan a sufrir, sino porque no podrán seguir fagocitando víctimas de su intransigencia. Y además, este tipo de discursos, el que yo hago ahora mismo, sólo les está permitido a ellos, que tienen el monopolio del victimismo y de la razón: si yo viviera en Cataluña me llevaría tantos palos que no me merecería la pena publicarlo. Lástima de pueblo, lástima de buenas gentes.

7 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
Esta mañana decían por la radio que la inmersión en catalán también la iban a poner obligatoria en las guarderías. Pero eso ya es demasiado tarde, creo yo: tienen que ponerles a las embarazadas un chip en la barriga para que se le manden ondas electromagnéticas en catalán por supuesto, a los fetos, para que, al nacer, ya puedan llorar en catalán.
¡Cuanta paranoia y cuanto tonto!

Juanma dijo...

Querdio mío, me alegra mucho pasar de nuevo por aquí. ¿Todo bien?

Te dejo a continuación dos artículos que escribí para la radio en 2008.

(aclaración: ese "Cristóbal" que aparece es Cristóbal Cervantes, quien dirigía el programa. Aquellos artículos tenían el nombre genérico de "Punto de sutura")

Abrazos fuertes, querdio R.

J.

Juanma dijo...

Dear Cristóbal, dears friends:
My english is very bad. Tan bad, tan bad que mejor me expreso en español. El uso del idioma, querido Cristóbal, queridos amigos, sólo debe contemplar una finalidad bien sencilla: que dos o más personas, mediante el manejo de un código lingüístico común, se puedan entender. Todo lo que salga de ahí no es más que política pendenciera o intereses que se arrastran como un reptil venenoso.
Tengo un amigo que, como su nombre propio indica, no puede ser más catalán: Josep María Güell i Enrich. Pues bien, yo he visto cómo este amigo, mi catalán favorito, ha llamado a Barcelona a las dos de la madrugada, despertando y asustando a su hermana dormidísima, porque no podía esperar a contarle la emoción que sentía viendo a San Gonzalo por las calles de Triana. Un tiempo después, mi amigo Güell recibió la visita de un colega de su tierra y tuvo problemas en un bar porque, estando los dos solos, tomando tranquilos una cerveza, hablaban en catalán, lo que fue considerado una falta de respeto por algunos incultos que estaban allí. El idioma, la lengua en la que cada uno se expresa, no puede ser, no debe ser, un motivo de enfrentamiento entre gente que comparte el mismo suelo o suelos distintos. Dejemos en paz a los idiomas. Más nos vale poner empeño en usar de manera correcta aquel o aquellos que sean los nuestros y los que aprendamos en adopción.
A partir de ahí, sólo debe imperar la sensatez. Si mi amigo Güell habla catalán y castellano y yo sólo castellano, los dos sabemos en qué idioma nos entenderemos. Tú que has vivido allí, querido Cristóbal, sabes bien que, por lo general, no hay en las calles catalanas ese problema con el idioma que los políticos tuneadores y tunantes se empeñan en introducir en los colegios y en los telediarios. Se atrincheran en una batalla con los idiomas, pero sólo lo hacen porque no encuentran forma mejor de intentar ocultar su personalidad tan sandia.
En fin, que como no queda resultón decir POINT OF SUTURA y sólo parlo catalá una miqueta, mejor me sigo dejando mecer por el vaivén de este castellano tan correctísimo que me caracteriza. ¿O acaso no me sa entendío tó?

Juanma dijo...

Amigo Cristóbal, queridos amigos:
El miembro de Esquerra Joan Tardá ha concluido un discurso, ante jóvenes educadísimos, diciendo “Muera el Borbón”. Preguntados por el significado profundo de tan entrañable deseo navideño, en su partido tardaron poco en explicar que Tardá no se refería a Juan Carlos, sino a Felipe; pero no al marido de Letizia: a Felipe V. Luego habló D. José Bono, con su bonhomía tan estudiada, para decir que hay que disculpar a Tardá porque tiene un “carácter primario”.
Si alguien dijera de mí que tengo un “carácter primario” me hundiría definitivamente. Ya sabemos por las fotos (y lo que voy a decir es una descripción, no un insulto) que el señor Tardá tiene cara de morsa fea. ¿Pero qué quiere decir esto del “carácter primario”? ¿Acaso el señor Tardá no sabe que los cubiertos que encuentra en la mesa son para comer y no herramientas para montar un ropero? ¿Acaso es primario el nivel de su cultura y desconoce que Felipe V lleva 262 años criando larvas de sangre azul? ¿Qué pinta el primario señor Tardá en nuestra Democracia: bisontes?
No entiendo por qué el señor Tardá, quien usa la libertad de expresión que le garantiza la Constitución para decir que está en contra de ella y que es republicano, ocupa un escaño en un lugar que es democrático, constitucional y donde, oh sorpresa, se dijo hace treinta años que España es una Monarquía Parlamentaria. Tampoco entiendo por qué acepta cobrar cada mes un sueldo que emana del erario público del mismo país que detesta. Al señor Tardá, desde luego, le vendrían muy bien las clases particulares que imparten los colegas de Obama a los socialistas sevillanos. A lo mejor así descubriría la existencia de un par de palabras en nuestro diccionario que serían estupendas para aplacar su estrés y su cabreo permanente: coherencia y respeto.
A mí el señor Tardá no me cae bien, pero no por primario, sino por malage. Yo deseo larga vida al Borbón y a los Borbones, o Borbonas, que estén por venir. ¿Y Felipe V, qué hacemos con Felipe V? ¡Pues que viva también! No sea que asustemos a los turistas cuando encuentren un velatorio en los salones del Museo del Prado.

Anónimo dijo...

Por eso hago mis comentarios bajo el nombre de Ambossat. Qué se cree, que en Cataluña se pude decir todo...pues no! por eso hay tan pocas quejas o solicitudes de la enseñanza en castellano, porque te marcas para toda la vida,y a tus hijos los vas a marginar en el propio colegio, allá dónde los lleves.
Yo soy catalano hablante, de lengua materna catalan, pero mi mujer es castellano hablante y en casa se habla de todo un poco..pero aún así no comprenderé nunca cómo no podemos escoger en la escuela, la "lengua vehicular" para nuestros hijos. Es una cuestión de falta de libertad, antes que nada, pero si lo planteas así en Cataluña te tachan de facha. Y eso que estamos en la era del Internet y la globalización...En fin.

José Miguel Ridao dijo...

Si al menos fueran tontos, Dyhego...

¡Hombre, querdio, estás perdio. Por aquí todo bien, espero que tí igual. Gracias por los artículos, que ponen er deo en toa la llaga.

Anónimo: qué triste debe ser vivir en ese estado. Ya he notado que hasta que personas que admiramos y respetamos hablan del asunto con medias tintas. Por algo será. No sé en qué quedará esta inmersión. Mucha igualdad me parece que no genera, y libertad...

Abrazos.

Implantes Dentales dijo...

muy bueno.