viernes, 11 de octubre de 2013

El vuelo literario de los niños


En los inicios del blog hablaba mucho de mis hijos, especialmente de Miguel, el mayor, que tenía por entonces cinco años, al que dedicaba entradas como ésta, o esta otra. Actualmente es un mocito de diez años que ya levanta más de metro y medio del suelo, pero su imaginación y su inocencia siguen intactas. Ahora están estudiando en el colegio el lenguaje literario, y ayer le encargaron hacer una pequeña descripción de la clase, en un estilo normal y después con el lenguaje literario. Le pedí que me la enseñara pero se mostraba reacio, decía que seguro que estaba mal. Al final me lo mostró. La parte, digamos, aséptica, era muy escueta:
La clase tiene una puerta, cuatro paredes, seis ventanas, cinco estanterías, una pizarra, tizas y veintiocho mesas.
Pero cuando se pasó a lo que él entiende por literatura, a pesar de su inseguridad, se puede decir que el verbo vuela y se eleva por encima de la niñez de sus diez años.
Mi clase es bellísima como un campo pero sus pobres mesas son tristes, y las tizas parecen potrillos pintando en la pizarra lindas flores.

4 comentarios:

Paco dijo...

El día que decida abrir un blog, avísanos. Iremos en estampida como potrillos salvajes.

Dyhego dijo...

¡El niño apunta maneras, monsieur Ridao!
Salu2.

soylapaqui.com dijo...

Ridao que bien se expresa tu niño,voy a tené que contratarlo pa que me de clases,yo con la edad que tengo,en mi vida,podría pronunciar ni pensar como el,cuidaló y que no se haga una basta como yo.Te sigo leyendo,pero escribo menos porque estoy muy ocupada en viví la vida.

José Miguel Ridao dijo...

Ni mijita, PAco, que tiene que estudiar, y seguro que se engancha antes al guásap y al tuenti.

Apunta, Dyhego, a ver si acierta.

¡Paquiiiiii! Estás perdía. Yo también, cada vez escribo menos, con los buenos ratos que hemos echado con esa Rocío, esa Bea, ese Escasso...

Besos muchos.