Después de leer La Ilíada he llegado a la conclusión de que los héroes antiguos eran unos mosqueones de tomo y lomo, y también un poco niños chicos. Aquiles se pasa media epopeya con un rebote impresionante sin mover un dedo en las cóncavas naves, deseando que los troyanos les den para el pelo a sus compatriotas y así Agamenón se entere de lo que vale un peine, cómo se le ocurrió birlarle a su esclava Briseida. La ira del pelida es legendaria, pero algo insustancial, y sólo cuando matan a su amiguito Patroclo consiente en acudir al combate con sus fieles mirmidones, transformando el mosqueo de un dios menor en la cólera de Zeus: él solo se basta para despedazar a los pocos hijos de Príamo que le quedaban por matar y a toda la plana mayor del ejército troyano, que huye despavorido al divisar la reluciente coraza fabricada por Hefesto. Tan sólo Héctor le aguarda a pie firme junto a las puertas Esceas, que ya hay que tener valor, pues uno se imagina a Aquiles acercándose como una especie de rinoceronte enfurecido, pero el ánimo le falla en el último instante y huye dando hasta tres vueltas al perímetro de las murallas perseguido por el de los pies ligeros, que al fin le envasa la broncínea lanza por el cuello, con alguna ayudita, todo hay que decirlo, de los dioses del Olimpo, que son todos unos entrometidos y presumen mucho de que no les importan las andanzas de los hombres, pero al final no hacen más que inmiscuirse en sus destinos.
Y lo más gordo es que con este argumento imposible Homero consiguió una obra maestra que más de tres milenios después me ha estremecido como ningún libro actual. Me he sentido más cerca de argivos y dárdanos que de mis contemporáneos. Si aún no lo habéis hecho, leedla oh eximios blogueros.
7 comentarios:
Se me amontona el trabajo, pero ya caerá.
Por cierto, me leí un libro que recomendaste, el de los mitos de Robert Graves.
Salu2 helénicos, monsieur Ridao.
Para mí es la obra cumbre de la literatura universal. En Homero todo es noble, brillante, presente. Lo bueno es lo bello y lo bello es lo bueno. Y al héroe se le perdonan los defectos porque para eso son héroes. Un abrazo grande.
O sea, que los dioses del Olimpo son unos cabrones ¿no?. Bueno, me buscaré una tribu de mirmidones para tocarles los ... a los dioses.
Este libro debería ser obligatorio, por Zeus y Atenea, en los planes de estudios.
Un abrazo.
Dyhego: ese libro de Graves me ha sido muy útil para ir atando cabos con los dioses, pero aún me lío. Yo creo que ellos mismos no saben quién es su padre.
He tardado mucho en leerlo, Jesús. Ahora me gustaría poder hacerlo en griego, como tú, seguro que el disfrute es mayor. ¡Felicidades por tu nuevo libro!
Naranjito: ten cuidado no vayan a salir de Troya para tocarte... Es un libro que contiene todos los premios del mundo.
Abrazos mirmidónicos.
Tócate los cónicos...
pues lo de Graves tiene su mérito, ridao... si cuando me la leí hubiera existido wikipedia...
no por casualidad le pusieron "Oracle" a la primera base de datos de la CIA...
al final resultó que nosotros mismos encontraríamos el puñetero oráculo de Delfos... y sin tener que jugársela escalando peñascos... viva internet y vivan los griegos... sea lo que sea que tengan en común...
Dyhego: agárrame los biónicos supersónicos borbónicos.
eresmicruz: ni con Wikipedia se aclara uno, porlosmuertosdezeus, que no se sabe quién es dios, héroe, ninfa, nereida, erinia, furia o clitemnestra en vinagre.
Abrázicos.
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