De vez en cuando cogías tu guitarra junto a la chimenea y los trémolos brotaban como por encanto. Y me mirabas de hito en hito. Y al final me sonreías. Y simplemente así éramos felices. Nadie ha vuelto a coger esa guitarra que tú tocabas ya de niña. Descansa apoyada en un rincón del salón de Alájar, junto con otra que era mía pero jamás aprendí a tocar, esperando unas manos que ya nunca la acariciarán, y yo esperando una sonrisa y unos ojos dulces que sólo subsisten en mi recuerdo.
Mi primer recuerdo infantil
-
MI PRIMERA CONSCIENCIA
Cada noche me salva
de morir un recuerdo.
Yo tenía tres años
y abuelos en el cielo.
En un sueño yo era
un ángel de Fra Angélico ...
Hace 16 horas