De vez en cuando cogías tu guitarra junto a la chimenea y los trémolos brotaban como por encanto. Y me mirabas de hito en hito. Y al final me sonreías. Y simplemente así éramos felices. Nadie ha vuelto a coger esa guitarra que tú tocabas ya de niña. Descansa apoyada en un rincón del salón de Alájar, junto con otra que era mía pero jamás aprendí a tocar, esperando unas manos que ya nunca la acariciarán, y yo esperando una sonrisa y unos ojos dulces que sólo subsisten en mi recuerdo.
Feliz 2025
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*Q*ueridos amigos, os deseo que tengáis un feliz 2025 y que todo os vaya
mejor de lo que podáis imaginar.
Y salud, sobre todo, buena salud.
¡Cuánto...
Hace 6 horas
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