Quien siga mi cuaderno con cierta frecuencia ya sabrá a estas alturas que mi hijo Miguel es bastante más listo que su padre, y apunta reflexiones profundas que aportan nueva luz a mi sabiduría. Últimamente observo no sin cierta preocupación que realiza progresos en otros campos, pues a sus probadas virtudes está añadiendo una mijita de sorna, malicia o mala leche, como se quiera llamar, como prueba lo que relato a continuación.
Ya sabréis que la semana pasada Miguel tuvo un nuevo hermano de nombre Gonzalo. Pues bien, el tan Gonzalo es un angelito, pero le ha dado por dormir de día y velar de noche, supongo que manteniendo costumbres adquiridas dentro del vientre materno. Ya os podéis imaginar lo que ello supone para sus sufridos progenitores, sobre todo para su mamá, que es quien lo alimenta según establecen las leyes de la naturaleza. Miguel ha asistido a estos desvelos sin decir esta boca es mía, justo hasta ayer, cuando los seis miembros de la familia nos disponíamos a subir en nuestra flamante fragoneta a primera hora de la tarde, bajo un radiante sol abrileño. Gonzalo, para variar, iba dormidito, pero en ese instante despertó asombrado y abrió sus ojos recién estrenados. Al percatarse, Miguel no pudo contenerse:
¡¡Mira, papá, ha abierto los ojos, se debe de creer que es de noche!!
No me negaréis que una cosa así no se dice sin segundas intenciones. Pronto espabila, el muy puñetero. ¿A quién habrá salido?
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17 comentarios:
Es mi ídolo.
Prepárate que vienen curvas,José Miguel.
Al padre, fijo
Miguel es el futuro, no hay duda. Ridao papi comienza a ser vencido.
Por otra parte, ¡¡no os puedo dejar solos!! (que además me lo pierdo): ¿cómo lo llevais Juan Antonio y tú?
Un abrazo, querido Miguel.
Lon niños hacen hala de una lógica aplastante. Hacen falta muchos años de carrera para olvidarse del sentido común y hacer caso de lo que dijeron otros.
Saludos.
Ya veo por quién tomáis partido en esta contienda, sobre todo tú, Olga. Aún estoy restañando las heridas de los embates del caballero Romano (él debe de estar penando en su lecho la osadía de afrentarme), y me ataca por la retaguardia mi propio retoño,¡c...!
Te doy hoy la bienvenida, Miradme, que el otro día no pude soltar la lanza para hacerlo. Y me alegra contar con tu compaña, guadianesco Juanma, veo que leíste la crónica de la justa, lo que te privaría un buen rato de tus menesteres literarios. Yo creo, sombras chinescas, que encauzaré a mi vástago por la carera de las armas, para que me sirva de escudero en próximas lides.
Ahora os dejo, que aprovecho que Miguel está adiestrándose en las letras para diseñar mi estrategia del combate vespertino (y que a nadie se le ocurra trincarme nada...).
¡Vaya pregunta la tuya José Miguel! Debería ser retórica pero no lo es ya que te place tirarnos de la lengua, y esta vez te doy toda la razón.
Con semejante ejemplo en la casa y sólo la santa atajando los penales ¿a quién querés que salga? No a su madre, seguramente.
Eso sí, Miguelito toma habida cuenta de la imagen paterna con todos sus matices.
A todo esto ¡Qué ternura de escena nos pintás! Es ver a la familia en pleno. Una dulzura.
Besos, Ridao.
Un sol, este Miguel.
El niño es una estupenda mezcla.
Vaya niños tenemos...era para abrirles un blog:-)
Liliana, tenías que ver a la santa atajando los penales. Yo creo que ni el pelusa en sus mejores tiempos le colaba un gol...
Sí que es un sol, Jesús, pero creo que las lunas dan menos trabajo, al menos al principio.
Cómo se nota que lo conoces, H, es una mezcla de inocencia y retranca que despista al más pintado.
Marisa, ni se te ocurra, no mientes ruina que Miguel ya se me coló un día en el blog, y algún que otro gracioso o graciosa, como Olga, dice que cuando lo abra va a mandar el mío a la papelera del windows. Tú sigue con tu poesía y no cuentes cosas de tu hijo, es un consejo de amigo.
Me hubiera gustado verle la cara al decirlo, y la de los padres al oirlo.
Cosas de la genética.
Si pensáis batiros en duelo, que sea de collejas.
Pues sólo se me ocurre pensar en qué habría ocurrido si Miguel hubiera nacido Micaela. La bomba.
Es genial
Un abrazo
Tu hijo Miguel es un genio, tiene a quien salir, desde luego.
Como dice Olga, idola tribu.
Un abrazo.
José Miguel, "quién lo alimenta según establece la Madre Naturaleza": a Gonzalo.
Él todavía no sabe si es de día o de noche, estaba muy a gusto en el vientre.
No me lo puedo creer, pero si eres un Padre experto.
A Miguel un beso, es un inocente.
Abrazos.
Mery y Javier, tomáis partido también. Lo bueno es que con éste y con los que vienen tengo entradas para rato (hasta que se abran sus cuadernos).
Pasión, todavía tengo cosas que aprender, ya ves... Tú eres la que mejor has calado a Miguel.
Un abrazo matutino (sin premio...).
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