Ante la oda al narcisismo de mi amigo el Capitán Lanzaenristre, ofrezco aquí en verso mi propia versión de esta cualidad de algunos hombres (y el que se sienta retratado, que salga del armario).
Fue Narciso a descansar
debajo de un cocotero
pensando que sin dudar
siempre en todo era el primero.
Se sentó como en un trono,
contento y ensimismado,
y en esto que saltó un mono
con el culo sonrosado.
El mono vino de frente
y Narciso fue testigo
de una cosa muy potente
por debajo del ombligo.
Narciso miró hacia abajo
se bajó los pantalones
y comparó su colgajo
con King Kong y sus cojones.
Él que se creía eximio
con un palmo estando dura
vio que una mierda de simio
le superaba en largura.
Ante tal exhibición
de potencia y poderío
Narciso vio la razón
de tamaño desvarío.
Pensó que el mono prendado
de su belleza quedó,
y estando tan deslumbrado
su miembro creció y creció.
Y como un día sucediera,
aquella vez con un mulo,
dejó que el mono le diera
mayormente por el culo.
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Hace 18 horas
17 comentarios:
Por aquí tenemos un refrán que dice "Peligroso como mono con navaja". Pero creo que el de tu poema no es el mismo, pues no tiene navaja precisamente.
Pobre Narciso, creo que de Narciso sólo le quedó el nombre... Jajajaja
Ridao, seguís siendo un niño grande, no crezcas nunca... total la Santa se la puede apañar con uno más.
Cariños.
Mira Ridao, sabes lo que hizo Narciso, pues se cabreó tanto que se fue su casa, llamó por teléfono a "Tele-Shopping" y se compró un "Jet-Stender".
Y cuando le creció, se fue al mono y le dijo, mira lo que tengo...
Y cuentan que el mono murió, se llamaba M. J.
Me temo Don Andurriales
que muy falso es tu poema
pues con Narciso no avales
de otro mirara la gema.
Y si piensas en el mulo
será un desvarío grande
todos saben que aunque chulo
su aparataje no expande.
Hala JM,
dejemos el tema listo
que tengo que trabajar
y ya contigo no insisto
la musa volvió a tu lar
Gracias, Rafael, por tus palabras y por el aviso. Fallé el octosílabo y fallé la rima. Corregido queda.
Un abrazo.
No conocía ese refrán, Liliana. Está aquí la Santa, y dice que está de acuerdo contigo. Es más, dice que soy el peor de los niños...
Abrazos pinganilleros.
Magnífica continuación a mi relato, Javier. Dicen también que el mono se marcó unos pasos de baile antes de recibir el recado extendido.
Un abrazo, ya queda un día menos para el carnaval.
Parece que se te ha pasado la desinspiración pero bien.
No hace falta que se aumente
el aparato del mulo;
entra más que suficiente
a Narciso por el culo.
Y no hay poema más cierto
que el de Narciso y el mono
siento haberte descubierto
que no estás solo en el trono.
Pues ya que lo pide usted
dejamos este asuntillo;
te olvidas de tu BB
y yo de mi pinganillo.
P.S. Ahora que estás en USA se me ha venido a la cabeza un magnífico poema, creo que de Gloria Fuertes:
En USA
no se usa
la ensaladilla rusa.
Abrazos jamonero-alajeños.
Gracias, Maite, eso parece, a ver lo que dura.
José Miguel, un mono con el culo sonrosado, pero si está en USA, o no.
Aclararos los dos.
Abrazos.
Buscando finalizar
y mostrar tu falsedad
noto el concepto fallar
no siendo banalidad
¿Qué cosa potente es esa
que queda bajo el ombligo?,
veo la métrica espesa
el mono es poco enemigo.
Si lo tienes que alargar
el eneasílabo usando
el jet stender comprar
ya te voy aconsejando
Hala, un abrazo porculero (y rosado)
Yo ni hablo: ya lo habéis dicho todo en román paladino (premio, Ridao)
Bueno, Pasión, no hay que mezclar churras con merinas. La historia de Narciso y el mono no la he situado en USA, aunque distinto es que alguien de dé por aludido...
Abrazos.
Gracias por el premio, Julio.
Dicho en román paladino
Narciso va de camino
de que le crezca el pepino
si crees que ha sido divino.
¡Toma ripio narcisero!
Capitán, propio es de Narciso tratar de decir la última palabra en casa ajena; ya zanjé yo el asunto dejando aparcados pinganillo y BB, pero en fin... Además, tras la corrección del Sr. Lucena sobre un forzado octosílabo en triptongo, que acepté con humildad, ya no necesito extender alguno.
Ya que no le gustó el anterior remate, cierro con esta décima espinela.
Me ha causado gran asombro
ver mis versos como espejo
do cierto capitanejo,
cuya identidad no nombro,
se mira encima del hombro
sin miedo ni disimulo
tocándose su pirulo,
sabiendo que al tal Narciso
sin pedirle ni permiso
le endiñaron por el culo.
Un fuerte abrazo, mi Capitán. Y permítame un consejo: vigile su retaguardia.
Vigilada queda Don Miguel, y le espero en el Palenque
Vamos allá, pues.
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