Mi hijo Miguel es de buen comer, tiene a quien salir. Es tal su apetito que invariablemente, en el momento de sentarse a la mesa y mientras contempla su plato rebosante, exclama:
¿Se va a poder repetir?
Al margen de constituir toda una declaración de principios, se trata de una frase admirable, toda una lección de gramática para sus seis años. A ver si lo pongo en pie; no soy un experto en lingüística pero casi mejor, así me entiende todo el mundo.
- En primer lugar el uso del impersonal "se" da una idea de la educación del muchacho y de su generosidad: no habla en primera persona, lo que dice mucho de su modestia, y en caso de obtener una respuesta afirmativa el permiso se extiende al resto de sus hermanos.
- Ese infinitivo, "poder", no está puesto ahí al azar. Se podría haber dicho "Se podrá repetir" o simplemente "Se puede repetir". La construcción "va a" + infinitivo indica un tiempo futuro inmediato, muy acorde con la situación de Miguel, que en su imaginación estaba teminando ya su plato aun sin haberlo empezado, y veía muy cerca, para su regocijo, el momento de rellenarlo hasta arriba de nuevo, algo para lo que debía pedir permiso lo más educadamente posible.
Con estas buenas artes os podréis imaginar que Miguel consigue siempre su premio, se lo gana a pulso.
P.S. A los sufridos progenitores no nos funciona cuando decimos cada noche: ¿Se va a poder dormir? Y no es de Miguel la culpa, precisamente.
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16 comentarios:
Pues si a mí,que me gusta mucho cocinar,tener que pensar todos los días que pongo de comida me produce un cierto,disgustillo....imagino que a la cocinera se le pondría una sonrisa de oreja a oreja ante la pregunta de Miguel.¡Así dá gusto¡
¡Dormir¡ Ridao, es que lo quieres todo y te quejas por nada....anda...sin con un ratito de siesta ya te llega.
Besos
Geniales la frase y tu análisis certero. El lenguaje funciona, en más ocasiones de las que creemos, según conexiones emocionales.
Un poné: es correcto decir "ayer he terminado de leer un libro" (tanto como decir "ayer terminé de leer un libro), indica ese uso del pretérito perfecto que el libro ha gustado mucho y que, aún habiendo sido concluido, sigue presente y vivo en nuestra memoria. No sé si me explicado bien, pero yo me entiendo...que decía mi abuela.
Abrazos.
Tu entrada me ha recordado a todas esas teorías económicas basadas en las decisiones racionales de los individuos. Como si cada uno de nosotros, al decidir comprar un paquete de sopa, una tableta de chocolate o un disco estuviera analizando permanentemente si me proporciona más utilidad el paquete de sopa o un bocadillo de jamón (sobre todo porque en este último caso hay poco que analizar).
Pues eso, que a tu hijo -genial, como siempre-, el uso de los infinitivos compuestos y el reflexivo se la trae floja mientras sepa, antes de comerse el primer plato, si podrá comerse un segundo o un tercero. Vamos, más o menos aquello de las expectativas racionales.
Un abrazo
Cuando se pregunta, José Miguel, ¿ se va a poder dormir? La respuesta es no. Pero no por tus hijos, por los hijos de ella.
Un abrazo.
Ve preparando la cartera y el frigorífico que vienen curvas...
Un abrazo
El "se" no es reflexivo, en este caso, sino impersonal (ya está el mercurial de los cohones con sus pamplinas), pero eso no quita que sea una genialidad de tu niño. Tiene a quien salir. A la madre, claro, jeje.
Un abrachop.
De oreja a oreja, tú lo has dicho, mangeles. Y es verdad, se queja uno por quejarse... y por la cahilas.
Te has explicado perfectamente, querdio. Nuestro idioma es certero, más que los hablantes.
Tato: tienes razón en que se la trae floja, pero er mushasito inconscientemente utilizó esa forma verbal, y no creo que fuera por azar.
Abrazos azarosos.
Me dejas acojonao, Ramón. Ahora mismo voy a por una tijeras de capar.
Ya se resiente la cartera desde hace tiempo, Miradme.
Tienes toda la razón en cuanto a la primera apreciación, Juan Antonio. Lapsus imperdonable por mi parte, que tu compañero Miradme ha obviado. En cuanto a lo segundo, verás cuando le cuente a Lola que Miguel sale a ella en lo comilón. No sabes lo que has dicho, en fin...
Un abrazo maleléchico.
Hola José Miguel, dichosos los ojos que te leen, Miguel se parece a ti en el Ser, los niños son como esponjas, sobre todo a esa tierna edad.
Un niño tan agradecido en el comer es una bendición, y la gracia al "pedir con permiso", es tan natural como la vida, se aprende mucho al lado de los infantes. Abrazos
¡Qué alegría, Pasión! Tan cariñosa como siempre. Tienes razón en que es una bendición, yo nunca lo olvido.
Un fuerte abrazo.
¿Y no se te ponen los pelos como escarpias? A mi pobre padre se le salían los ojos de las órbitas cuando nos veía comer así... Indudablemente pensaba en la ruina económica y en el trabajito que le costaba nuestro estómago. Je, je, je.
Un abrazo.
Doy fe.
Un abrazo gonzalero.
No problem, Alegre, donde comen tres comen seis, por las cajilas.
Eres testigo, Álex.
Abrazos.
Ay, lo de ¿se va a poder dormir? me ha llegado al alma.
Miguel es generoso, no me cabe duda; es lo que tiene compartir con varios hermanos.
Un abrazo
A mí me llega al alma todas las noches, Mery. Todos son generosos, dentro de lo que se puede pedir a un niño.
Un abrazo, y gracias por venir.
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