Hoy voy a tratar de poner el dedo, y el que no tenga llaga que tire la primera piedra. ¿Por qué humildad y brillantez están tan reñidas? Puede que no sea así, pero es lo que yo detecto en la mayoría de los casos. El que se sabe brillante gasta muchas energías en proclamar a los cuatro vientos su maestría, y anhela el reconocimiento. Incluso los que dicen que poco les importa la gloria, y lo llegan a proclamar en sus escritos, lo hacen con la esperanza de que sus palabras queden para la eternidad; quieren dejar una huella indeleble que les haga ser venerados después de muertos.
Y hay algo mucho más triste: así actúan también los que hacen gala de méritos que no tienen ni por asomo; los que se creen la pera sin llegar a aceituna. Aunque, bien pensado, mueren igual de felices que los tocados por las musas, y tienen el mismo destino: el olvido, antes o después. Aunque sea cuando se acabe el mundo.
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Hace 9 horas
20 comentarios:
A de darnos igual. Creo.
Saludos Ridao
Porque la vanidad es la prerrogativa mas humana y ninguno nos resignamos a morir y ya esta. Cuando menos deseamos seguir vivos en el recuerdo de alguien. Supongo que intentarlo es obligacion.
Yo hace mucho que deje de luchar contra mi vanidad. No me gusta, pero ahi esta y tengo que vivir con ella aunque a veces la mate de hambre.
Feliz semana señor Ridao.
Cierto, tienen el mismo destino, el olvido.
Un abrazo.
¿Y quién es tan necio por ahí como para creerse un genio, José Miguel, después de Cervantes, de Dante, de Mozart, de Bach, de Picasso y de tantos otros?
Somos lo que hacemos y por ello se nos debe juzgar: eres lo que haces y sólo lo que haces queda, si tiene que quedar, y si no, ol olvido Calígula.
Me acuerdo siempre de los versos de la canción de Brassens: "Aquí yace una hoja muerta / mi testamento se acabó./ Un cartel cuelga de mi puerta / cerrado porque se murió. / Ya no me dolerán las muelas / yo me despido sin rencor, / a la fosa común del tiempo / y del olvido ya me voy."
Pues eso.
Buena entrada.
Un abrazo, Javier.
Me gusta mucho tu entrada Ridao. La muerte y el olvido hacen tábula rasa con el triste género humano. Lo de Manrique y el mar.
Aún así te voy a decir que de la ecuación que planteas he logrado conocer alguinos genios de singular sencillez y humildad. En mi tierra Delibes y Jiménez Lozano han sido y son ejemplos de como sencillez y talento pueden ir de la mano.
Machado, Benedicto XVI,(usuario habitual de autobús urbano para desplazarse por Roma hasta el día anterior a ser nombredo Papa), son ejemplos de personas brillantes y sencillas.
Sin embargo lo que siempre va unido indefectiblemente es la presuntusidad, el amor al boato, a la cáscara y la ignorancia.
Sencillez y elegancia son sinónimos.
Idiocia y ostentación, también.
El destino de los genios es Ridao Puerto banús allí estamos todos ,ja,ja,ja.Escasso no sabía que eras de la tierra de Delibes , buen sitio Pijo.
Bea, mira lo que decía Jorge Manrique,-poeta castellano de pueblo y noble de cuna, de los de Puerto Banús.
Los estados y riqueza
que nos dejan a deshora,
¿quién lo duda?
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
Fíjate si es destino de genios,(PUERTO BANÚS) que ya uno presagiaba lugar tan insigne, a la par que memoraba a su padre.
Tomd si queréis todos de él
es mi verso y será desterrado por vosotros y por todos los hombres al cieno del olvido... La vanidad es humana, hay que comprenderla y hay que -sobre todo- dominarla. Lo importante es no hacer el ridículo. Pero es consustancial no ya la creación sino a la propia conformación del ego.
Un abrazo.
Ya, Torcuato, pero no nos da...
Maile: has hecho la reflexión más inteligente que he leído sobre la vanidad. Muchas gracias.
Y no tiene por qué ser triste ese olvido, Ramón.
Abrazos.
Hay muchos necios, Javier, lo sabes. Qué buenas citas; no las conocía. Gracias por traerlas.
Ahí tienes razón, Escasso: muchos genios son humildes. Yo siempre he dicho que quien es realmente inteligente es a la vez sencillo. Lo que ocurre es que hay muchas formas de inteligencia. Tu última frase es para enmarcarla: "Sencillez y elegancia son sinónimos. Idiocia y ostentación, también". Y encima traes a Manrique. Hoy los comentaristas estáis que os salís. Mi entrada queda empequeñecida, yo que me creía un genio...
Pues a mí que no me esperen allí, Bea, que no tengo pasta enough.
Qué sabias palabras, José María. Has dado en el clavo: a la vanidad hay que dominarla. Lo dicho, estáis sembrados hoy.
Un abrazo agradecido.
Ay ya está bien de meterse conmigo por ser de Puerto Banús , allí somos diferentes , y nombrar encima a Manrique ,me está doliendo la cabeza ,de tanta cultura e ingenio.Rocío ¿ dónde estás ? , sal en mi defensa.
(Vaya, me ha dado error en el comentario. Repito)
Decía que si la entrada de hoy es muy lúcida, los comentarios la igualan por los cuatro costados.
Los versos de Manrique habln por sí sólos.
La vanidad es muy humana, pero llega la Parca, igual de humana, y nos mide a todos por el mismo rasero.
Un abrazo. Dá gusto pasarse por aquí
La palabra nos permite tocar la eternidad...Si no tenemos un mínimo de reconocimiento(aunque sea el de los amigos y allegados) nos vamos apagando, y no hay ego que resista el silencio y la soledad;)
Luego dependerá de quién queremos que nos reconozca y de lo que estamos dispuestos a hacer( o a no hacer) para que así sea.
Un tema complejo Ridao.Mil besazos.
Monsieur RIDAO:
Pos mi mamá decía a los cuatro vientos que su Dieguín (o séase, yo) era (y soy) más guapo que el sol...
Jajajaja.
Salu2 soleados.
A ver,a mi de la gente considerada como genios,siempre me ha maravillado lo sencillos que eran,yo por mi trabajo conozco a gente consideradas como tales,y aunque no lo son todos,si algunos,y siempre me ha gustado el trato sencillo que tenían conmigo,yo creo que eso es ya una genialidad.Os voy a contar una anecdota,una vez el principe se agachó a retirar un cable para que yo pasara,esto la Bea no lo hubiera hecho,pero cuídao con meterse con ella,que es mi amiga.
Además yo pienso que la gente grande,es la que vive cosas sencillas como si lo fueran y las disfruta,y si ya tienes alguna genialidad y sigues siendo el mismo,pues ya eres superior,como decimos por el sur.
Ridao a tu pregunta sobre el destino de los genios,te contestaré con algo que decía mi abuela materna: cuándo nos dan el certificado de nacimiento,nos dan también el de defunción.Vamos que todos al hoyo,así que a vivir que son dos días.
Y ahora con tu permiso Ridao,le mando esta poesía a mi amiga Bea,no soy Jorge Manrique,y escribo muy mal,pero empeño le pongo mucho.
Bea,sigue viviendo en tu omnipotencia
en tu vida llena de vanidades
tus años llenos de sapiencia,
tu si que sabes.
Te sobran motivos y vivencias
para vivir,como solo tu lo haces
tu glamour administró tu disidencia.
Pero eres mi amiga,quien lo escibe lo sabe.
Uy Ridao,espero que le guste,no veas como es enfadá,un genio.
Lo mejor es ser del montón. De la parte alta del mismo... no nos confundamos.
Ahí tienes a Rocío, Bea. Con rima y todo, y zin acrituz.
Ése es el problema, Mery. Somos todos demasiado humanos. Si al menos fuéramos dioses...
Estoy contigo, Marisa. El reconocimiento es necesario. Lo que no sé es la medida que se requiere. Cada uno tendrá la suya, supongo.
Las mamás nunca mienten, Dyhego. Tenlo por seguro.
Estoy de acuerdo en parte contigo, Bea. Quien es verdaderamente grande es también sencillo, aunque eso no significa que no tenga su punto de vanidad. Pero también ha habido genios megalómanos: Wagner, por ejemplo.
Se ve que has escrito a Bea con cariño, por mucho que simules un ataque.
Besos y abrazo.
Te colaste, Álex. Qué montón ni montón, hay que aspirar a genio. O a mago, como Harry Potter.
Gracias por tu brillantez y amistad.
Y acertaste yo nunca me agacharía a retirar un cable,ja,ja,ja.
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