martes, 22 de febrero de 2011

Ahora, y hace mil años


Hace poco dejó
Mery este poema en su blog, exquisito.

NOCHE EN LAS MONTAÑAS

Quieto como un pozo
veo navegar las estrellas.
Al llegar las cigüeñas
siento el frío en las venas.
Hoy tampoco estarás conmigo.


Wang Bai-Yi (681-752)


La soledad, de nuevo. El poema es intemporal, poesía pura, y me imagino que en su idioma original será mil veces más bello. Nos empeñamos en buscar algo nuevo, y tenemos la magia ahí mismo, donde siempre ha estado, en los sentimientos eternos del hombre y la naturaleza.

8 comentarios:

Rocío. dijo...

Exactamente Ridao,ahí lo has clavao,la magia está dentro de uno mismo,por mucho que leas,o escribas,por muchas estrellas que cubran tu firmamento,solo tu eres el depositario de la magia de vivir.
Un beso mágico.

Anónimo dijo...

yo creo que el idioma no importa. mll, autoficcion

Rafael Hidalgo dijo...

Anónimo, yo creo que en poesía el idioma sí importa. Cada lenguna aporta diferentes repristiraciones.

Pero eso tú ya lo sabes, Anónimo. No en balde has escrito el poema del Mío Cid, el Lazarillo de Tormes, y tantos otros.

José Miguel Ridao dijo...

Tú sí que eres positiva, Rocío. Muchas veces te envidio.

Yo no lo tengo tan claro, MLL, cada vez que traduzco un poema me lo pregunto, y del francés directamente prefiero no traducir, sé que me cargo el poema. Ahora bien, este poema en concreto parece que está más allá del tiempo y más allá del idioma. Es poesía que ha trascendido el lenguaje; se diría que es silencio.

Rafael: el anónimo no es tal: da hasta su blog, Autoficción. ¡Cuántas grandes obras anónimas!

Abrazos.

Martín López dijo...

A eso me refería yo: a que podría haberse quedado en silencio el poeta y el valor, de la experiencia, habría sido el mismo. saludos.

soylapaqui.com dijo...

A mi también me gusta mucho la poesía,Ridao,así que Escasso a ver si me regalas un libro de poemas eróticos que mañana es mi cumple.Y lo leo con el gorro del día de los enamorados puesto.

Mery dijo...

Gracias por la mención, J.M.
El poema bien lo merece y estoy felíz con su descubrimiento.

La naturaleza humana es y será siempre la misma, la esencia pura es muy rica y fructífera, ya ves.

Un fuerte abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Nos entendemos bien, Martín.

Ya me contarás si te lo regaló, Paqui.

Gracias a ti, Mery, ha sido todo un descubrimiento.

Abrazos.