jueves, 24 de marzo de 2011

Apuntes (LXXXI): Desorden en el diario


Hay personas que están tan centradas en sí mismas, en su valía, en su originalidad e independencia, que necesitan imperiosamente a los demás.


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El desorden es objetivamente malo para el ser humano, por mucho que digan los desordenados para autoengañarse. La paz interior que proporciona una mesa de trabajo despejada, una cama bien hecha y un cuarto bien arreglado proporciona unos beneficios inestimables; incluso diría que favorecen la consecución de la madurez. Yo reconozco que soy un auténtico desastre, pero últimamente, tras mucho reflexionar he descubierto las dos recetas mágicas para lograr el orden: 1. Buscar un sitio para cada cosa; 2. Procurar colocar cada cosa en su sitio en el mismo momento en que la dejamos de usar. Ya sólo me queda poner en práctica mi remedio; no creo que sea tan difícil, con un poco de disciplina -¿dónde venderán ese mejunje-?

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Dentro de poco no habrá en casa pañales, ni chupetes, ni carritos, ni cambiadores. Seguro que somos tan tontos que echaremos de menos todos esos chismes.

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No me cuesta agarrarme a un argumento para escribir, o más bien ponerme a escribir y ver cómo el argumento se va desplegando milagrosamente por delante de mi pluma, y alcanzo pronto velocidad de crucero relatando historias y dando vida a personajes. Sin embargo, casi nunca lo hago; prefiero centrarme en este diario incierto que avanza a trompicones sin rumbo, sin principio, sin final.

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Mi diccionario andurrialero ha recibido una visita desde Islandia. Voy a tener que emular a Arias Montano, y hacer una biblia políglota pagana y andurrialense.

10 comentarios:

Muñoz Escasso dijo...

He leido el primer apunte y he parado.tu deberías haber hecho lo mismo. seguro que lo siguiente no es mejor.
No se puede decir más y mejor con tan pocas palabras.
Escritor, ajedrecista, cantor, economista...NO. Eres pura lucidez e inteligencia emocional, macho
Tu calvicie es pura cuestión de justicia distributiva.Hiciste bien en no combatirla.
Nunca he elogiado tanto a un ser humano carente de pechos,(y calvo).
Bravo Ridao, bravo.
Por cierto, para tus colegas estiraos e incapaces de apreciar combinadas lucidez y sencillez,(valga la redundancia), vaya desde aquí mi deseo maradoniano:que la que la chupen, que la sigan chupando.

La de la ventana dijo...

Yo también tiendo al caos, pero me gusta tanto la sensación de orden que lo consigo. Además, el orden físico me posibilita el mental.

¿Y dónde se pueden leer esas historias tuyas con personajes? ¿Tienes algún otro libro publicado, aparte de "Blogueina"?

Alejandro Muñoz dijo...

¿Y cómo se dirá mesuaernabo en Irlandés?

José Miguel Ridao dijo...

Me conmueves, Escasso. Te lo has ganado: puedes ver aquí mi verdadera identidad. No se distingue bien la cara, para seguir manteniendo el misterio.

José Miguel Ridao dijo...

No lo tengo, Teresa, y además nunca termino esas historias, soy muy perezoso. Creo que algún día me pondré en serio.

Islandés, Álex. Is-lan-dés, que tiene más mérito. Sería algo así como mesualnabosson (delantero centro de la selección).

Abrazos.

Las hojas del roble dijo...

Dentro de poco, no te digo lo que habrá...

eres_mi_cruz dijo...

coge cualquier publicación gratuita tan cara como inútil de la Junta y fíjate en las fotos a todo color de los consejeros en sus despachos... mesas ordenadas, impolutas... no te digo más...

mi problema con tu receta es que tengo muchas más cosas que sitios y una mujer que, como todas las mujeres, confunde ordenar con apilar y pasar un paño húmedo por la mesa... aunque esto último ya es casi imposible físicamente...

Paco Principiante dijo...

Yo siempre he dicho (y ahora lo expreso públicamente), que hay 4 tipos de órdenes, y no más:
1.- El desorden desordenado: ese es el que tienen los vagos y desorddnados de verdad. Ves el cuarto hecho una piltrafa, ni el dueño sabe dónde están las cosas...
2.- El desorden ordenado: es el que tengo yo. Todo parece revuelto, pero yo se donde se encuentra cada cosa. Es un orden no convencional, ya que parece que todo está tirado, pero cada cosa tiene su sitio (por lo menos para mi).
3.- Luego está el orden desordenado: es el que me hacía mi madre cuando entraba en mi habitación. Todo muy bien apiladito (como ya han dicho por ahí), todo recogidito y nada por medio, pero no tenía "cojones" de encontrar si quiera una pareja de calcetines, y mis apuntes, los de química con los de algebra mezclados...
4.- Y por último, El orden ordenado: es el paradigma, únicamente alcanzado en la mente de los más pulcros y escrupulosos, y en alguna ocasión puntual por el resto de los mortales. La idea de orden platónica. Al que tendemos los que de verdad creemos que una vida ordenada es lo mejor (como tú), pero a lo que el trajín diario no nos deja alcanzar...
Y ya no hay más posibilidades. Yo finalmente tengo, como todos, un poco una mezcla de los cuatro, incidiendo más en el tipo 2...
"¿Y tú de quien eres??"

Rocío. dijo...

No veas,lo bien que escribes Ridao,chiquillo,a mi ya me tienes descuajaringá,con esos pensamientos,no me extraña,que te quedes calvo,yo en cambio tengo mucho pelo,será que poca sesera,yo que sé,ya ves ya lo ha contao la Bea,ella tan comedida,que hasta en el sobaco,por dios Ridao,que intimiades,pa este blog,tan intelectual,yo creo,que los mamarrachos,deberiamos pagar un canon,por entrar.

José Miguel Ridao dijo...

No mientes ruina, Julio.

eresmicruz: ya que está complicado comprar sitios, tira cosas. Me agradecerás el consejo eternamente.

Paco: yo, aparte de ser de Marujitaaaaa, debo confesar que últimamente soy del tipo 1, a tal grado de dejadez he llegado. Felicidades por el 2, es la mejor opción.

Pues yo tendría que pagar doble canon, Rocío, que a mamarracho no me gana nadie, modestia aparte.

Abrazos amamarrachados.