Hasta hace dos años no supe que el día 14 de abril se conmemora la proclamación de la Segunda República Española, de la que ayer se cumplió el octogésimo aniversario. Ello se debió al nacimiento de mi hijo Gonzalo el 14 de abril de 2009, dándose la circunstancia de que lo bautizamos el 18 de julio, por lo que se puede decir que el niño está equilibrado políticamente. Esto ilustra mi desinterés por las cuestiones políticas, lo que hace que me sienta ajeno al debate entre monárquicos y republicanos, pero no impide, como ocurre en materia de religión, que me interese el asunto, y hoy quisiera hacer unas reflexiones al respecto.
Entiendo que la principal diferencia entre una república y una monarquía parlamentaria como la que tenemos en España desde la Constitución de 1978, es precisamente la figura del monarca. En los tiempos que corren la monarquía se me antoja una institución anacrónica, como demuestra el hecho de que sean muy pocos los países que mantienen esta figura en Europa y en el mundo. Lo más criticable es su carácter hereditario, transmitido de padres a hijos. No hay nada menos democrático, y me parece casi una aberración, que se pueda heredar un Estado, como si se tratase de una finca particular. Pocos méritos han hecho los reyes de todos los tiempos para merecer sus atribuciones, y los reyes actuales menos aún, por lo que entiendo que su figura debería desaparecer, pues va en contra de la institución democrática, la única que considero válida en los tiempos que corren. Dicho esto, que puede ser o no compartido por los españoles (sospecho que la mayoría suscribiría mis palabras), entiendo que tampoco el asunto es demasiado grave: al fin y al cabo, la figura del rey es meramente representativa, y aunque sigue manteniendo un poder indudable, éste se deriva de su carácter de embajador de nuestro país en el ámbito internacional. No me cabe duda de que gracias a su prestigio (merecido o no), España ha conseguido beneficios económicos y concesiones que de otro modo nos habría sido imposible obtener. En el caso de que España fuera una república, la labor del rey sería desarrollada por su presidente. Se critica mucho el dinero que se destina a mantener la Casa Real, pero no creo que sea superior a los gastos que supondría la presidencia de la república. Es cierto que el presidente de la república sería elegido democráticamente, pero no veo tan claro que fuera capaz de representar a España como lo hace el rey. En países de larga tradición republicana, como Francia, éste es un cargo muy reconocido, pero España debería partir prácticamente de cero, y además, el debate que se generaría en el caso de tratar de instaurar seriamente una república sería agrio y peligroso; se reavivarían heridas no del todo cerradas por mucho que hayan pasado ochenta años. La única manera viable que veo de llegar a la Tercera República es mediante una evolución natural, asumida por la mayor parte de los españoles, y no creo que nuestro país esté maduro para ello.
Así pues, mi corazón y el sentido democrático me piden una república, mientras que la razón y el sentido práctico ven con buenos ojos la continuidad de la monarquía. Me pasa un poco como a mi hijo Gonzalo, que estoy dividido, aunque en el fondo, y mientras la sangre no llegue al río, es un asunto que no me qita el sueño. Por mí, que se sigan manifestando los republicanos, que yo no acudiré aunque comparta su credo. Lo único que espero es que no se llegue a las barricadas, que me recuerdan con temor tiempos de guillotinas, terrores y directorios.
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19 comentarios:
Me gustaría conocer de verdad esas cuentas. Sospecho que los alemanes gastan en presidencia bastante menos que los franceses, y los españoles quizá estén en medio, pero ya te digo, no dispongo de datos. A mí sí me da cierto miedo el replanteamiento político. No niego que el resultado final sea deseable; yo, al menos, lo deseo. Pero veo tal fractura social, que los costes no lo harían aconsejable, al menos a día de hoy.
Un abrazo, Rafael.
Había escrito una entrada pero se me ha ido al carajéter...
Joder, joder.
Ahora no me sale escribirla de nuevo.joder.
Lo siento, tío.
Salu2.
Se ha ido al limbo de los pensamientos perdidos.
Estoy sustancialmente de acuerdo contigo, José Miguel, y me siento en la misma disyuntiva que tú, aunque puestos a elegir, republicano antes que monárquico, a pesar de que el Rey tiene todos mis respetos y le deseo al sucesor suerte y el mismo acierto. Igual que tú: con violencia y por la fuerza ni una cosa ni otra.
Discrepo, no obstante, con el escudo fascistoide que has puesto, si has sido tú, sobre el fondo de la bandera tricolor.
Sigo leyendo, aunque no deje comentarios, tus "Apuntes" y cada vez asoma más el libro.
Un abrazo, Javier.
Javier: mil perdones si te he ofendido con la foto, no era mi intención. La encontré en "google", me pareció como una confrontación entre república y no república y la puse. Por desgracia, nuestro pasado está tan presente que resulta imposible poner ese escudo y no suscitar polémica, pero ya te digo, siento lo mismo que tú, y también soy republicano antes que monárquico.
Gracias como siempre por tus palabras, y un abrazo.
A mí me gusta la idea de una república federal para España, aunque la historia nos ha enseñado a temerle a este modelo... Haría falta aunar voluntades y, sinceramente, no creo que yo llegue a ver esto en vida. :'(
Totalmente de acuerdo, vamos, que esta vez te vas a librar del ladrillo que te largué con la religión ;) Y muy bien expuesto, por cierto.
Un abrazo real.
Que yo sepa el Aguila de San Juan tiene de fascistoide lo que los republicanos que se manifestaron ayer tienen de demócratas.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/14/espana/1302810045.html
Es verdad, Sara, no creo que lo veamos.
Gracias, Fernando, no siempre vamos a estar a varazos.
Ya estoy al tanto de toda esa polémica en torno al aguilucho, NGG. Unos a otros se arrojan argumentos. Lo cierto es que formó parte de la bandera del franquismo, y eso pesa mucho. Me da pena: está más radicalizado el debate ahora que hace diez años. Me veo conmemorando el quincuagésimo aniversario de la muerte de Franco y la gente empuñando hachas del neolítico. En fin...
Abrazos fuerapolemiqueros.
Totalmente de acuerdo, yo también preferiría un Presidente de República. Lo que me enfría este pensamiento es que viendo la altura moral de nuestros políticos, me echo a temblar.
Salud y Luz, que para mí tiene una correlación entre sentimiento republicano y religioso.
Por la cara, Rafael. Mieo me da; pueden dejar al Borbón en pañales...
Prefiero una torpe y aburrida monarquía a todas las utopías republicanas. No confío en los españoles (pretenderían imponerse unos sobre otros, da igual el signo). Prefiero al Borbón,por los siglos de los siglos. En cuanto a la idealidad de las presidencias de República: o son unos impresentables o son nada.
Sálveme Dios de polemizar sobre la utilización del aguilucho por el afortunadamente pasado régimen franquista.
Pero creo que es de justicia aclarar cuál es el origen para algún y/o alguna despistado y/o despistada.
Saludos Sanjuanescos
Amén, MLL. Eso mismito me decía ayer mi mujer cuando íbamos en el coche. Me habéis convencido, yo tampoco me fío un pelo, más vale malo conocido... A eso es a lo que me refería al decir que no estamos "maúros".
Tienes razón, Nacho, hay mucha gente que no lo sabe. Flaco favor hizo Franco al águila de Carlos V. No sé cuánto tiempo habrá de pasar para que no se identifique con el régimen; me temo que no estaremos aquí para verlo.
Dos abrazos.
Hace poco mantuve la misma discusión con un grupo de amigos. Yo creo que a España le cuesta ser republicana, desconozco los motivos, pero las dos anteriores fueron un fracaso estrepitoso. Los republicanos mas convencidos de la segunda pronto se dieron cuenta de la deriva errónea que tomaba (Ortega y Gasset, Unamuno...).
En cuanto a los gastos de una República, tengo entendido que serían igual de costosos que la Monarquía (eso nos comentó un amigo economista, profesor de universidad).
En fin, opino como tu. Tengo la sospecha de que no estamos preparados para cambiar de régimen todavía, por mucha madurez que demostramos en la Transición.
Un abrazo
Gracias por la información, Mery, sospechaba que costaba lo mismo. Un argumento menos para los republicanos.
Un beso.
Me parece muy feo, por no decir horrible que ayas puesto el escudo franquista en la bandera republicana.
Hola buscando imágenes de Banderas, me sorprendió la que ilustra su entrada y la he leído, me ha parecido muy interesante, tres años después de su publicación, me parece igual de válida, es más en estos días en que vamos a tener el relevo en la Jefatura del Estado. Para muchos el debate consiste en monarquía vs. república, pero no dan ningún otro argumento, a mi me inquietan algunas cosas, como por ejemplo la forma de elección del señor Presidente, será una república presidencialista o tendremos jefe de Estado y de Gobierno, qué requisitos tendría que tener el candidato, a su salida al igual que los presidentes del gobierno salientes, tendría derecho a una pensión vitalicia, aparte de la presentación de los costes reales de cada fórmula, es más en cada toma de posesión del Señor Presidente se imitaría la que viviremos el próximo jueves, en ese caso ese acto que con una monarquía serían unos 3 ó 4 en un siglo, pasarían a unos 15 o 20... creo que si de verdad se quiere una república se nos tienen que aclarar muchos pequeños detalles.
Otro tema es el de sus símbolos, Bandera, Escudo e Himno, me molesta y mucho que se tome como Bandera de la República Española la de la II, la Bandera ha de representarnos a todos los españoles por igual, pero resulta que la franja morada resalta el papel de Castilla dentro de España, sinceramente como aragonés me siento molesto, por tanto mi paño republicano es el que desde hace 229 años lucen los buques españoles y salvo los años de la II República han representado a todos los españoles; en cuanto al Escudo poco se puede añadir cuando el escudo republicano se diseña a raíz de un informe de la Academia de Historia. El Himno sí se podría debatir.
Y para finalizar, el llamado Escudo de Franco, no es sino una adaptación del escudo de los Reyes Católicos, con su águila de San Juan Evangelista y el yugo y flechas de estos reyes y no de Falange como sostienen algunos, por cierto a mi personalmente e iconograficamente hablando me parece un escudo muy bonito. El águila de Carlos I no era esta, era la bicéfala imperial, saludos.
Pues sí, son unos pequeños grandes detalles que se nos escamotean. Gracias por la aclaración sobre el águila; me temo que para ponernos de acuerdo en la iconografía deberán pasar milenios. Agradezco el comentario.
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