Estilo, retórica... ¿Acaso no es igual uno que otra? ¿A quién queremos convencer: a los otros o a nosotros mismos? Librémonos del estilo al escribir, y al menos seremos honestos.
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Una de retórica: Que nadie me diga lo que tengo que hacer. No quiero consejos; lo que ha servido a otros no tiene por qué servirme a mí; ni siquiera les sirve ya a ellos, que han cambiado con el paso del tiempo. Nadie es tan sabio para saber lo que le conviene; cuánto menos lo que conviene a los demás. Sanadores insufribles, agoreros de futuras desgracias si no se atiende a sus remedios. Dejemos que apliquen sus sangrías a los necios que les escuchan, y ellos sufrirán el castigo por prestar oídos a la vana presunción de sus palabras vacías.
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Y ahora sin retórica: Navego solo, y a veces dejo subir en mi barco a alguien que me dé compañía y comparta conmigo el silencio.
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O, that this too too solid flesh would melt
Thaw and resolve itself into a dew!
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No habría un fin más conmovedor, poético, pausado y dulce. Derramar nuestro cuerpo en la belleza mágica de una gota de rocío.
7 comentarios:
Monsieur Ridao, muy sermonero lo veo a usted hoy...
El estilo no es algo de lo que se pueda prescindir, creo yo. En cuanto a la retórica, nadie (casi) sabe retórica hoy en día, ni siquiera a aquellos a los que más falta les (nos) haría: políticos, locutores de radio, profesores... Los únicos que saben "retórica" son los vendedores de los mercados:
(¡Nenas, cuántas iréis sin bragas, y aquí las tengo baratas y bonitas, nenaaaaasssss!).
Saludos retóricos.
¿Escribir no es una forma de compartir el silencio con alguien cuya compañía buscamos, de alguna manera? Por que si no, ¿para qué se escribe?
Un abrazo
Me encantas José Miguel, cuando te expresas así.
Besos.
Ahí tienes razón, Dyhego, ya quisiera que mis alumnos supieran retórica. Es que no los políticos la dominan, no se lo creen ni ellos lo que dicen.
Justamente, Juan Antonio, es lo que pretendía dar a entender con mi tercer apunte, exento de retórica. Cómo se nota que somos hermanos mercuriales...
Pues menos mal que le gusta a alguien, Lourdes, que me dicen que salgo respondón con estas jaculatorias.
Abrazos sermoneros.
¡Hombre! es que si siempre eres igual de profundo, acabarás ahogándote. Salir de vez en cuando a la superficie nunca viene mal.
De todas maneras, siempre somos algo o salimos de alguna manera cuando no respondemos a las normas, pensamientos, conductas... de los demás.
Tienes una inteligencia fuera de lo común.
Un beso.
¡Abrumada de hallo!
Ultimamente rematas tus entradas con auténticas perlas de rocío.
La lectura de Hamlet inspira muchísimo, Mery. No creo que haya un genio mayor que Shakespeare.
Un beso fuerte.
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