miércoles, 5 de octubre de 2011

Berganza



En el mundo de la ópera hay voces que están hechas para un repertorio determinado, y ahí son imbatibles por cualquiera de esos cantantes todoterreno que lo mismo cantan a Wagner, a Verdi o a Puccini, en un alarde sin duda meritorio, propio de unas condiciones vocales y artísticas privilegiadas, pero que nunca podrán alcanzar la perfección en esas maravillosas óperas del repertorio belcantista. Son las composiciones inortales de Bellini, Donizetti y, por encima de todos, del gran Gioachino Rossini.

Uno de estos papeles que suponen una piedra de toque para descubrir el oro puro que atesora una cantante es el de Rosina, de la ópera El barbero de Sevilla. Son muchos los que piensan que no ha nacido una Rosina mejor que nuestra Teresa Berganza, y traigo hoy una prueba de ello: su interpretación del aria Una voce poco fa. Ya empieza cantándola desde la cama con una voz cálida, redonda, en un alarde impresionante de técnica, y renuncio a describir lo que sigue, porque es mejor oírlo. También la Callas cantó este aria, con su maravillosa voz de soprano dramática, pero para este papel yo me quedo con la voz más pequeña, más apropiada, más recogida, más ajustada al bel canto, de la mezzosoprano madrileña.


2 comentarios:

Muñoz Escasso dijo...

Voz maravillosa, pechos turgentes,(o eso esta provista de unos efectivos elevadores en la instantánea).Una gran mujer, en suma.
Ridao he empezado a ir a la Opera, este verano.
Vi la Boheme y un recital de Angela Georgihu, y en ambos casos el resultado fue más que gratificante.
A ver si puedo volver otro día, sin tardar demasiado.

José Miguel Ridao dijo...

Elevadores, elevadores, he visto otras fotografías y no hay na... Nadie es perfecto, como decían en la película.