miércoles, 7 de diciembre de 2011

Wilfred Owen: Dulce et Decorum Est

Encogidos, como viejos mendigos en sus sacos,
las rodillas juntas, tosiendo como arpías, maldecíamos en el fango,
hasta que a la luz maligna de las bengalas nos volvimos
y marchamos penosamente hacia el distante refugio.
Los hombres caminaban dormidos. Muchos habían perdido sus botas
pero avanzaban renqueantes con pies ensangrentados.
Todos iban cojos; todos ciegos;
borrachos de fatiga; sordos hasta para el silbido de las bombas
dejadas atrás, que explotaban cansinas a nuestras espaldas.

¡Gas! ¡Gas! ¡Rápido, muchachos! – Un éxtasis de confusión,
nos pusimos justo a tiempo las burdas máscaras;
pero alguien estaba aún gritando y dando traspiés,
y luchando por respirar como si estuviera quemándose en el fuego o en la cal...
A través del cristal empañado, bajo una luz gruesa y verdosa,
como en el fondo de un verde mar, vi cómo se ahogaba.

En todos mis sueños, ante mi vista indefensa
él se lanza sobre mí, borboteando, ahogándose.

Si en algún sueño asfixiante pudierais también vosotros caminar
detrás del coche en donde lo arrojamos,
y contemplar los ojos blancos retorciéndose en su rostro,
su cabeza colgando, como el vómito diabólico del pecado;
si pudierais oír, a cada sacudida, la sangre
salir bullente de los pulmones anegados de espuma,
obscena como un cáncer, amarga como la pasta
rumiada de llagas viles, incurables, en lenguas inocentes,
amigo mío, entonces no dirías con tanto entusiasmo
a los niños que anhelan una desesperada gloria,
la vieja Mentira: Dulce et decorum est pro patria mori.


Bent double, like old beggars under sacks,
Knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
Till on the haunting flares we turned our backs
And towards our distant rest began to trudge.
Men marched asleep. Many had lost their boots,
But limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
Drunk with fatigue; deaf even to the hoots
Of tired, outstripped Five-Nines that dropped behind.

Gas! GAS! Quick, boys! – An ecstasy of fumbling,
Fitting the clumsy helmets just in time;
But someone still was yelling out and stumbling
And flound'ring like a man in fire or lime...
Dim through the misty panes and thick green light,
As under a green sea, I saw him drowning.
In all my dreams before my helpless sight,
He plunges at me, guttering, choking, drowning.
If in some smothering dreams, you too could pace
Behind the wagon that we flung him in,
And watch the white eyes writhing in his face,
His hanging face, like a devil's sick of sin;
If you could hear, at every jolt, the blood
Come gargling from the froth-corrupted lungs,
Obscene as cancer, bitter as the cud
Of vile, incurable sores on innocent tongues,
– My friend, you would not tell with such high zest
To children ardent for some desperate glory,
The old Lie: Dulce et decorum est Pro patria mori.

Nota: Muchos críticos consideran este poema como el mejor de Owen. Dulce et decorum est pro patria mori, literalmente "Es dulce y recto morir por la patria", proviniente de un texto de Horacio, fue un lema muy utilizado durante la Gran Guerra para exaltar el ánimo de los combatientes e incitarlos a alistarse. En este poema Owen da un sentido trágico a la frase.

5 comentarios:

Liliana G. dijo...

Descarnadamente magnífico. Owen pinta la escena, no la escribe, se ve, se siente y acongoja.
Pocas veces pude apreciar tan nítidamente una imagen a través de un poema como en este caso.

Besotes, José Miguel.
(No me he olvidado de pasar, el tiempo no me da tregua)

José Miguel Ridao dijo...

¡Hola, Liliana! Muchas gracias por tu comentario, da gusto ver cómo transmites alegría hasta en un poema como este. A estas alturas creo que aunque no nos visitemos mucho seguiremos siendo amigos.

Dyhego dijo...

El horror en estado puro.
Saludos, Monsieur Ridao.

Liliana G. dijo...

¡Claro que lo seguiremos siendo, José Miguel! Faltaría más. A veces las circunstancias hacen que "parezca", pero las cosas no "son" como se ven.
Me he embarcado en menudo juicio con el Estado argentino, que no es poca cosa, pero mucha por la canallada de la que fui objeto. Esto unido a chequeos médicos de rutina, me consume horas, minutos y segundos que no quieras. A duras penas puedo contestar a mis amigos, pero quiero que estés seguro de algo ¡aquí estoy!

Y sí, si no tuviera humor, otro gallo cantaría (o me haría cantar en el averno, jajajaja)

Besos mil.

José Miguel Ridao dijo...

Pour la face, Dyhego...

Tu humor es tu principal arma, Liliana, eres una leona, ojalá triunfes en el juicio, y si pierdes le haces un corte de mangas al juez, y que lo publiquen los periódicos. ¡Mierda de políticos...!

Un abrazo a Dyhego y cuarenta para Liliana (lo siento, Dyhego, sólo tenía 41, bien contaos).