viernes, 13 de enero de 2012

Huid de la fornicación


Así titula su última misiva el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Vaya por delante que estos temas hay que tratarlos partiendo del respeto a los miembros de la Iglesia Católica, y que, aunque esta carta está dirigida a los fieles, he decidido comentarla porque me ha llamado la atención, y por mi interés en los asuntos religiosos. Por último, pediría moderación en los comentarios que se hagan sobre un asunto tan espinoso, pues de lo contrario, más que un debate se produciría un enfrentamiento. Tras este despliegue de paños calientes, entro en materia.

A mí, de entrada, la palabra fornicación me suena bastante mal, y me llama poderosamente la atención, pues hacía mucho tiempo que no la oía. Creo que un buen sinónimo sería folleteo. Éstas son las principales declaraciones de Monseñor Demetrio Fernández:

- Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. Ahí estoy bastante de acuerdo.

- Cuando la sexualidad está desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo. Bastante de acuerdo, aunque no tanto como antes.

- Según el obispo, el argumento anterior es válido para todos los estados de vida; para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que debe saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, o para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo. Esto me parece chocante, sorprendente, antediluviano. ¿Que en la persona soltera no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad? Me gustaría saber el porcentaje de fieles que a día de hoy está de acuerdo con esta afirmación. En cuanto a la "administración de los impulsos de los casados en aras del amor auténtico", me parece de una ingenuidad supina, y la castidad de la persona consagrada o, como él dice, "sexualidad sublimada", entiendo que es un precepto de la Iglesia Católica, pero a mí personalmente me parece que debería ser superado.

- También acusa el obispo a los medios de comunicación, e incluso a algunos centros educativos, de incitar a la fornicación, lo que en mi opinión no deja de ser cierto.

En resumen, opino que las declaraciones del obispo están fuera del tiempo en que vivimos. Ya sé que una parte de los católicos considera que los preceptos de la Iglesia deben ser inmutables desde su nacimiento o, como mínimo, desde el Concilio de Trento, pero... ¿Son mayoría? ¿Puede sobrevivir la Iglesia en estas condiciones? Probablemente sí, pero con muy pocos fieles. A lo mejor no les importa el número, sino la pureza.

Insisto: pido que nadie se exceda en sus comentarios, y que todos se hagan desde el respeto.

73 comentarios:

Anónimo dijo...

No, si debemos ser serios, pero nos cuesta... Porque si un buen sinónimo de fornicación es folleteo, entonces ¿tendremos que pensar que la carta episcopal es Huid del folleteo?

José Miguel Ridao dijo...

Hombre, tampoco es para tanto introducir esta nota de humor, que por otra parte incluyo en todas mis entradas. Es como decir que no es serio llamar "Ley antibotellón" a la "Ley de la Comunidad Autónoma de Andalucía 7/2006, de 24 de octubre, sobre potestades administrativas en materia de determinadas actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios de Andalucía".

Anónimo dijo...

Kien dijo aquello de "amaros los unos sobre los otros"?

Alejandro Muñoz dijo...

Pues a mi me gusta más fornicamiento. Lo veo más elegante. Y la segunda tiene arte... lo de la bomba que explota en la mano me recuerda al chiste de los petardos y las pajas. Como ya nos conocemos y sé que no lo recordaras, te lo cuento este sábado, que creo que nos veremos.

Un simple abrazo, sin mariconeos ni fornicamientos.

L.N.J. dijo...
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José Miguel Ridao dijo...

Bueno, haiga paz, que hay gente que piensa como él, y son igualmente respetables. Con no meterse a monja es suficiente, y el que quiera ser casto, que lo consiga, o al menos que lo intente. Acabo de recordar la palabra fornicio, que no sé por qué la asocio con el bebercio. Lo de amarse unos sobre otros es genial, de ahí debe de venir la postura del misionero. Álex: no conozco el chiste, ya me lo cuentas, y a ver si dices a tu suegra, que tiene mano en Córdoba, que charle con el obispo: a lo mejor no es tan reaccionario, y le gusta provocar, no sé.

Abrarcios, bebercios y fornicios mejor no.

José Miguel Ridao dijo...

Lo he encontrado: la cita es de Woody Allen, el irreverente por antonomaxia.

Er Tato dijo...

Hombre, pues yo no comparto casi nada de lo que ha dicho ese obispo, pero vamos, que supongo que a él le importa un pimiento mi opinión, y confirmo que a mí me importa lo mismo la suya mientras no se dedique a impedir físicamente que quienes quieran fornicar libre y voluntariamente entre ellos -eso sí, en la debida intimidad- lo hagan.

No hay nada como la libertad individual -incluida la de opinión, la religiosa o la de fornicación-, cuando su disfrute no afecta a la de terceros.

En fin, que el discurso del obispo es coherente con sus creencias, y afecta a quienes las compartan, así que a mi plín.

Un abrazo échatepallá y que corra el aire

L.N.J. dijo...
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El alegre "opinador" dijo...

Como católico practicante (como se suele decir) siempre me he preguntado por la obsesión de los que deberían tener su "sexualidad sublimada" por meterse en la cama de los demás... Decía el Concilio Vaticano II que la recta conciencia del hombre es su más firme guía en la vida... ¡Qué pena que la mayoría de los obispos de mi iglesia católica no se lean habitualmente los documentos de ese concilio!
Un saludo.

Muñoz Escasso dijo...

Un vez te oi decir que la economía es un arcano. yo creo que el sexo también lo es.
Creo que aún no hemos dado con la tecla y teiorizar acerca del asunto es inútil.
Uno oye de todo:
A un sacerdote decir que la castidad es buena.
A un casado formal que la monogamia también lo es.
a Valerie Tasso, (TE AMO), que la fidelidad es antinatural y hasta aberrante.
Mi tío siempre me dice que polvo que no echas , polvo que pierdes.
Otro tío mío que la promiscuidad te puede llevar a la autodestrucción.
Y gente tan reputada como Enrique Rojas también.
Lo que se es que el sexo no es tan solo una cuestión moral sino un instrumento de autoestima.
Que temo a la primavera y su proliferación de escotes y cachas.
Que si un varón se pasa más de quince días sin soltar lastre te puede entrar un dolor de wevos muy principal, a nada que te recalientes.

Y yo no se que pensar.Follar mola mucho y cascársela relaja un wevo, eso si.


ps: no olvidemos una cosa. la religión católica tiene unos preceptos claros, y tienen derecho a exigirlos en su club, por muy irrealizables que me parezcan.

José Miguel Ridao dijo...

Lo de la libertad de fornicación es un acierto, Tato. Y ya en serio, creo que muchos jóvenes no la tienen, por mucho que presuman de folletear. Lourdes: Es verdad lo del acuerdo. Que no lo hay, pues no pasa nada, no sé por qué la gente se exalta tanto, si no van a convencer a la otra parte, ni falta que hace.

Alegre: creo que son muchos los ATS (Adoradores de Todos los Santos, vulgo practicantes) que piensan como tú. Pues algo tendrá que cambiar, digo yo, no os vais a quedar fuera.

Escasso: las que son un arcano son las tías. Yo estoy de acuerdo con tu segundo tío, aunque mi ídolo sería el primero. Dicen que el lastre sale solo. Yo, como me jarto...

Abrazos conciliadores, vaticanos y segundos.

Martín López dijo...

Amén.

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
"Dime con quién fornicas y te diré quién eres" Proverbios, capítulo 6, versículo 9...
Saludos

Elías dijo...

¡Qué obsesión con el sexo, coño!
A ver qué le importa a este señor si lo gente fornicia, forniquea o folletea. (Con lo bonito que era aquel eufemismo de "ayuntamiento carnal").
Hombre todo el mundo puede opinar de lo que quiera, pero si se opina con conocimiento de causa mejor, ¿no? Y se supone que un obispo el sexo no lo practica. ¿O sí?

Por cierto, ¿no es este el mismo que soltó aquello de que "la Unesco tenía un plan para hacer homosexual a la mitad de la población mundial".
Hombre, Demetrio, Ilustrísima, córtate un poco.

Amén.

L.N.J. dijo...
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pedro ramos dijo...

De acuerdo con que la iglesia católica tiene derecho a imponer a sus fieles los preceptos, u ofrecerles las indicaciones, que desee (siempre que no sean claramente perjudiciales, como aquellos que pretenden impedir las transfusiones por razones morales). Pero el problema no es ése; el problema es la tendencia de algunas de sus jerarquías a imponer a TODOS sus principios; como lo hicieron de hecho cuando tuvieron poder (ejemplo, el nacional-catolicismo franquista), e intentan hacerlo, en mi opinión, cuanto pueden y donde pueden. Y es que en asuntos religiosos, al menos para quienes viven la suya con intolerancia, se plantea el que quienes somos, por ejemplo, agnósticos, aceptamos que podemos estar equivocados en nuestras ideas, sobre esto o sobre lo que sea; pero cuando se entromete la fe (que no tiene por qué ser religiosa, piénsese en ciertos nacionalismos) surge la idea de que aquello no es sólo opinión nuestra, sino Palabra Divina. Y claro, Dios no puede equivocarse. Aunque haya tantas sectas cristianas y tantas religiones distintas, es decir, tantas interpretaciones humanas de la supuesta Única Verdad divina. Pero eso, al fiel acorazado de intolerancia, le resbala: no hay más Verdad que la suya; para eso (en su opinión) lo ha dicho el mismo Dios. Y ahí es donde está el problema.

José Miguel Ridao dijo...

Me quito el sombrero ante el último comentario. Muchas gracias. También es muy convincente la cita que nos trae Dyhego.

Amenes para todos.

maile dijo...

Nací en el seno de una familia de las de muy "católica, apostólica y romana", pero con el tiempo me he ido convirtiendo en la oveja negra de la familia porque acostumbro a ir demasiado a mi bola por no entender según que razonamientos.
Tengo una amiga que a sus 48 años dice se mantendrá virgen hasta que se case. Sé que es en parte por que cree de verdad que es lo que debe hacer, porque su mucha Fe asi se lo indica, pero tambien sé que es consecuencia de la poca atención que ha recibido de aquellos hombres en los que puso sus ojos (y de eso si que se queja) y por lo tanto creo que tanta Fe, en este caso, sólo le sirve para excusarse ante algo que no pudo conseguir.
A ella toda esa serie de "instrucciones" le vienen que ni al pelo.

Saludos señor Ridao.

anónimo vergonzante dijo...

Es que a veces el problema no es huir de la fornicación, sino que la fornicación huye de uno, ay.

José Miguel Ridao dijo...

Pues menos mal que es católica tu amiga, Maile; si no, menudo sinvivir...

Ahí, ahí, anónimo, anda que no, lo que darían muchos por pecar fornicando. Yo creo que es uno de los pecados más difícil de cometer. Al final la gente (incluidos los curas) acaban cascándosela, que también es pecado.

Abrazos realistas.

Martín López dijo...

Yo no sé a dónde llegaremos con los comentarios, y con el propósito de mantener la seriedad... Ay, Señor, qué mal que está la... vida.

L.N.J. dijo...
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Anónimo dijo...

La Iglesia no impone nada, amigos, ni es un club. La Iglesia propone... y Dios dispone.

Martín López dijo...

No, si el problema es mío, L. Que no soy capaz de mantener la seriedad.

L.N.J. dijo...
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pedro ramos dijo...

Para el Anónimo que asegura (angelito) que "la Iglesia no impone nada". ¿Qué diablos, sin perdón, le importa a la iglesia católica que los homosexuales se casen o no entre sí, si eso no afecta en nada a sus fieles? Pues dile tú a un amigo homosexual (y casado con otro hombre) que tengo yo que "la Iglesia no impone nada", que siempre es bueno que uno tenga ocasión de jartarse de reír.

Y, por lo demás (dejando aparte otros mil ejemplos actuales que podría poner), es evidente que eres demasiado joven para haber conocido los maravillosos tiempos nacional-católicos. Mi madre es testigo de cómo el cura de su parroquia amenazó desde el púlpito con DENUNCIAR a quienes, como allí se decía, "no le pusiesen las Pascuas", esto es, no le hiciesen (quitándoselo de donde fuera, en tiempos en que el problema era la próxima comida) el regalo correspondiente por Pascua, debidamente establecido por la costumbre católica.

Y esto para hablar sólo de regalos; no de denuncias, como hubo tantas, de sacerdotes y otros buenos católicos, que costaron a los denunciados la cárcel o la muerte.

En fin, yo recuerdo un chiste de la revista Hermano Lobo, de los primeros tiempos pos-Franco, en que se hablaba de "un país imaginario, como el que presenta Televisión Española". Parece que ciertos católicos también viven en un país imaginario. Y, lo que es más grave, quieren que en él vivamos también todos los demás. Va a ser un poco difícil, me temo.

Er Tato dijo...

Hombre, Pedro, que la Iglesia no impone nada actualmente en nuestro país a quienes no sean seguidores suyos -e incluso a algunos que lo son-, es más que obvio. Que en otros tiempos sí lo hacía, es igual de obvio.

Pero claro, si nos remontamos a tiempos pasados y haciendo las mismas generalizaciones, muchos rojos pasaban a cuchillo y violaban a monjas cuyo único delito era pensar distinto, por ejemplo. Y muchos fascistas pegaban tiros en la nuca a los rojos, también por el simple hecho de pensar distinto a ellos. No creo que fueran muy distintos unos de otros, ¿verdad?

Tenemos que elegir. Si hablamos del pasado, a ver quién mea más lejos... Y si hablamos del presente, yo puedo decir con absoluta tranquilidad que, a mí, la Iglesia no me impone nada, en el más amplio sentido del término.

¡Ay, las dos Españas...!

Saludos

Anónimo dijo...

Pues ya que estamos recomiendo el libro de C. Martín Gaite: Usos amorosos en la postguerra española.

José Miguel Ridao dijo...

Vaya, sí que se ha puesto esto interesante. En cuanto a la seriedad, en la entrada lo que pedía era respeto, porque en estos temas la gente suele tirarse los trastos a la cabeza, y parece que ha funcionado. Sí es verdad que yo peco, más que de fornicio, de cachondearme de todo y de todos, es algo que me puede. Por eso, mea culpa y al grano, que hay mucho que decir.

Lo de cascársela tiene un trasfondo serio: estimo que son muy pocos los cristianos que se resisten a la dominación del impulso sexual. Ahí se peca, y mucho, aunque sea ese pecado subsidiario de la masturbación que los curas antiguos nos decían que nos volvería ciegos. Además, creo que es imposible retener el fluido tanto tiempo, al final sale, casi siempre con ayuda, luego se peca inevitablemente. No le veo sentido, la verdad.

El título de la misiva: "Huid de la fornicación", lo entiendo como una provocación. La palabra "fornicar" tiene unas connotaciones muy negativas, y cuando el obispo de Córdoba lo dice está censurando implícitamente a los no cristianos, que somos todos, sin excepción (creo) fornicadores: hay una cfrítica clarísima a la sociedad fornicadora. No sé por qué me desprecian de ese modo, yo a ellos les dejo en paz.

Estoy con el Tato en que hoy en día la Iglesia no impone, yo al menos no noto que me imponga nada. Ni siquiera el matrimonio, al fin y al cabo es una institución religiosa, aparte, claro está, del problema terminológico, que en cualquier caso debe resolver el Estado, no la Iglesia.

En cuanto al pasado nacionalcatolicista, es un antecedente cercanísimo donde la Iglesia SÍ IMPUSO. Cada vez que le dejan lo hace, y no pongo la mano en el fuego por el futuro. Traer a colación los dos bandos de nuestra guerra no lo veo procedente: no era la Iglesia contra la República, sino los azules contra los rojos, y es cierto que la Iglesia aprovechó la situación a posteriori, y sufrió lo suyo antes, pero veo esto como algo circunstancial. En ningún caso el poder religioso debe imponerse sobre el Estado, y con Franco la Iglesia mandaba, y mucho, como en muchos otros períodos de la historia.

Y más cosas que no se me ocurre ahora, el debate es amplio...

Anónimo dijo...

Dudo, Ridao Bacalao, que usted fornique mucho actualmente.
Y me refirmo: la Iglesia no impone, propone. Y que cada cual haga lo que le salga de los...

pedro ramos dijo...

Suscribo el último comentario del titular del blog, aunque yo sigo viendo las tentativas nada disimuladas de la iglesia católica porque se prohiba el matrimonio homosexual A TODOS, no sólo a sus fieles (para no hablar de temas más espinosos, como el del aborto) como un intento de imposición. Ésas prohibiciones, repito, no deben alcanzar, en su concepción (la de la jerarquía católica) sólo a sus fieles, que sería lo lógico, sino también a los demás. Si ésos no son intentos de imposición, ¿qué son?

Quiero de todos modos aclarar que mi postura no implica enfrentamiento ninguno con los católicos, ni con especie alguna de creyentes. Mi admiración (absoluta) por Dante, por San Juan de la Cruz o por Gerard Manley Hopkins -o por J. S. Bach- (si no hubiera otros motivos, que los hay) me bastaría para respetar inmensamente las creencias católicas, o cristianas. Pero mi actitud se parece en esto a la de Simone Weil, otra vieja admiración mía, cuando cuenta la gracia que le hace una historieta sobre dos monjas que se proponen hacer una peregrinación al Vaticano, para convertirlo al cristianismo, pero terminan renunciando antes de empezar, convencidas de que es imposible.

Todo mi admirado respeto para la fe católica, o cristiana; mi consideración más crítica para la política vaticana, y, en general, para la iglesia (la que sea) como instrumento de poder terrenal. Su misión (admirable, repito) es otra.

Er Tato dijo...

Ahora sí estamos de acuerdo, Pedro. Ya no hablas de imponer, sino de intentar imponer. En eso, la Iglesia Católica no es muy distinta de, por ejemplo, los partidos políticos.

Saludos

Anónimo dijo...

Pues yo no veo tan mal el contenido, aunque el titulo no me gusta especialmente. De algún modo hay que contrarrestar la tendencia actual al sexo por el sexo y sin amor. Se les vende a los jóvenes que practicar sexo es como practicar deporte y al menos yo no lo veo igual. Mal usado el sexo puede hacer mucho daño. Me parece admirable que dos personas que se quieren se respeten y si ambas son cristianas controlen su deseo y antepongan el bienestar moral del otro antes que la satisfacción propia. Si son capaces, olé. Pensar así es ir contracorriente y es muy difícil, por eso no veo mal que desde la Iglesia se ayude a esta minoría, que todos no tenemos por qué seguir las modas del momento. Y el que no esté de acuerdo, basta con no darse por aludido, nadie lo va a señalar.

José Miguel Ridao dijo...

Anónimo bacalaero, mira lo que dice el obispo: "...para la persona casada, que debe saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico". Luego los casados fornican, y mucho: ¿o es que cada casquete que se echa está inspirado por el amor más puro?

José Miguel Ridao dijo...

Vaya, he vuelto a las andadas. La iglesia, como toda organización jerarquizada, se mueve en gran parte en torno al poder, y de ahí viene la imposición. Esto, creo, es una evidencia. En cuanto al comentario del último anónimo, irreprochable, quizás estas declaraciones del obispo no merecen tanto castigo, analizadas a fondo. Creo que el título es el que genera polémica, y él mismo reconoce en la misiva, que he leído entera en pdf.

L.N.J. dijo...
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L.N.J. dijo...
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No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Llego tarde, lo siento, pues para mí todo los temas de la Iglesia Católica son importantes.
Estoy completamente de acuerdo con El Alegre, en los documentos emanados del C. B. II hay mucho que desarrollar sobre estos temas y otros muchos más importantes.
Para mí, la opinión de un célibe en asuntos de sexualidad, matrimonio y más aún del "empuje", merecen poca atención.
Igual este Monseñor ha perdido una gran oportunidad para quedarse callado y parecer tonto mejor que hablar y demostrarlo.
En el mundo hay mucha maldad y asuntos importantes como para ocuparse del folleteo.
Desgraciadamente, como digo siempre, los dirigentes eclesiales católicos van por una ruta muy distinta de la que seguimos los seglares.
¿Cuándo se enterarán Señor de tus verdaderos mensajes?
Saludos calentorros.

Anónimo dijo...

LNJ, La Iglesia no impone nada, la Iglesia propone. A ver si le queda claro, señorita. Y propone la castidad y la abstinencia como virtud, como una opción entre otros cosas para evitar la tragedia del aborto en adolescentes.
Y deja que sean los padres los que decidamos la opción de la religión en las escuelas (que por cierto elegimos más del 80% libremente, sin que nadie nos obligue). Explíqueme por qué hemos de renunciar a la educación religiosa de nuestros hijos y, por el contrario, traguemos por imposición con la Epc y la ideología de "género".
Y deja, también, si no le importa que quienes estén abiertos a la vida tengan los hijos que Dios les mande. Conozco a muchas mujeres que deciden libremente formar familias numerosas y te puedo asegurar que el vecino nada tuvo que ver, entre otras mi santa madre que no tiene nada adúltera. Un saludo
PS: señor Ridao Bacalao, mi comentario iba en relación al significado del término "fornicar" ( Tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio) y que muchos no se han preocupado de consultar ya que si la doctrina de la Iglesia Católica predica la fidelidad en el matrimonio es lógico que se condene la fornicación, por eso me extrañaba que si su blog lo lee su santa esposa vacile usted de fornicar mucho...creo que le daría una gran patada en sus posaderas.

L.N.J. dijo...
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L.N.J. dijo...
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José Miguel Ridao dijo...

Sigo pensando que en la actualidad la Iglesia no impone nada a los no creyentes. Sí es verdad que sus preceptos chocan a muchos creyentes: por ejemplo a Rafael (no coge ventaja), que me consta que es profundamente religioso y queda desmarcado de muchos preceptos que están anclados en el pasado, como éste referido a la fornicación. Una cosa es fornicar antes del matrimonio y otra poner los cuernos, y la Iglesia los equipara. Por eso "vacilo", aunque evidentemente no lo haga ¿Debe expulsarse de la Iglesia a estas personas por el hecho de que la Iglesia proponga y tú no lo acates? El mensaje de Jesucristo creo que está muy por encima de todo esto.

Desde luego, no creo procedente llamar al obispo de Córdoba "reprimido". Él expone sus creencias, de acuerdo con la iglesia Católica, y no hay por qué dudar de que no las siga. Él precisamente es el más indicado para predicarlas, a mí como agnóstico eso no me afecta. Lo de los ocho hijos con el vecino procede menos todavía.

En mi blog tengo por norma aceptar los anónimos y no moderar comentarios. Sé que hay blogs que eliminan anónimos, pero yo por ahora no tengo malas experiencias. Sí tuve que borrar comentarios, únicamente en dos ocasiones en más de tres años. La última de ellas la recuerda muy bien "cierto" anónimo.

Abrazos conciliadores, vaticanos y segundos (que no trentinos).

L.N.J. dijo...
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L.N.J. dijo...
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Er Tato dijo...

Y tú que creías, Ridao bacalao, que ibas a salir vivo de esta entrada. ;-P

Lou, mujer, que yo no he visto en Ridao bacalao -¡qué bueno el anónimo, quillo!-, ninguna referencia inadecuada hacia a ti. De todas formas, si quieres borrar tus comentarios, puedes hacerlo pulsando sobre la papelera que hay al final de cada uno de ellos.

Un abrazo al pil pil, Ridao, bacalao

José Miguel Ridao dijo...

Me he limitado a expresar mi opinión, no he excusado a nadie ni ha descalificado a nadie. Tengo la extraña costumbre de dar mi opinión a mi manera, y no a la manera de los demás, y también dejo que los demás den su opinión a su manera, y por eso no tengo costumbre de borrar comentarios salvo si se pierden los papeles y hay un ataque directo a un comentarista. Me consta que el Tato, aquí presente, tiene la misma sana costumbre.

En fin, nunca fue mi intención ofender a nadie, pero tampoco me gusta que ofendan a otros (obispos y maridos cornudos incluidos).

L.N.J. dijo...
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José Miguel Ridao dijo...

No digo que no ofenda, digo que "no es mi intención". No sé qué más decir, lo dejo aquí.

L.N.J. dijo...
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Er Tato dijo...
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L.N.J. dijo...
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pedro ramos dijo...

Sólo una cosa: mi impresión de lector es que aquí nadie ha tratado, al menos deliberadamente, de ofender o molestar a nadie. Mi opinión ya la he dicho, ya se conoce; acepto sin embargo cualquier otra (razonada, a poder ser), aunque contradiga abiertamente a la mía. Siempre recuerdo, a este propósito, la amistad que en sus últimos años, en México, tuvo Luis Buñuel (tan anticlerical a menudo) con un cura católico -desde el respeto, supongo, a las respectivas convicciones y/o creencias. ¡Bien por los dos! Ahí, pienso, hay algo de lo que todos podríamos aprender.

L.N.J. dijo...
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Anónimo dijo...

Lo importante LNJ es que eres sincera contigo mismo, mucho más que los demás al intentar sincerarse con todo dios. Pasa del tema.

L.N.J. dijo...
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RIDAO BACALAO dijo...

Soy el anónimo que parece haber tensado bastante el ánimo de nuestra estimada LNJ. SI te ha molestado algo de lo que he escrito, lo retiro. Si no te ha gustado el tono, te pido perdón.
Te recomiendo, con todo cariño y respeto, un poco más de cintura para aceptar y entender que los que nos consideramos católicos salgamos en defensa de nuestras creencias, de nuestra Iglesia y de nuestros representantes( aunque ya sé que hay alguno que se puede equivocar, son también humanos) cuando consideramos se están atacando o malinterpretando las declaraciones de uno de ellos o haciendo comentarios poco respetuosos contra su doctrina.
Vuelvo a repetir que el obispo no ha dicho nada más que lo que todos sabemos pero utilizando una palabra que no es habitual en nuestro vocabulario actual: fornicar, y que significa, según la RAE "Tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio". O sea, que si el titular hubiese sido "Huid, esposos, del adulterio" no hubiese pasado nada. Pues a mi me ha encantado la expresión "Huid de la fornicación", denota conocimiento del la lengua (no el órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que sirve para gustación, para deglutir y para modular los sonidos que les son propios ) y valentía.
Repito, LNJ, lo siento. Y si me lo me lo permites te mando un beso casto y puro...y sin lengua.
Ridao, Bacalao, tú no seas tan cabroncete ni tan vacilón que follar follar no sé, pero fornicar fornicas menos que yo. Un salido... perdón, perdón, un saludo.

José Miguel Ridao dijo...

Pues el obispo este ha dado en el clavo al titular así la misiva, fíjate que estamos todos hablando de él. Eso sí, entran unas ganas de fo... (cada uno que ponga lo que estime conveniente) que te cagas. Acabo de traducir un poema de Emily Dickinson que te reconcilia con la vida. Ahí sí pongo la mano en el fuego, más que con el obispo: esa mujer no hizo nada que empezara por f en toda su vida. Y la amistad de Buñuel con el cura, que cita Pedro, es el modelo a seguir. Voy a ver si me hago amigo de algún numerario del Opus Dei...

L.N.J. dijo...
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RIDAO BACALAO dijo...

Pues ósculos para todos y a otra cosa, mariposa.
(Como se culturiza uno siguiendo a mister Ridao)

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Este tipo de diálogo, con sus tiranteces y todo, se debería dar dentro de la Iglesia Católica participando en ella los clérigos.
En la Iglesia falta diálogo para solventar dudas y clarificarlas. Ojalá los curas hablaran y opinaran en público como lo hacen en privado, se llevarían muchos ajenos a la Iglesia grandes sorpresas.
Saludos.

Er Tato dijo...

¿Democracia interna en la Iglesia, Rafael? A ver cómo te crees que la Iglesia ha durado más de 2.000 años, y lo que te rondaré morena.

Y si no, ya os veo como el padre de Mari Luz, montando cada uno su propia Iglesia.

Ojo, que no digo que no fuera deseable, sólo te digo lo que les digo a mis hijos cuando se ponen farrucos: os quiero con locura, por esta casa no es una democracia. Claro, que ellos me responden, ¡vaya mierda de liberal!


Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Ahí es donde yo iba, más que nada: a la fractura que se está produciendo entre los fieles debido al inmovilismo. La condena de las relaciones prematrimoniales es un ejemplo claro. A mí, como agnóstico, no me afecta, pero creo que hay cientos de miles de católicos que piensan como Rafael. Opino, como Tato, que el debate hoy por hoy es una utopía, y las tiranteces de hoy son un chiste comparado con la que se liaría: seguramente habría una o varias escisiones, y es comprensible entender que eso tampoco interesa. la única manera de mantener la unión es eliminando la democracia. Lo que sí puede pasar es que en el futuro cambie la cúpula dirigente católica y entre gente (perdón por la confianza con papas y arzobispos) dispuesta al cambio, en la medida que sea.

Ah, se me olvidaba: Lourdes y anónimo bacalaero: cuidadín con los gestos y las miradas que os veo pecando de fornicio, y luego voy a tener yo la culpa, jeje.

Anónimo dijo...

Tú no sabes a dónde vas, estás liado y no tienes ni idea de cómo llevarte a la gente.

Tio, a ver si te aclaras.

Anónimo dijo...

Señor, qué estropicio (y qué desperdicio) con el vicio del fornicio. En cuanto, además, tiende a ser ficticio, lo veo yo poco alimenticio, incluso aunque se vuelva vitalicio.

Picio

Anónimo dijo...

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L.N.J dijo...

He borrado todos mis comentarios y me reído, me he doblado sin parar y aún sigo.
No vuelvo a entrar en estos temas por esta pantallita ni de broma.

Ridao ¿porqué no nos cuentas el cuento de caperucita roja? y dejas estas entradas al ladito del camino.

Feliz semanas a todos y ya saben, sea como sea, sean felices.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Yo no hablo de democracia interna Tato, hablo de diálogo, sinceridad y sobre todo de conocimiento.
Si el Obispo de Córdoba en vez de una carta pastoral, con título rimbombante, hubiese explicado clara y llanamente lo que quiso decir seguro que muchos católicos estaríamos de acuerdo con él.
En definitiva, que yo como católico practicante, estoy hasta los huevos de que los curas me sigan hablando de los discípulos de Emaús y de la boda de Caná pero no me digan como interpretar, desde el punto de vista religioso, el no uso del condón, la homosexualidad o el papel de la Iglesia en el mundo financiero.
En fin, ¿qué queréis que os cuente, que vosotros no sepáis desde vuestro agnosticismo militante?

Er Tato dijo...

Bueno Rafael, por lo que a mí respecta, yo no soy un agnóstico militante, sino un agnóstico a mi pesar.

Saludos

José Miguel Ridao dijo...

Militante por detrás y por delante, y bien que siento abandonar esta bonita cifra de comentarios y llegar al insulso 70.

Yo soy agnóstico porque he tenido que buscar nombre a algo que me resulta del todo extraño. Tiemblo de pensar lo difícil que tiene que resultar ser cristiano y no digamos ya ateo, que es sólo para hombres.

¡Uffff!

RIDAO BACALAO dijo...

Benedicto XVI sobre los Reyes Magos: ¿Qué tipo de hombres eran ellos? (...) Podemos decir que eran hombres de ciencia, pero no solo en el sentido de que querían saber muchas cosas: querían algo más. Querían saber cuál es la importancia de ser hombre. Posiblemente habían oído hablar de la profecía del profeta pagano Balaán: «Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel» (Nm 24,17). Ellos profundizaron en esa promesa. Eran personas con un corazón inquieto, que no se conformaban con lo que es aparente o habitual. Eran hombres en busca de la promesa, en busca de Dios. Y eran hombres vigilantes, capaces de percibir los signos de Dios, su lenguaje callado y perseverante. Pero eran también hombres valientes a la vez que humildes: podemos imaginar las burlas que debieron sufrir por encaminarse hacia el Rey de los Judíos, enfrentándose por eso a grandes dificultades. No consideraban decisivo lo que algunos, incluso personas influyentes e inteligentes, pudieran pensar o decir de ellos. Lo que les importaba era la verdad misma, no la opinión de los hombres. Por eso afrontaron las renuncias y fatigas de un camino largo e inseguro. Su humilde valentía fue la que les permitió postrarse ante un niño de pobre familia y descubrir en él al Rey prometido, cuya búsqueda y reconocimiento había sido el objetivo de su camino exterior e interior.

Muñoz Escasso dijo...

Religión y sexo. Sexo y religión.71comentarios.En noches de borrachera siempre digo que nada nos atormenta más que Dios y las tetas.Mis amigos se escojonan...

José Miguel Ridao dijo...

By the face, pero con el orden cambiado, creo yo...

Me ha gustado mucho lo de los Reyes Magos. De hecho, son los únicos seres sobrenaturales en los que creo a pies juntillas.