martes, 9 de octubre de 2012

El síndrome de El País


Ayer compré el diario El País para leer a la hora del desayuno. Hacía mucho tiempo que no lo tenía en mis manos, ni ése ni ningún otro periódico, acostumbrado como estoy al trasteo insustancial de la prensa digital, que apenas deja lugar para leer artículos en condiciones y todo lo basa en la actualidad. Antes sí compraba más prensa escrita, especialmente los fines de semana, y era capaz de permanecer horas y horas leyendo El País, mi diario favorito por la variedad y calidad de sus artículos. Dejando al margen su línea ideológica, en cada número podemos encontrar siempre excelentes colaboraciones, de una calidad literaria indiscutible, sean de opinión, política, economía, o incluso deportes. Dan una visión distinta de la realidad; sesgada, qué duda cabe, pero con una luz propia que a mis ojos la hace muy atractiva. Y a lo que iba: cuando me dieron el ejemplar en el kiosco vi que era de poco grosor, lo que me causó cierta decepción, pero al comenzar a leer me enganchaba un artículo, y luego otro, y otro... por supuesto no pude terminar de leer lo que me interesaba en el desayuno, ni por la tarde; aún ahora lo tengo encima de la mesa para dar un último repaso, y eso, que siempre me ha pasado con este periódico y no con otros, me provoca una extraña sensación de agobio, de asombro, de frustración ante tanta información, ante tanto talento, y pienso en los miles de números que me he perdido, y que habría necesitado más de un día para leer, y compruebo que no sé nada de geopolítica, ni de los tejemanejes que se cuecen en la trastienda de los partidos, ni de las novedades literarias, ayer sin ir más lejos venía un interesantísimo artículo sobre Baudelaire en las páginas culturales... ¡¡Por Dios, qué despliegue!! Señores redactores de El País: irse todos a tomar por saco, dejad de publicar tanto material. Con lo tranquilo que se vive leyendo un librito, sin urgencias, sin ansias... Salvando las distancias insalvables: ¡Ahora comprendo a Stendhal!

5 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
No sé si el elogio es de coña o de veras. ¡Quedéme asombrado! EL País era un periódico serio hace décadas o milesnios. ¿Columnistas interesantes? ¿Artículos interesantes? ¿Opiniones sesudas? De igual manera que ABC es el PP, El País es el PSOE.
Y del dominical, lo único que merece la pena es el artículo final de Javier Marías. Lo único.
Salu2 paisanescos.

Juan Carlos Téllez Gracia dijo...

Estimado Ridao:

Pienso que es recomendable una lectura, sobre todo la del suplemento de cultura, sin agobios, dejándose llevar. Nadie mejor que usted que solo sabe que no sabe nada. Lo de la tranquilidad y el librito necesita del descanso en la lectura del diario, contenga éste el material que contenga, y nada mas, y a vivir que son dos días.

Salud.

Er Tato dijo...

Donde se ponga una buena Hoja Parroquial... con su chocolate con churros.

¡Amos home!

Fernando Moral dijo...

El ABC tiene grapita, El País no. ABC 1, El País 0, sobre todo en una playa ventosa.

Abrazos vent..., digo con viento fresco.

José Miguel Ridao dijo...

Es real, Dyhego, me descubro ante la calidad de los artículos de El País, ya te digo, la ideología es aparte.

Clochard: me agobio hasta con los suplementos literarios: mi madre me va guardando los del ABC y de vez en cuando me trae cinco o seis juntos y no veas el agobio, la tarea que tengo por delante, y cualquiera no los lee, con lo interesantes que son...

Anda que no, Tato, y los que sobren lo envolvemos en la hoja para que se mezclen bien con la tinta.

En eso es lo único que gana, Fernando, que me he llevado toda la vida leyéndolo, y al final el valor añadido son las esquelas.

Abrazos yuyeros.