Hay cantantes que pasan desapercibidos, talentos que prometen una carrera fulgurante pero después no gozan del total favor del público y se quedan en estrellas de segunda categoría, lejos de la fama de algunos colegas ilustres. Es el caso del tenor venezolano Aquiles Machado, alumno predilecto de Alfredo Kraus en su juventud, que recién ingresado en la cuarentena es dueño de una voz en sazón, con una belleza en el timbre que recuerda al mejor Björling, y no sólo comparte eso con el sueco legendario, sino también un físico que no le acompaña, y que quizá en estos tiempos de frivolidad le impide triunfar como debería. Escuchémosle en la famosa aria de la Bohème
Che gelida manina, a ver qué voz se le puede igualar actualmente en este repertorio.
2 comentarios:
No soy un entendido, pero desde luego que estremece...
Es que para eso no hay que entender, Paco. Ese pedazo de sombrero...
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