Dice hoy Trapiello, con mucho tino y oportunidad, que “los primeros en despreciar la justicia suelen ser los que más la reclaman, si les conviene”. Y da rabia, mucha rabia, pero así son las leyes: no se puede condenar a nadie por despreciarlas (sí por vulnerarlas), ni impedirle que se acoja a ellas. Es lo que nos diferencia del hombre de las cavernas, que lo arreglaba todo a garrotazos. Ahora, si nos matan a un hijo sólo cabe denunciar al criminal y esperar que se aplique la ley vigente en ese momento. Estado de Derecho, creo que se llama eso; o civilización, según algunos…
P.S. Y a ver si se deja de hablar pronto del tema, que bastante publicidad internacional están recibiendo estos cabronazos.
2 comentarios:
Pues nada, que excarcelen también al tío ése que mató a tantos jóvenes noruegos; o al tío ése de Serbia que liquidó a tanta gente; o ése norteamericano que abatió a tantos estudiantes...
¡Asco de leyes y asco de políticos!
Salu2 indigna2, monsieur Ridao.
En fin, Dyhego... En Noruega es peor, creo que el máximo de cárcel es de 21 años, los que va a cumplir ese HP, peor que un etarra.
Abrazónicos.
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