Agustí Calvet Pascual, más conocido como Gaziel, emprende un viaje por tierras castellanas en mayo de 1953, y en 1962 publica en catalán la crónica
Castella endins, traducida al español como
Castilla adentro, maravilloso testimonio de un mundo del que seis decenios después no quedan ni las cenizas. Dejo aparte expresamente el penetrante prólogo, de plena actualidad, en el que el autor expone con clarividencia sus ideas sobre la historia de Cataluña y sus pretensiones autonómicas, y me centro en la prosa de este periodista y escritor nacido en San Feliú de Guixols, catalán como el que más, español como el que más, que desentraña el alma milenaria de los tipos humanos y los viejos paisajes castellanos con una maestría que ya nadie tiene, porque entre otras cosas resultaría anacrónica. La obra de Gaziel tiene el sabor de Julio Camba, la inteligencia de Chaves Nogales y yo diría que el arte del mejor Azorín, llevándonos de la mano en unos itinerarios que no tienen nada de especial, salvo que están habitados por seres antiquísimos, hechos de la misma tierra pobre en la que han malvivido durante innúmeras generaciones, por caminos y carreteras en las que los escasos vehículos a motor traquetean solitarios entre arrieros y caminantes, en un mundo perdido hoy irremisiblemente, tan rápido que da vértigo mirar hacia atrás, y no digo ya vislumbrar el futuro. Un libro imprescindible, en mi modesta opinión.
4 comentarios:
Gaziel fue una mente lúcida, dejó unas páginas llenas de clarividencia y sensatez, muchas voces actuales deberían aprender aquellas lecciones.
salud
Francesc Cornadó
Tomaré nota, monsieur Ridao; pero si dices que es tan "pesado" como Azorín...
En fin.
Salu2
Sí que me ha sorprendido su lucidez, Francesc, especialmente en el prólogo.
Pero hombre, Dyhego, ¿lees a Murakami y no puedes con Azorín?
Abrazos de otros tiempos.
Monsieur Ridao:
¡No es lo mismo, por Dios, vamos hombre!
Salu2 azarosos.
Publicar un comentario