Recupero aquí unos (cutre)versos que escribí a vuela bolígrafo el pasado día 14 de abril, cuando nació mi hijo Gonzalo y, como es sabido, aniversario de la proclamación de la Segunda República.
Mi blog es el vivo ejemplo
de concordia y buen talante;
muchos abrazos y besos
y no hay voces discordantes.
No hay memorias del pasado,
aquí nadie se enemista,
me vienen republicanos
y algún que otro falangista.
Lo mejor, lo de mi abuela,
que esta tarde me ha llamado
y ha dicho que Gonzalo era
por un tal Queipo de Llano.
P.S. Lo de la concordia, talante y demás fue evidentemente antes de la justa poética mantenida con el Caballero emperillado, que podéis recordar aquí y aquí.
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Hace 18 horas
12 comentarios:
Los versos que se escriben en circunstancias tan significativas siempre tienen esa frescura de la alegría desbordada, y eso es lo que le pasa a los tuyos, conllevan tu estado de ánimo. (Estupendo por cierto)
P.S. Además de ser más una "expresión de deseos" a veces mancillada por escaramuzas aisladas. (Y conste que no por cualquier comentarista, ya que es prerrogativa de tus amigotes, jajaja)
Besos, José Miguel.
La virtud puede estar en el término medio. Entre el pasteleo excesivo del abrazo o beso y la discordia. Tú te mueves cómodamente en los extremos. Por eso nos diviertes tanto.
¡Un abrazo! cabroncete.
P.D. El tercer frente fue surrealista.
Enhorabuena por el feliz motivo de estos versos. Y por su desparpajo.
Liliana, tú siempre tan amable conmigo. Aciertas en mi estado de ánimo.
Álex, me ha encantado lo de cabroncete, es lo que soy... Distinto sería sin el "cete".
Muchas gracias, José Manuel. Desparpajo no me falta, y me temo que a veces peco de desvergüenza. Ya te contaré cómo fueron mis vacaciones...
Ay, José Miguel, no desenterremos el hacha de guerra, que voy a estar toda la tarde fuera y mañana comienzo a montar la caseta, por lo que voy a estar para pocos jolgorios blogueros. En fin, te perdonaré los versos de hoy y la manera de referirte a mí, como el Caballero emperillado, pues en definitiva soy caballero de cuna y educación y emperillado por voluntad propia, refrendada por la leyenda urbana que nos confiere una especialidad habilidad para ciertos hábitos amatorios (tal vez Octavio se atreva a explicarlo mejor, pues fue él quien dio buena cuenta de la leyenda en su blog). Así que acepto el nombre, justa respuesta al suyo, Caballero de la tronante postura.
Un abrazo.
Gracias por tan certero apelativo, amigo Juan Antonio. Sólo me queda una duda. Como buen lingüista sabrás que quien truena es tonante, no tronante, imagino que irás por lo del trono. Así pues, ¿soy tronante, tonante o entrambas cosas? En el caso de ser también tonante, seguramente lo seré por detrás, pero sobre todo y ante todo por delante. Que conste en acta.
Buena feria, y cuida la perilla...
No vayáis a empezar otra vez, caballeretes...
En aplicacion de la ley de memoria histórica deberías cambiar el nombre al niño y llamarle Bardem, o perderas los 400 euros correspondientes
Un beso cubano
No te preocupes, Julio, que a éste se le han quitado las ganas por un tiempo, je je.
Joder, Lolo, ¿cómo tú por aquí? ¿Bardem? ¿Y por qué no Fidel? Ya sabes por dónde te puedes meter los 400 euros, pero en monedas de cincuenta céntimos (os habréis percatado de mi exquisito buen talante...).
¿Hay republicanos y falangistas por estos andurriales? ¿De las JONS?
Dado como estás ultimamente, no me extrañaría que apareciera alguien de los Tercios de Flandes.
Tu blog refleja perfectamente tu estado de animo. Y nosotros encantados, oye.
Un abrazo
José Miguel, los versos escritos con bolígrafos no
tienen desperdicios.
"Vivir del pasado",¡qué hastío!.
Soy monárquica y a mucha honra.
La izquierda española nunca me ha representado, todo lo contrario, me han expoliado.
Y Gonzalo que siga comiendo y durmiendo, es lo único que tiene hacer por ahora.
Ni que decir tiene, besos y abrazos para todos.
Del los tercios de Flandes todavía no ha venido nadie, Mery, si no vino el otro día a socorrerme ya no creo que venga...
¿Ves, Pasión, tú te confiesas monárquica y otros se han confesado republicanos, y aquí no pasa nada... Esto es mucho mejor que la arena política; al menos nos reímos, y no nos entra mala sangre...
Un abrazo.
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