Os contaré un secreto ahora que no me oyen mis editores:
Resulta que estoy escribiendo la propuesta didáctica del libro de bachillerato que publiqué. Para el que no lo sepa diré que eso consiste en cienes y cienes de páginas llenas de objetivos, procedimientos, criterios de evaluación, transversalidad, interdisciplinariedad y muchas más gilipollosidades. Es un libro en condiciones, con su ISBN y todo, pero os podéis imaginar que no me "pone" mucho el escribirlo. Y lo peor no es que yo lo escriba, sino que los profesores copiarán parte del material para sus programaciones del año que viene, que deben presentar para el proyecto de centro, compuesto por tochos y tochos de programaciones y muchos otros documentos. Como veis, papeles y más papeles, y todo porque la ley lo exige, ¡cómo si no íbamos a poder tener calidad en la enseñanza!
No soy nuevo en esto, llevo enseñando didáctica un tiempo, como bien sabe algún amigo que me visita, y por eso hablo con conocimiento de causa, y ésta es mi opinión:
Una mierda para todos esos lumbreras que nos obligan a hacer programaciones. Lo que hace falta es dejar tiempo libre a los profesores para que preparen sus clases, y sobre todo que den contenido a las mismas. Y cuando digo contenido me refiero a fórmulas matemáticas, gráficas, conceptos, teorías, resolución de problemas... Vamos, como se ha hecho toda la vida de Dios, cuando salíamos de la escuela aprendidos, hasta que llegó esta plaga logseica.
Os dejo, que tengo que seguir con la propuesta didáctica...
P.S. En la prehistoria de mi blog hice una entrada muy relacionada con ésta, titulada "Educación basada en la evidencia". La podéis ver aquí.
P.P.S. Por aquel entonces los andurriales tenían una visita diaria (la mía), así que la entrada tiene cero comentarios. Porfi, dejad alguno, que me hace ilu...
Bemoles
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BEMOLES Me pregunta mi buen amigo Diego Morales por qué la palabra bemoles
ha acabado siendo sinónimo de esa palabra trisílaba que todos usamos en
expresio...
Hace 2 horas
18 comentarios:
Lo terrible es que esos objetivos sólo los leemos una vez al año, cuando hacemos las programaciones.
Firmo lo de Ridao y confirmo lo de Cotta: yo, que soy autor y profesor, certifico lo que estáis diciendo.
Ay, pobrecico, ánimo con la cosa;-)
A tus editores que vas...
Lo cierto es que mi prójimo dice lo mismo.Ahora le han pedido el solucionario y las propuestas didácticas.La "burrocracia" nos invade en la educación...Fíjate que acaba siendo más importante la elaboración de la memoria final que el día al día en el aula.En fin, pero ahí estamos, que no decaiga y por nosotros que no quede el intentar hacerlo lo mejor posible.Besotes
Uno no aprende a usar "ctrl+c" y "ctrl+v" con soltura hasta que llega a su primera programación didáctica. Después de currarme la propia durante mucho tiempo cambié mi método hace un par de años:
1. Usa el CD de la editorial.
2. Lo copias enterito y le borras la paja, eso que no piensas dar.
3. Con tu propia experiencia haz la temporalización y evaluación, es lo único que te importa y compromete.
4. Pasa de imprimirlo, mándalo al jefe de estudios por mail. No está bien malgastar tanto papel.
5. No te preocupes más, en mi caso no se lo lee ni el auditor que nos visita dos veces al año.
6. Y lo más importante, da las clases como sabes (lo explica bien José Miguel), es la única forma.
Un abrazo didáctico, amigo.
Por cierto, no me gusta meterme donde no me llaman pero a veces lo hago. Ten cuidado que se te ha colado un banner publicitario. No me extraña, su blog se llama "el arte de la estrategia".
Hay que tener arte ...y cara.
Queda mas propio si añades: y una mierda pinchá en un palo. Me encanta.
Hace un tiempo trabajé en el mundo de la enseñanza y sé perfectamente de lo que hablas.
En fin, siento mucho el trabajo que te queda por delante, feo e inútil.
Un fuerte abrazo para el camino.
Pues hoy parece que vamos a estar todos de acuerdo. Es increíble la cantidad de cosas inútiles que acabamos haciendo porque se les mete ... (ahí mismo) a las lumbreras que hacen las leyes.
Muchas gracias a todos por vuestros ánimos, Jesús, Julio, Olga, el otro Jesús (¡chivato!), Marisa (ánimos para tu prójimo), Álex y Mery.
Y me quedo con el hexálogo que propone Alejandro, una magnífica muestra de lo que yo llamo educación basada en la evidencia. Ahora que me acuerdo hice una entrada hace tiempo sobre eso. La enlazo en la entrada de hoy.
Decía Antonio Machado en su "Juan de Mairena": "Vosotros debéis amar y respetar a vuestros maestros, a cuantos de buena fe se interesan por vuestra formación espiritual. Pero para juzgar si su labor fue más o menos acertada, debéis esperar mucho tiempo, acaso toda la vida, y dejar que el juicio lo formulen vuestros descendientes."
Desde luego estos integristas de la pedagogía que ahogan la enseñanza en todos los sitios, estos descerebrados que le dan más importancia a cuatro papeles escritos en un lenguaje críptico e inaccesible salvo para los iniciados en la secta, que a una clase bien trabajada, compartida entre profesores y alumnos, se lo están cargando todo. Arrinconan las humanidades, mandan a tomar viento fresco a la literatura, el latín y el griego para los griegos y los latinos como ya no lo hay pues da lo mismo, la historia del arte para señoritas cursis que se quedan para vestir santos; ¡viva la técnica! proclaman a voz en cuello allí donde se les escucha. ¡Qué despropósito, señor!
En fin, José Miguel, me ha gustado mucho tu entrada, comparto tu hartazgo y me sumo a lo que expone en seis puntos Alejandro.
Un abrazo, Javier.
Lo cruel no es engañar a los demás con una bazofia didáctica que, científicamente demostrado, no sirve para nada.
Lo cruel es engañarnos a nosotros mismos, y tener que justificar algo injustificable.
José Miguel, te admiro mucho, pero didácticas a la mierda.
Buenas noches José Miguel:
"Es un libro en condiciones", no me cabe la menor duda.
Y copiarán. Los vividores/as de los Sindicatos siempre te copiarán, ellos/as están en lo que están, robándonos.
Los lumbreros/as se ríen de todos nosotros.
Abrazos.
Pues, como se suele decir, se puede hablar más fuerte, pero no más claro. Más que un comentario has hecho una entrada, Javier, y muy elocuente. Ya sabía yo que hoy íbamos a estar todos de acuerdo.
Un abrazo.
Vaya, se me coló otro Javier;-) Estoy contigo, pero sabes que a veces hacemos cosas que no nos gustan. Para escribir el libro de texto, cosa que me da satisfacciones, me obligan a hacer también la didáctica. Al fin y al cabo es un negocio, tú lo sabes.
Pues yo creo que ni siquiera se ríen, Pasión, son tan tontos que hasta se lo creen. Eso sí, robar roban tela.
A Pino se lo voy a decir...
Te contaré una cosita: mi libro de 2º de Bachillertato se edita en tres versiones: Andalucía, Canarias y Valencia (como cada comunidad hace lo que le sale de los huevos, pues eso). Y ahora hay que elaborar tres propuestas didácticas, con remisión a tres legislaciones distintas.
¿Para qué? Para seguir con el paripé.
Las programaciones: quien se haya leído una completa (que no sea su autor, claro, e incluso así), que tire la primera piedrta.
Programaciones: tocacojones (hoy el premio me lo doy integrado, en fin)
Pues nada, señores, integración y figuración, que de eso se trata.
Escribir no debe ser negocio, nunca. El negocio no sublima, ni genera literatura.
Y lo de hoy, en fin, estemos de acuerdo o no, pero la didáctica actual y en este "prototipo" de paisillo, es una auténtica bazofia.
Pues me he librado de una buena, Juan Antonio, el mío lo han traducido al gallego para Xerais. Por ahora no me han dicho nada de la didáctica; apagaré el móvil por si acaso. Muy merecido el premio, sí señor.
Hombre, Javier, alguna vez sí es negocio escribir (la poesía no, desde luego). No es malo hacer negocio, algunos afortunados incluso viven de eso, y su calidad está fuera de toda duda. Lo malo es que el negocio sea el objetivo exclusivo del escritor, como ocurre con cierta novela sueca que a ti te gustó tanto;-)
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