martes, 11 de agosto de 2009

Reflexiones literarias de un economista


“Gabriel Syme no era simplemente un detective que fingía ser un poeta; era realmente un poeta que había llegado a ser detective”.


Esta frase pertenece al libro “The Man who Was Thursday”, de G. K. Chesterton (sí, he sucumbido a la curiosidad por leer una obra del autor más nombrado y venerado a este lado de bloguilandia). Me ha llamado especialmente la atención porque refleja algo a lo que vengo dando vueltas últimamente. Me explico.

Los que me leéis con cierta frecuenta sabéis que soy profesor de Economía, y que tengo publicaciones en esta disciplina. Es una ciencia que me atrae, y aunque no he tenido nunca una vocación clara por ella me gusta investigar y leer, si bien en mi fuero interno soy bastante escéptico, y sospecho que los economistas no tenemos demasiado claro cómo resolver los problemas de la humanidad, si es que eso nos importa en absoluto. Cuando abrí el blog, hace nueve meses, empecé a cultivar una afición que nunca perdí del todo: la literatura, con la diferencia de que además de leer escribía, y he descubierto que, aunque tampoco voy a cambiar el mundo con mis entradas, la literatura en general y la poesía en particular tienen un campo mucho más hondo y auténtico que la Economía. Sus límites son los que yo me quiera poner, y gracias a ello puedo bucear en mí como nunca lo he hecho antes. En definitiva, que quisiera parecerme al detective de Chesterton; aunque no soy poeta, me gustaría serlo antes que economista, aunque justo es decir que tengo el sustento asegurado gracias a esto último.

Para resumir estos pensamientos me ha salido un soneto, no sé por qué, dodecasílabo. Parece que me subyuga el acento en séptima, o quizá mi espíritu científico se niega a obedecer el canon de las once sílabas.

CIENCIA Y ARTE

Ciencia y arte son el fin de los desvelos
que ha quemado con tesón el elegido
por las musas del cerebro o de los cielos
en la búsqueda del triunfo prometido.

Magos de la pluma, poetas de altos vuelos,
genios que buscan el átomo escondido,
y esos otros que en respuesta a sus anhelos
ganarán el premio Nobel del olvido.

Pocas veces he llegado a comprender
el afán que tienen los economistas
por buscar ocupación a la existencia.

El mejor de los regalos es poder
disfrutar la creación de los artistas
desde el cómodo vivir que da la ciencia.

P.S. Si me leen mis colegas lo pienso negar todo, diré que la literatura es ficción...

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Te imaginaba poeta o artista, pero nunca que fueras economista.
Es bueno cultivar el lado creativo que tenemos y, por lo poco que sé de ti, tan sensible a la música y a las artes, era esperable que al final te convirtieras en poeta.
No lo dejes, que se te da muy bien.
Besos.

Er Tato dijo...

¿De qué me suena a mí esta entrada? ¡Ya sé! La pensé yo y la escribiste tú.

De todas formas, ahora sí que entiendo por qué eres keynesiano. ;-)

Un abrazo

E. G-Máiquez dijo...

Enhorabuena por sucumbir a la tentación... Ejem, nunca pensé que le diría esto a nadie, pero Chesterton bien lo vale.

Por otra parte, que la Economía te resuelva tu economia, al menos, es como poco de justicia poética.

Abrazo

Liliana G. dijo...

"J. M. Ridao no es un economista que finge ser un poeta; es un poeta que ha llegado ser economista". (No pude contenerme.)

Que hayas descubierto la satisfacción que da el escribir "desde adentro", con todas sus ilimitaciones, su magia y su entera disposición hacia vos mismo, me complace sobremanera, quien reniega de ello, se lo pierde.

Tu soneto es... ¡GENIAL! Y ya sabés que a mí el canon de uno u otro estilo literario me tiene sin cuidado (aunque se me critique por ello), por lo tanto el dodecasílabo no es más que una circunstancia... La perfección puede tener varias formas que no tienen que ver con "la forma".

¡Enhorabuena!

Un cariño grande José Miguel.

Capitán dijo...

Uf JM, difícil vienes hoy, la verdad es que en mi caso disfruto con mi trabajo tanto como con mis aficiones preferidas, pero entiendo no siempre es así.

Y la verdad que escribir engancha un poco.

Marisa Peña dijo...

Yo también vivo con un economista que se dedica a la enseñanza y que me conquistó con su poesía y su forma poética de entender ( y a veces incluso de renegar de ella) la economía.Con él he comprendido que la historia del hombre va unida también a la historia de la economía, y a la de la literatura y a la del arte, y a la de la religión o las ideas. No me gusta mucho la economía práctica, los balances, los IRPF y otras siglas innombrables, pero me apasiona la historia de la economía con sus luces y sus sombras y toda la humanidad que ello conlleva.Casi tanto como la poesía(pero menos, qué le voy a hacer:))

JESUS FIDELIS dijo...

Comparto plenamente estas reflexiones.
La literatura es una afición, y envidio a aquellos que consiguen vivir de ella.
Mi formación tampoco tiene nada que ver con este tema.

José Miguel Ridao dijo...

Pues ya ves, Parsimonia, de algo hay que vivir... Bromas aparte, la Economía no es una ciencia nada árida. Está muy cercana a la Filosofía, y hay excelentes escritores economistas. Como ejemplo, José Luis Sampedro.

Gracias por tus palabras.

José Miguel Ridao dijo...

Ya lo sospechaba, Tato, bonita forma de decirlo. Además tú eres ingeniero... Has dado en el clavo, ser keynesiano da mucho juego para las rimas;-).

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Ya te contaré cuando termine de leer a Mr. Thursday, Enrique, si mereció la pena comer esa manzana. Por ahora promete, me asombra su capacidad para dar la vuelta a las frases. Ciertamente hay justicia poética en lo que dices, por cierto que con un uso impecable de mayúsculas y minúsculas, como no podía ser menos.

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Liliana, voy a empezar a ruborizarme con tus comentarios, a mis años... Ya me gustaría que fuera como dices, pero me temo que aún me falta bastante camino por andar. Encantado de que te gustara el soneto, me costó trabajito cuadrarlo.

Un beso fuerte.

José Miguel Ridao dijo...

No es escribir lo que engancha, Capitán, sino el blog. Me asombra tu capacidad de disfrute. Bien manejada, es una gran virtud.

Un saludo marcial.

José Miguel Ridao dijo...

Tú sí me entiendes, Marisa. Claro, como estás casada con la competencia...

La Economía es una ciencia más poética de lo que muchos piensan. Hasta se puede hacer un soneto al IRPF o al IVA. A ver si un día me animo.

Besos.

José Miguel Ridao dijo...

Pues ya somos dos, Jesús, y creo que el país de los blogueros está lleno de especímenes como nosotros.

Un abrazo.

maite mangas dijo...

En general, la ciencia da un vivir bastante más cómodo que las letras, te doy la razón.
Realmente no creo en la división tradicional ciencias-letras que nos divide desde que empezamos a elegir asignaturas en el colegio. El que lleva el "arte" dentro lo termina sacando, da igual a qué se dedique. El blog es un medio estupendo para ello. Yo contigo me he sorprendido mucho con tu inmersión poética.
Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

por Dios bendito, si eres capaz de hacerle un soneto al iva trimestral o al irpf es para quitarse el sombrero, a ver, a ver... (o al impuesto de sociedades que tampoco está mal, o al pago de ss mensual, me es igual)
Un abrazo
Aurora

José Miguel Ridao dijo...

Lo bueno de la ciencia, Maite, es que tiene aplicaciones prácticas que nos hacen la vida más fácil. Yo también pienso que ese encasillamiento ciencias/letras es una chorrada.

Un abrazo, y gracias por tus palabras.

José Miguel Ridao dijo...

Guante recogido, Aurora. Lo acabo de hacer y lo he colgado en una entrada. A mí es que me ponen por delante un trapito rojo y me arranco desde los medios...

Un beso.

Máster en nubes dijo...

Pues mira, nos parecemos en eso, lo acabo de ver... ¡muchas gracias por escribirlo!

Rosna dijo...

Seguir las reglas ....no se preocupe Ridao san , seguir regalando sus poemas para nuestro deleite es la mejor regla de amistad .
Gracias por permitirme entrar en su cuaderno .
Rosna

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Rosna. Tienes razón, ésa es la mejor regla. Mi cuaderno está abierto para todos, pero aún más para ti, que se puede decir que lo estrenaste.

Un abrazo.