Mi entrada de ayer me ha hecho reflexionar sobre la importancia de un título, bien sea para un libro o una entrada en el blog, como es el caso. La entrada era este poema, que titulé “La importancia del Internet”. Lo escribí pensando en lo enganchado que estoy a la red, en un momento en que no tenía conexión, frustrado por la inutilidad de mi pinganillo que conecto al portátil cuando estoy en la sierra. Es un poema un poco en clave de humor, pero con un fondo en cierto modo profundo: “pero él [Mr. Google] las almacena sin problemas / en la world wide web, como si eso fuera / la biblioteca de Alejandría”. O el final: “por un tiempo, hasta que vuelvo / a los días felices donde uno / no tenía móvil ni portátil / y los demás tampoco, y no pasaba nada”.
Tan contento estaba yo con mis versos, y los primeros comentarios me indicaban que gustaban. Luego se me ocurrió -ya lo había pensado justo después de escribirlo- que el ritmo y algunas frases recordaban claramente a la archiconocida primera carta de San Pablo a los Corintios, sobre todo en el verso inicial: “Si no tengo Internet yo no soy nada”, que se repite al final. Así lo hice ver en un comentario, y me lo confirmó Maite, la siguiente en entrar. Cambié el título, añadiendo entre paréntesis “Epístola de Ridao a los bloguintios” y, curiosamente, el resto de comentarios se centraron en esa faceta epistolar del poema, dirigida a los blogueros veraniegos con síndrome de abstinencia. Estoy convencido de que si no llego a hacer ese cambio la lectura hubiera sido diferente, pero ahora estaba sesgada por el nuevo título, donde además la palabra (o palabro) “bloguintios” destacaba poderosamente. Es como si el título desviara la atención, y el poema original hubiera quedado poco menos que en anécdota, con lo contento que yo andaba.
Igual estoy errado en mi reflexión, o lo exagero un poco, pero no deja de ser curioso, ilustrativo y aleccionador.
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9 comentarios:
RIDAO Y SU PINGA
¿Sería buen título para hacer referencia a la que estás liando este verano con el pinganillo?
Y bueno, tras haber cumplido (yo) expediente con la chorradita del día, paso a decirte que, efectivamente, es muy curioso ese cambio de tono a raíz de la ampliación del título. Condicionó el título, parece que no hay duda. Estoy pensando qué titulo de algún libro me ha impactado o ha influido, quizá, en mi lectura. Si caigo en alguno, te cuento.
Un fuerte abrazo, José Miguel.
Has errao, Ridao.
Has errao.
Dejemos las cosas como están, que así son los andurriales.
Un fuerte abrazo.
A veces José Miguel, se nos disparan las palabras sin querer y terminamos suicidándonos. Ya sabes que las carga el diablo.
Buena entrada e interesante reflexión.
Un abrazo
Es verdad que el añadido del título me causó gracia y me predispuso a leer tus humoradas, de por sí geniales, con la sonrisa ya a flor de boca.
Seguramente el resultado hubiera sido el mismo, pero el añadido le dio "el toque".
Cariños Ridao, muy ilustrativo.
Eso es un título con dos cojones, Juanma, o muy cerca al menos. Hace que me sienta importante. Cuando caigas en un título de ésos me lo dices.
Dices bien, Javier, aunque nunca se sabe, acuérdate de tu teoría del cajón. Además, me ha servido para aprender, aunque no sé muy bien cuándo acerté.
Gracias, Tato. Es verdad lo de las palabras. Tengo prevista una entrada sobre el tema inspirada en unos versos de tu admirado Luis Alberto. Por cierto, magnífico tu último relato.
Me alegro de que digas que el resultado hubiera sido el mismo, Liliana. Es como a mí me gustaría que fuera, y si alguien lo ve así mejor que mejor.
Un abrazo a todos, y gracias como siempre por vuestros comentarios.
Si es que los títulos pueden clarificar o desconcertar, e incluso despistar por completo...Pues nada a titular y que cada uno haga lo que pueda.mil besos ,y gracias por los buenos momentos que me hacéis pasar tú y juanma con los comentarios:))
Compruebo que titular es importantísimo, Marisa, y condiciona bastante una lectura. Este Juanma es un cachondo, ¿verdad? Vamos a tener que crear entre unos pocos un blog humorístico.
Un beso, S.S. de las Españas.
P.S. ¿Has comido estas vacaciones pajorrapá?
Lo importante de un buen título es que mantenga su promesa hasta el final del texto...si no, por muy genial que sea se queda en eso, en lo que pudo ser.
Tu poema de la "ciberdesesperación" era genial.
Gracias, Maite. Lo que sí es verdad, y me ha sorprendido, es cómo un título predispone y condiciona en cierto modo la lectura.
Abrazos.
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