Este verano le dije a Aurora, del blog
Master en nubes, que escribiría una entrada sobre los emprendedores, y como lo prometido es deuda, el tema es muy interesante y además tengo publicadas algunas cosillas al respecto, pues allá que voy.
Es un hecho evidente en Economía, y sin embargo algunos no lo ven, que la riqueza no se genera sola, sino que es necesario que alguien lo haga, y en el sistema de economía de mercado esta labor se ha encomendado a las empresas. Pues bien, aunque lo que más llama la atención son las grandes compañías multinacionales, no hay que olvidar que en España, y yo diría que en todo el mundo, la mayor parte de las empresas, en un porcentaje muy superior al 90%, son las llamadas microempresas, con menos de diez empleados, y huelga decir que ellas generan una gran parte de los puestos de trabajo que suponen el sustento de la mayoría de los ciudadanos. Estas microempresas han sido puestas en marcha por los llamados emprendedores, personas con iniciativa, dispuestas a asumir un riesgo en su aventura empresarial. Son gente hecha de una pasta especial, que cuando se caen se vuelven a levantar, y que tienen una energía inagotable. Ellos son los que de verdad generan riqueza en este país, y no los funcionarios, entre los que me cuento, cuya labor es necesaria pero que se realiza en gran parte gracias a los ingresos que generan estos emprendedores.
Decía el economista austriaco Joseph A. Schumpeter que los empresarios, a través de la innovación, han sido el motor del cambio y del progreso de nuestra sociedad, y no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. Hay personas con una gran creatividad y que idean inventos geniales, pero si alguien no apuesta por ellos esos inventos se quedarán en el limbo. Por muy brillante que fuera el descubrimiento de la bombilla por Edison, fue necesario un gran esfuerzo emprendedor para que fuera viable comercialmente y pudiera llegar a todos los hogares.
En definitiva, pienso que de no ser por la iniciativa emprendedora hoy en día no dispondríamos de teléfonos móviles, ni de luz eléctrica, ni de ordenadores... ni de tantos otros objetos que nos hacen la vida más fácil. Alguien pensará que en realidad no nos hacen falta tantas cosas, pero ésa es otra historia.
Nota: La imagen, que repite en mi blog, es la portada del libro Empresa e iniciativa emprendedora, de un servidor y su colega Josep Rey. Modesto que es uno...P.S. ¿No os he dado pistas sobre a dónde debería destinarse una parte de las ayudas estatales para salir de la crisis? O, al menos, que no se machaque más a los autónomos.
P.P.S. Doy clase en la Facultad de Ciencias Empresariales y cuando pregunto a mis alumnos qué quieren hacer cuando terminen sus estudios todos me dicen que quieren ser funcionarios. Sin comentarios...
P.P.P.S. Curiosamente, no existe en castellano una palabra para designar la cualidad de emprendedor, que en inglés se denomina
entrepreneurship. Recuerdo una anécdota en que un alcalde dio una conferencia sobre el tema, y cada dos por tres decía la palabra "emprendimiento", hasta que un compañero que estaba a mi lado me dijo por lo bajini: "sí, el emprendimiento de Judas".